12.07.2015 Views

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 174Los boers temían también la mera presencia de <strong>los</strong> uitlanders, porque les confundían con colonosbritánicos. Los uitlanders, sin embargo, llegaban exclusivamente para enriquecerse con rapidez, ysolo se quedaron aquel<strong>los</strong> que no lo lograron por completo o quienes, como <strong>los</strong> judíos, no teníanpaís al que retornar. Ningún grupo se preocupó considerablemente de establecerse como unacomunidad según el mo<strong>del</strong>o de <strong>los</strong> países europeos, como habían hecho <strong>los</strong> colonos británicos enAustralia, Canadá y Nueva Zelanda. Fue Barnato el que descubrio felizmente que «el Gobierno deTransvaal no es como ningún otro Gobierno <strong>del</strong> mundo. No es en absoluto un Gobierno, sino unaCompañía ilimitada de unos veinte mil accionistas» 37 . De forma similar, fueron más o menos unaserie de incomprensiones las que condujeron finalmente a la guerra entre británicos y boers, que <strong>los</strong>boers consideraron erróneamente como «la culminación <strong>del</strong> largo afán <strong>del</strong> Gobierno británico poruna Sudáfrica unida», cuando realmente fue determinada principalmente por <strong>los</strong> interesesinversionistas 38 . Cuando <strong>los</strong> boers perdieron la guerra no perdieron más de lo que <strong>del</strong>iberadamentehabían abandonado, es decir, su participación en las riquezas; pero definitivamente lograron detodos <strong>los</strong> demás elementos europeos, incluyendo al Gobierno británico, el asentimiento a lailegalidad de una sociedad racial 39 . Hoy, todas las secciones de la población, británica o afrikánder,trabajadores sindicados o capitalistas, están de acuerdo sobre la cuestión de la raza 40 y mientras quela ascensión de la Alemania nazi y su intento de transformar al pueblo alemán en una raza reforzóconsiderablemente la posición política de <strong>los</strong> boers y la derrota de Alemania no la debilito.Los boers odiaban y temían a <strong>los</strong> financieros más que a otros extranjeros. De alguna formacomprendían que el financiero era una figura clave en la combinación de la riqueza superflua y de<strong>los</strong> hombres superfluos, que su función consistía en convertir la búsqueda <strong>del</strong> oro, esencialmentetransitoria, en un negocio mucho más amplio y más permanente 41 . Además, la guerra contra <strong>los</strong>británicos pronto demostró un aspecto más decisivo; resultó completamente obvio que había sidopromovida por inversionistas extranjeros que exigían la protección gubernamental para sustremendos beneficios en lejanos países —como si <strong>los</strong> ejércitos comprometidos en guerras contrapueb<strong>los</strong> extranjeros no fuesen nada más que fuerzas de policía nativas implicadas en una guerracontra <strong>los</strong> <strong>del</strong>incuentes nativos—. Poco importaba a <strong>los</strong> boers que <strong>los</strong> hombres que introdujeron estetipo de violencia en <strong>los</strong> turbios asuntos de la producción de oro y de diamantes ya no fueran <strong>los</strong>financieros, sino aquel<strong>los</strong> que de algún modo habían surgido <strong>del</strong> mismo populacho y que, comoCecil Rhodes, creían menos en <strong>los</strong> beneficios que en la expansión por la expansión 42 . Los37 Véase, de PAUL H. EMDEN, Jews of Britain, a Series of Biographies, Londres, 1944, capítulo «From Cairo to theCape».38 KIEWIET (op. cit., pp. 138 y 139) menciona, sin embargo, otro grupo de circunstancias: «Cualquier intento <strong>del</strong>Gobierno británico de lograr concesiones o reformas <strong>del</strong> Gobierno de Transvaal le convertía inevitablemente en agentede <strong>los</strong> magnates de las minas... Gran Bretaña otorgó su apoyo, tanto si ello se comprendía claramente en DowningStreet como si no se comprendía, al capital y a las inversiones de las minas.»39 Gran parte de la conducta titubeante y evasiva de la política británica durante la generación anterior a la guerra de <strong>los</strong>boers puede ser atribuida a la indecisión <strong>del</strong> Gobierno británico entre sus obligaciones con <strong>los</strong> nativos y sus obligacionescon la, comunidades blancas... Pero la guerra de <strong>los</strong> boers le obligó a adoptar una decisión respecto de la políticacon <strong>los</strong> nativos. En las estipulaciones de paz, el Gobierno británico prometió que no se intentaría alterar el statuspolítico de <strong>los</strong> nativos hasta que no se hubiera otorgado el autogobierno a las ex repúblicas. Con esta transcendentedecisión, el Gobierno Británico abandonó su posición humanitaria y permitió a <strong>los</strong> dirigentes boers obtener unaseñalada victoria en las negociaciones de paz que siguieron a su derrota militar. Gran Bretaña abandonó sus esfuerzospor ejercer un control sobre las vitales relaciones entre blancos y negros. DoWning Street había capitulado» (KIEWIET,op. cit., pp. 143 y 144).40 «Existe... una moción enteramente errónea según la cual <strong>los</strong> Áfricaaners y la población de habla inglesa de Sudáfricano están de acuerdo sobre el trato a <strong>los</strong> nativos. Al contrario, ésta es una de las pocas cosas en las que coinciden»(JAMES, op. cit., p. 47).41 Ello fue principalmente debido a <strong>los</strong> métodos de Alfred Breit, que había llegado en 1875 con objeto de comprardiamantes para una firma de Hamburgo. «Hasta entonces sólo <strong>los</strong> especuladores habían sido accionistas de las empresasmineras... El método de Beit atrajo también al genuino inversionista» (EMDEN, op. cit.)42 Muy característica al respecto fue la actitud de Barnato cuando llegó a la fusión de su negocio con el grupo deRhodes. «Para Barnato, la fusión no era nada más que una transacción financiera con la que quería ganar dinero... Poreso deseaba que la compañía no tuviera nada que ver con la política. Rhodes, sin embargo no era un simple hombre de

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!