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arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

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Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 154inferior es siempre la dominante. Este tipo de argumentación, casi lugar común a finales de siglo,no encajaba con las doctrinas <strong>del</strong> progreso de <strong>los</strong> contemporáneos de Gobineau, que prontoadquirieron otra idée fixe, la «supervivencia de <strong>los</strong> más aptos». El optimismo liberal de la victoriosaburguesía deseaba una nueva edición de la teoría <strong>del</strong> derecho de la fuerza y no la clave de laHistoria ni la prueba de una inevitable decadencia. Gobineau trató en vano de obtener una audienciamás amplia, tomando postura en el tema de <strong>los</strong> esclavos americanos y construyendoconvenientemente todo su sistema sobre el conflicto básico entre blancos y negros. Hubieron depasar casi cincuenta años para que se convirtiera en un éxito entre la élite y sólo en la PrimeraGuerra Mundial, con su oleada de fi<strong>los</strong>ofías de la muerte, hallaron sus obras una ampliapopularidad 34 .Lo que Gobineau buscaba realmente en política era la definición y la creación de una élite quesustituyera a la aristocracia. En lugar de príncipes propuso una «raza de príncipes», <strong>los</strong> arios, que,según dijo, estaban en peligro de ser avasallados por las clases inferiores no arias a través de lademocracia. El concepto de raza hizo posible organizar las «personalidades innatas» <strong>del</strong>romanticismo alemán, definirlas como miembros de una aristocracia natural destinada a dominar atodas las demás razas. Si la raza y la mezcla de razas son <strong>los</strong> factores totalmente determinantes parael individuo —y Gobineau no supuso la existencia de linajes «puros»—, es posible pretender quelas superioridades físicas pueden evolucionar en cada individuo, sea cual sea su actual situaciónsocial, que cada ser excepcional pertenece a <strong>los</strong> «auténticos hijos supervivientes de <strong>los</strong>merovingios», a <strong>los</strong> «hijos de reyes». Gracias a esta raza, se formaría una élite de individuos quepodrían reivindicar las antiguas prerrogativas de las familias feudales ello sólo afirmando que sesentían como nobles; la aceptación de la ideología de raza como tal sería prueba concluyente de queun individuo sentía ser de «buen linaje», que la «sangre azul» corría por sus venas y que un origensuperior implicaba derechos superiores. Por eso, de un acontecimiento político, la decadencia de lanobleza, el conde extrajo dos consecuencias contradictorias: la decadencia de la raza humana y laformación de una nueva aristocracia. Pero no vivió para ver la aplicación práctica de susenseñanzas, que resolvió sus inherentes contradicciones; la nueva raza aristocrática comenzó aefectuar la «inevitable» decadencia de la Humanidad en un supremo esfuerzo por destruirla.Siguiendo el ejemplo de sus precursores, <strong>los</strong> nobles franceses exiliados, Gobineau vio en su razaéliteno sólo un muro contra la democracia, sino también contra la «monstruosidad de Canaan» <strong>del</strong>patriotismo 35 . Y como Francia resultaba ser la «patrie» par excellence porque su Gobierno —tantosi era reino, imperio o república— seguía basado sobre la igualdad esencial de <strong>los</strong> hombres y como,peor aún, era el único país de su época en el que incluso las personas de piel negra podían disfrutarde <strong>los</strong> derechos civiles, resultaba natural que Gobineau rindiera pleito homenaje no al pueblofrancés, sino al inglés, y más tarde, tras la derrota francesa de 1871, al alemán 36 . No puedeconsiderarse accidental esta falta de dignidad ni desgraciada coincidencia este oportunismo. El viejoproverbio según el cual nada triunfa como el éxito reza con quienes están habituados a manteneropiniones varias y arbitrarias. Los ideólogos que pretenden poseer la clave de la realidad se venobligados a cambiar y retorcer sus opiniones sobre cuestiones específicas conforme a <strong>los</strong> últimos34 Véase el número dedicado a Gobineau por la revista francesa Europe, 1932. Especialmente el artículo de ClémentSerpeille de Gobineau, «Le Gobinisme et la pensée moderne». «Sin embargo sólo hasta... mediada la guerra no penséque el Essai sur les Races estaba inspirado por una hipótesis productiva, la única que podía explicar ciertosacontecimientos que sucedían ante nuestros ojos... Me sorprendió advertir que esta opinión era casi unánimementecompartida. Después de la guerra supe que para casi toda la generación joven las obras de Gobineau se habíanconvertido en una revelación.»35 Essai, tomo II, libro IV, p. 440 y nota de la página 445: «La palabra patrie... recobró su significado sólo cuando sealzó y asumió un papel político el estrato galorromano. Con su triunfo, el patriotismo ha vuelto a ser una virtud.»36 Véase SEILLIÈRE, op. cit., tomo I: Le comte de Gobineau et l'Aryanisme historique, p. 32: «En el Essai, Alemaniaapenas es germánica, la Gran Bretaña es germana en un grado mucho más elevado... Desde luego, Gobineau cambió demanera de pensar, pero bajo la influencia <strong>del</strong> éxito.» Es interesante advertir que, para Seillière, quien durante susestudios se convirtió en ardiente seguidor <strong>del</strong> gobinismo —«el clima intelectual al que tendrán que adaptarseprobablemente <strong>los</strong> pulmones <strong>del</strong> siglo XX»—, el éxito parecía una razón completamente suficiente para que Gobineaurevisara repentinamente su opinión.

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