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Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 242derecho a la autodeterminación nacional.Un incidente semejante hizo destacar a <strong>los</strong> judíos en la discusión <strong>del</strong> problema de <strong>los</strong> refugiadosy de <strong>los</strong> apátridas. Los primeros Heinzat<strong>los</strong>e o apatrides, tal como fueron creados por <strong>los</strong> primerosTratados de paz, eran en su mayoría judíos que procedían de <strong>los</strong> Estados sucesores y no podían o noquerían colocarse bajo la nueva protección de minorías en sus patrias. Pero no constituyeron unaconsiderable proporción de apátridas hasta que Alemania obligó a la judería alemana a laemigración y a pasar al estado de apátrida. Mas en <strong>los</strong> años que siguieron a la activa persecuciónhitleriana de <strong>los</strong> judíos alemanes, todos <strong>los</strong> países con minorías comenzaron a pensar en expatriar aéstas, y era natural que empezaran con la minorité par excellence, la única nacionalidad querealmente no tenía más protección que un sistema de minorías, convertido para entonces en unacompleta burla.La noción de que el estado de apátrida es primariamente un problema judío 46 fue un pretextoutilizado por todos <strong>los</strong> Gobiernos que trataron de acabar con el problema ignorándolo. Ninguno de<strong>los</strong> políticos fue consciente de que la solución hitleriana <strong>del</strong> problema judío, reduciendo primero a<strong>los</strong> judíos alemanes a la categoría de una minoría no reconocida en Alemania, empujándoles comoapátridas al otro lado de la frontera y, finalmente, recogiéndoles en todas partes para enviarles a <strong>los</strong>campos de exterminio, era para el resto <strong>del</strong> mundo una demostración elocuente de la forma de«liquidar» realmente todos <strong>los</strong> problemas relativos a las minorías y <strong>los</strong> apátridas. Después de laguerra resultó que la cuestión judía, que había sido considerada la única insoluble, estaba, des<strong>del</strong>uego, resuelta —principalmente gracias a un territorio primero colonizado y luego conquistado—,pero esto no resolvió el problema de las minorías y de <strong>los</strong> apátridas. Al contrario, comovirtualmente todos <strong>los</strong> demás acontecimientos de nuestro siglo, la solución de la cuestión judíaprodujo simplemente una nueva categoría de refugiados, <strong>los</strong> árabes, aumentando por ello el númerode apátridas y fuera de la ley con otras 700.000 u 800.000 personas. Y lo que sucedió en Palestinadentro de un pequeño territorio y en términos de centenares de miles de personas, se repitió despuésen la India a escala aún mayor, implicando a muchos millones. Desde <strong>los</strong> Tratados de Paz de 1919 y1920 <strong>los</strong> refugiados y <strong>los</strong> apátridas se han adherido como un anatema a <strong>los</strong> Estados de recientecreación creados a la imagen de la Nación-Estado.Para estos nuevos Estados el anatema aporta <strong>los</strong> gérmenes de una enfermedad mortal. Porque laNación-Estado no puede existir una vez que ha quedado roto su principio de igualdad ante la ley.Sin esta igualdad legal que originalmente estaba concebida para sustituir a las antiguas leyes y a lasnormas de la sociedad feudal, la nación se disuelve en una masa anárquica de individuosprivilegiados y de individuos desfavorecidos. Las leyes que no son iguales para todos revierten altipo de <strong>los</strong> derechos y privilegios, algo contradictorio con la verdadera naturaleza de las Naciones-Estados. Cuanto más clara es la prueba de su incapacidad para tratar a <strong>los</strong> apátridas como personaslegales y mayor la extensión de la dominación arbitraria mediante normas policíacas, más difícil esa <strong>los</strong> Estados resistir a la tentación de privar a todos <strong>los</strong> ciudadanos de status legal y de gobernarlesmediante una policía omnipotente.2. LAS PERPLEJIDADES DE LOS DERECHOS DEL HOMBRELa Declaración de <strong>los</strong> Derechos <strong>del</strong> Hombre a finales <strong>del</strong> siglo XVlII fue un momento decisivoen la Historia. Significaba nada más ni nada menos que a partir de entonces la fuente de la Leydeberia hallarse en el Hombre y no en <strong>los</strong> mandamientos de Dios o en las costumbres de la Historia.Independiente de <strong>los</strong> privilegios que la Historia había conferido a ciertos estratos de la sociedad o aciertas naciones, la declaración señalaba la emancipación <strong>del</strong> hombre de toda tutela y anunciaba que46 En manera alguna fue exclusivamente ésta una noción de la Alemania nazi, aunque sólo un autor nazi se atrevió aexpresarla: «Es cierto que continuará existiendo una cuestión de <strong>los</strong> refugiados aunque ya no exista una cuestión judía;pero como <strong>los</strong> judíos constituyen tan elevado porcentaje de <strong>los</strong> refugiados, la cuestión de <strong>los</strong> refugiados quedará muysimplificada» (KABERMANN, «Das internationale Flüchtlingsproblem», en Zeitschrift für Politik, tomo 29, fasc. 3,1939).

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