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arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

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Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 320desvelar las relaciones entre el partido y el Estado» <strong>del</strong> III Reich 16 . También se ha observadofrecuentemente que la relación entre las dos fuentes de la autoridad, entre el Estado y el partido, esde ostensible autoridad, de forma tal que la maquinaria <strong>del</strong> Gobierno es habitualmente descritacomo la fachada carente de poder que oculta y protege al verdadero poder <strong>del</strong> partido 17 .Todos <strong>los</strong> niveles de la maquinaria administrativa <strong>del</strong> III Reich se hallaban sujetos a una curiosaduplicación de organismos. Con una fantástica perfección, <strong>los</strong> nazis se aseguraron de que cadafunción de la Administración <strong>del</strong> Estado estuviera duplicada por algún órgano <strong>del</strong> partido 18 : ladivisión de Alemania, trazada por la Constitución de Weimar, en Estados y provincias fue duplicadapor la división nazi en Gaue, cuyas fronteras, sin embargo, no coincidían, de forma tal que cadalocalidad pertenecía, incluso geográficamente, a dos unidades administrativas completamentediferentes 19 . Y la duplicación de funciones no fue abandonada cuando, después de 1933, nazisrelevantes ocuparon <strong>los</strong> Ministerios oficiales <strong>del</strong> Estado, cuando Frick, por ejemplo, se convirtió enministro <strong>del</strong> Interior o Guerthner en ministro de Justicia. Estos antiguos y leales miembros <strong>del</strong>partido, una vez que iniciaron carreras oficiales al margen <strong>del</strong> partido, perdieron su poder y setornaron tan carentes de influencia como otros funcionarios públicos. Ambos se hallaban sometidosa la autoridad de hecho de Himmler, el ascendente jefe de la Policía que normalmente hubieradebido ser un subordinado <strong>del</strong> ministro <strong>del</strong> Interior 20 . Mejor conocido en el exterior fue el destino<strong>del</strong> antiguo Ministerio alemán de Asuntos Exteriores de la Wilhelmstrasse. Los nazis dejaron supersonal casi intacto y desde luego jamás suprimieron el Ministerio; sin embargo, al mismo tiempomantuvieron la Oficina de Asuntos Exteriores <strong>del</strong> partido, que existía desde antes de la conquista16 STEPHEN H. ROBERTS, The House that Hitler Built, Londres, 1939, p. 72.17 El juez Robert H. Jackson, en su discurso de apertura de <strong>los</strong> procesos de Nüremberg, basó consecuentemente sudescripción de la estructura política de la Alemania nazi en la coexistencia de «dos Gobiernos en Alemania —elauténtico y ci ostensible. Durante cierto tiempo fueron mantenidas las formas de la República alemana, y éste fue elGobierno exterior y visible. Pero la verdadera autoridad en el Estado se hallaba al margen y por encima de la ley ydescansaba en el cuerpo directivo <strong>del</strong> Partido Nazi» (Nazi Conspiracy, I, 125). Véase también la distinción deROBERTS, op. cit., p. 101, entre el partido y un Estado fantasmal: «Obviamente, Hitler se inclinaba hacia el aumentode la duplicación de funciones.»Los estudiosos de la Alemania nazi parecen estar de acuerdo en señalar que el Estado sólo poseía una autoridadostensible. Para la única excepción, véase The Dual State, de ERNST FRAENKEL, Nueva York y Londres, 1941, queafirma la co existencia de un «Estado normativo y un Estado prerrogativo» viviendo en fricción constante con «partescompetitivas y no complementarias <strong>del</strong> Reich alemán». Según Fraenkel, el Estado normativo era mantenido por <strong>los</strong>nazis para la protección <strong>del</strong> orden capitalista y de la propiedad privada y poseía plena autoridad en todas las cuestioneseconómicas, mientras que el Estado prorrogativo <strong>del</strong> partido gobernaba de forma suprema en todas las cuestionespolíticas.18 «Para las posiciones de poder en el Estado que <strong>los</strong> nacionalsocialistas no pudieron ocupar con su propia gente crearon<strong>los</strong> correspondientes “organismos fantasmales» en su propia organización <strong>del</strong> Partido, estableciendo de esta manera unsegundo Estado junto al Estado...» (KONRAD HEIDEN, Der Fuehrer: Hitler’s Rise to Power, Boston, 1944, p. 616).19 O. C. GILES, The Gestapo, Oxford Pamphlets on World Affairs, núm. 36, 1940, describe la constante superposiciónde <strong>los</strong> departamentos <strong>del</strong> partido y <strong>del</strong> Estado.20 Resulta característico un memorándum <strong>del</strong> ministro <strong>del</strong> Interior, Frick, quien denotaba su resentimiento por el hechode que Himmler, jefe de las SS, tuviera un poder superior (véase Nazi Conspiracy, III, 547). Interesantes al respecto sonlas notas de Rosenberg acerca de un debate con Hitler en 1942: antes de la guerra, Rosenberg nunca había desempeñadoun cargo <strong>del</strong> Estado, pero pertenecía al círculo íntimo de Hitler. Ahora que se había convertido en ministro <strong>del</strong> Reichpara <strong>los</strong> Territorios Ocupados en el Este, se enfrentaba constantemente con las «acciones directas» de otrosplenipotenciarios (principalmente hombres de las SS), que le despreciaban porque ahora pertenecía al aparato ostensible<strong>del</strong> Estado (véase ibíd., IV, pp. 65 y ss.). Lo mismo le sucedió a Hans Frank, gobernador general de Polonia. Hubosolamente dos casos en <strong>los</strong> que la obtención de una categoría ministerial no supuso pérdida alguna de poder o deprestigio: el <strong>del</strong> ministro de Propaganda, Goebbels, y el <strong>del</strong> ministro <strong>del</strong> Interior, Himmler. Respecto de Himmlerposeemos un memorándum, presumiblemente <strong>del</strong> año 1935, que refleja la simplicidad sistemática de <strong>los</strong> nazis en laregulación de las relaciones entre el partido y el Estado. Este memorándum, que aparentemente surgió <strong>del</strong> círculoinmediato de Hitler y fue hallado entre la correspondencia <strong>del</strong> Reichsadjudantur y la Gestapo, contiene una advertenciacontra el nombramiento de Himmler como subsecretario <strong>del</strong> Ministerio <strong>del</strong> Interior, porque en este caso «ya no podríaser un jefe político» y «quedaría apartado <strong>del</strong> partido». Aquí también hallamos mencionado el principio técnico queregulaba las relaciones entre el partido y el Estado: Un Reichsleiter [un alto funcionario <strong>del</strong> partido] no debe estarsubordinado a un Reichsminister [un alto funcionario <strong>del</strong> Estado].» (Este memorándum, sin fecha y sin firma, y tituladoDie geheime Staatspolizei, puede ser hallado en <strong>los</strong> archivos de la Biblioteca Hoover, carpeta P. Wiedemann.).

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