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Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 309Gestapo eran todos muy leales 100 .Por obra de la afinidad esencial entre el funcionamiento de una sociedad secreta deconspiradores y la de la policía secreta organizada para combatir<strong>los</strong> es por lo que <strong>los</strong> regímenestotalitarios, basados en una ficción de una conspiración global y encaminada a una dominaciónglobal, concentran eventualmente todos <strong>los</strong> poderes en manos de la policía. En la fase previa a laconquista <strong>del</strong> poder, empero, las «sociedades secretas a la luz <strong>del</strong> día» ofrecen otras ventajas en suorganización. La contradicción obvia entre una organización de masas y una sociedad exclusiva, enla única en que puede confiarse para mantener un secreto, carece de importancia en comparacióncon el hecho de que la verdadera estructura de las sociedades secretas y conspiradoras puedetraducir la dicotomía ideológica totalitaria —la ciega hostilidad de las masas contra el mundoexistente sin tener en cuenta sus divergencias y diferencias— en un principio de organización.Desde el punto de vista de una organización que funciona según el principio de que todo el que noesté incluido está excluido, todo el que no está conmigo está contra mí, el mundo en general pierdetodos <strong>los</strong> matices, diferenciaciones y aspectos pluralistas que en cualquier caso se han tornadoconfusos e insoportables para las masas que han perdido su lugar y su orientación en ese mundo 101 .Lo que les inspiraba con la inquebrantable lealtad de <strong>los</strong> miembros de las sociedades secretas no eratanto el secreto como la dicotomía entre Nosotros y todos <strong>los</strong> demás. Y la dicotomía podíamantenerse intacta imitando la estructura de organización de las sociedades secretas y vaciándola desu objetivo racional de salvaguardar un secreto. No importaba el que una ideología conspiradorafuese el origen de esta evolución, como en el caso de <strong>los</strong> nazis o un grupo parasitario <strong>del</strong> sectorconspirador de un partido revolucionario, como en el caso de <strong>los</strong> bolcheviques. La afirmacióninherente a la organización totalitaria es que todo lo que se halla fuera <strong>del</strong> movimiento está«muriendo», una afirmación que es drásticamente realizada bajo las condiciones asesinas de ladominación totalitaria, pero que incluso en la fase previa a la conquista <strong>del</strong> poder parece plausible alas masas que escapan de la desintegración y de la desorientación hacia el mundo ficticio <strong>del</strong>movimiento.Los movimientos totalitarios han demostrado una y otra vez que puede existir la misma lealtaden la vida y en la muerte que ha sido la prerrogativa de las sociedades secretas y conspiradoras 102 .La completa ausencia de resistencia en unidades enteramente preparadas y armadas, como las SA,ante el asesinato de un líder amado (Röhm) y de centenares de camaradas íntimos fue un curiosoespectáculo. En aquel momento era probablemente Röhm, y no Hitler, quien tenía tras de sí el poderde la Reichswehr. Pero estos incidentes en el movimiento nazi fueron completamente eclipsados porel espectáculo siempre repetido de <strong>los</strong> «criminales» confesos de <strong>los</strong> partidos bolcheviques. Losprocesos basados en confesiones absurdas se han convertido en parte de un ritual interiormente muyimportante y exteriormente incomprensible. Pero, sea como fuere la preparación que hayan sufridosus víctimas, este ritual debe su existencia a las confesiones probablemente no fabricadas de la viejaguardia bolchevique en 1936. Mucho tiempo antes de <strong>los</strong> procesos de Moscú, <strong>los</strong> condenados amuerte escuchaban sus sentencias con gran tranquilidad, actitud «particularmente dominante entre100 La Gestapo fue establecida por Göring en 1933; Himmler fue nombrado jefe de la Gestapo en 1934 y comenzóinmediatamente a reemplazar a su personal por hombres de las SS; al final de la guerra, el 75 por 100 de todos <strong>los</strong>agentes de la Gestapo eran hombres de las SS. Debe considerarse también que las unidades SS se hallabanespecialmente calificadas para esta tarea, puesto que, incluso en la fase previa a la conquista <strong>del</strong> poder, fueronorganizadas por Himmler para ejercer el espionaje entre <strong>los</strong> miembros <strong>del</strong> partido (HEIDEN, op. cit., p. 308). Para lahistoria de la Gestapo, véase GILES, op. cit., y también Nazi Conspiracy, vol. II, cap. XII.101 Fue probablemente uno de <strong>los</strong> decisivos errores ideológicos de Rosenberg, quien perdió el favor <strong>del</strong> Führer y perdiósu influencia en el movimiento en beneficio de hombres como Hitler, Bormann e incluso Streicher, el hecho de que enEl mito <strong>del</strong> siglo XX admitiera un pluralismo racial <strong>del</strong> que sólo quedaban excluidos <strong>los</strong> judíos. Por eso violó elprincipio de que todo el que no está incluido («el pueblo germánico») está excluido («la masa de la Humanidad»).Véase nota 87 de este capítulo.102 SIMMEL, op. cit., p. 492, enumera sociedades secretas criminales en las que <strong>los</strong> miembros designan a un jefe, al quea partir de entonces obedecen sin críticas y sin limitaciones.

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