12.07.2015 Views

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 42judío, sino para <strong>los</strong> judíos como pueblo.A la primera contradicción, que determinó el destino de la judería europea durante <strong>los</strong> últimossig<strong>los</strong>, es decir, a la contradicción entre igualdad y privilegio (más bien de la igualdad otorgada enla forma y con la finalidad de un privilegio), es necesario añadir una segunda contradicción: <strong>los</strong>judíos, el único pueblo europeo no nacional, estaban amenazados más que ningún otro por elrepentino colapso <strong>del</strong> sistema de las Naciones-Estados. Esta situación es menos paradójica de lo quepuede parecer a primera vista. Los representantes de la nación, tanto si eran jacobinos, desdeRobespierre a Clemenceau, como representantes de <strong>los</strong> Gobiernos reaccionarios de Europa central,desde Metternich a Bismarck, tenían algo en común: todos se hallaban sinceramente preocupadospor el «equilibrio <strong>del</strong> poder» en Europa. Trataban, desde luego, de modificar este equilibrio enbeneficio de sus respectivos países, pero nunca soñaron en lograr un monopolio sobre todo elcontinente o en aniquilar completamente a sus vecinos. Los judíos no sólo podían ser empleados deinterés de este precario equilibrio, sino que incluso llegaron a convertirse en una .especie de símbolo<strong>del</strong> interés común de las naciones europeas.Por eso es algo más que accidental que las catastróficas derrotas de <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> de Europacomenzaran con la catástrofe <strong>del</strong> pueblo judío. Fue particularmente fácil iniciar la disolución <strong>del</strong>precario equilibrio europeo de poder con la eliminación de <strong>los</strong> judíos y particularmente difícil decomprender que en esta eliminación intervenía algo más que un nacionalismo extremadamente cruelo una anacrónica resurrección de <strong>los</strong> «viejos prejuicios». Cuando llegó la catástrofe, el destino <strong>del</strong>pueblo judío fue considerado un «caso especial» cuya historia sigue leyes excepcionales y cuyasuerte, por eso mismo, no poseía una importancia general. Esta ruptura de la solidaridad europea sevio reflejada inmediatamente en la ruptura de la solidaridad judía en toda Europa. Cuando comenzóla persecución de <strong>los</strong> judíos alemanes, <strong>los</strong> judíos de otros países europeos descubrieron que <strong>los</strong>judíos alemanes constituían una excepción cuyo destino no podía tener ninguna semejanza con elpropio. Similarmente, el colapso de la judería germana fue precedido por su escisión eninnumerables facciones, cada una de las cuales creía y esperaba que sus derechos humanos básicosserían protegidos mediante privilegios especiales —el privilegio de haber sido un veterano de laprimera guerra mundial, hijo de un veterano, orgul<strong>los</strong>o hijo de un padre muerto en combate—.Parecía como si el aniquilamiento de todos <strong>los</strong> individuos de origen judío estuviera siendo precedidopor la incruenta destrucción y autodisolución <strong>del</strong> pueblo judío, como si el pueblo judíohubiera debido exclusivamente su existencia a <strong>los</strong> otros pueb<strong>los</strong> y a su odio.Sigue siendo uno de <strong>los</strong> aspectos más destacados de la historia judía el hecho de que la activaentrada de <strong>los</strong> judíos en la historia europea quedó determinada precisamente por ser el<strong>los</strong> unelemento intereuropeo, no nacional, en un mundo de naciones que surgían o existían. El que estepapel demostrara ser más duradero y más esencial que su función como banqueros de <strong>los</strong> Estados esuna de las razones materiales <strong>del</strong> nuevo y moderno tipo de productividad judía en las artes y en lasciencias. No deja de ser una justicia de la Historia que su caída coincidiera con la ruina de unsistema y de un cuerpo político que, cualesquiera que fueran sus otros defectos, había necesitado ypodía tolerar un elemento puramente europeo.No debería olvidarse la grandeza de esta existencia consistentemente europea por culpa de <strong>los</strong>muchos aspectos indudablemente menos atractivos de la historia judía de <strong>los</strong> últimos sig<strong>los</strong>. Losescasos autores europeos que se han mostrado conscientes de este aspecto de la «cuestión judía» notenían especiales simpatías hacia <strong>los</strong> judíos, pero sí poseían una estimación imparcial de la situacióneuropea en conjunto. Entre el<strong>los</strong> figuraban Diderot, el único filósofo francés <strong>del</strong> siglo XVIII que nose mostró hostil respecto de <strong>los</strong> judíos y que advirtió en el<strong>los</strong> un nexo útil entre <strong>los</strong> europeos de lasdiferentes nacionalidades; Wilhelm von Humboldt, que, testigo de su emancipación durante laRevolución Francesa, señaló que <strong>los</strong> judíos perderían su universalidad cuando se transformaran enfranceses 15 , y, finalmente, Friedrich Nietzsche, quien, por su aversión al Reich alemán de Bismarck,15 WILHELM vox HUMBOLDT, Tagebücher, ed. por Leitzmann, Berlín, 1916-1918, I, 475. El artículo «Judío» en laEncyclopédie 1751-1765, vol. IX, que fue probablemente escrito por Diderot: «Así dispersos en nuestra época... [<strong>los</strong>judíos], se han convertido en instrumentos de comunicación entre <strong>los</strong> más distantes países. Son como las espigas y <strong>los</strong>clavos que se necesitan en un gran edificio para unir y mantener juntas todas las otras partes.»

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!