12.07.2015 Views

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 290claro cuán conscientes eran ya <strong>los</strong> Estados implicados <strong>del</strong> cambio de la situación. En lugar dedirigirse a <strong>los</strong> jefes reconocidos de la judería alemana, acudió a la minoría sionista, relativamentepequeña y carente de influencia, que todavía confiaba en el antiguo sistema precisamente porqueinsistía en la existencia de un pueblo judío independiente de la nacionalidad y de la que por esotodavía cabía esperar que prestara unos servicios que dependían de conexiones internacionales y deun punto de vista internacional. El paso, sin embargo, resultó ser un error <strong>del</strong> Gobierno alemán. Lossionistas hicieron algo que ningún banquero judío había hecho hasta entonces; impusieron suspropias condiciones y respondieron al Gobierno que sólo negociarían una paz sin anexiones y sinreparaciones 30 . Había desaparecido la antigua indiferencia judía a las cuestiones políticas; ya no eraposible utilizar a la mayoría porque no se hallaba marginada de la nación y la minoría sionistaresultaba inútil porque poseía ideas políticas propias.La sustitución en Europa central de <strong>los</strong> Gobiernos monárquicos por Repúblicas completó ladesintegración de las juderías de la región, de la misma manera que el establecimiento de la IIIRepública había tenido en Francia el mismo resultado unos cincuenta años antes. Los judíos habíanperdido ya gran parte de su influencia cuando se establecieron <strong>los</strong> nuevos Gobiernos bajocondiciones en las que no podían ni querían proteger a sus judíos. En las negociaciones de paz enVersalles <strong>los</strong> judíos fueron empleados principalmente como expertos, e incluso <strong>los</strong> antisemitasadmitían que <strong>los</strong> pequeños estafadores judíos de la era de la posguerra, principalmente reciénllegados, tras cuyas actividades fraudulentas, que les distinguían profundamente de suscorreligionarios nativos, se hallaba una actitud que recordaba curiosamente a la antigua indiferenciapor las normas <strong>del</strong> entorno, carecían de conexiones con <strong>los</strong> representantes de una supuestainternacional judía 31 .Entre toda la turba de grupos antisemitas competidores y en una atmósfera cargada deantisemitismo, la propaganda nazi desarrolló un método de tratar el tema que era diferente ysuperior a todos <strong>los</strong> demás. Sin embargo, ningún slogan nazi era nuevo, ni siquiera la astuta imagende Hitler de una lucha de clases provocada por el patrono judío que explota a sus obreros mientrasque, al mismo tiempo, en el patio de la fábrica su hermano les incita a la huelga 32 . El únicoelemento nuevo era que para el ingreso en sus filas el partido nazi exigía pruebas de ascendencia nojudía y que, a pesar <strong>del</strong> programa de Feder, siguió mostrándose extremadamente vago acerca de lasmedidas reales que contra <strong>los</strong> judíos adoptaría una vez que hubiera conquistado el poder 33 . Losnazis situaron al tema judío en el centro de su propaganda, en el sentido de que el antisemitismo yano era una cuestión de opiniones acerca de personas diferentes de la mayoría, o una procupación <strong>del</strong>a política nacional 34 , sino la preocupación íntima de cada individuo en su existencia personal; nopodía ser miembro <strong>del</strong> partido aquel cuyo «árbol genealógico» no estuviera en orden, y cuanto más30 Véase la autobiografía de CHAIM WEIZMANN, Trial and Error, Nueva York, 1949, p. 185.31 Véase, por ejemplo, Jüdische geld und Weltherrschaft?, de OTTO BONHARD, 1926, p. 57.32 HITLER utilizó por vez primera esta imagen en 1922: «Moisés Kohn, por un lado, anima a su asociación a rechazarlas demandas de <strong>los</strong> obreros, mientras que su hermano Isaac, en la fábrica, invita a las masas...» a la huelga (Hitler’sSpeeches: 192 1939, ed. Baynes, Londres, 1942, p. 29). Resulta notable el que nunca se publicara en la Alemania naziuna colección completa de <strong>los</strong> discursos de Hitler, así que hay que verse forzado a recurrir a la edición inglesa. Por unabibliografía compilada por PHILIPP BOUHLER, Die Reden des Führer’s nach der Machtübernahme, 1940, puedeadvertirse que la omisión no fue accidental; sólo <strong>los</strong> discursos públicos eran publicados verbatim en el VölkischerBeobachter; por lo que se refiere a <strong>los</strong> discursos ante el Führerkorps y otras unidades <strong>del</strong> partido, eran simplemente«mencionados» en ese periódico. En ningún caso estaban destinados a su publicación.33 Los 25 puntos de Feder contienen sólo las medidas habitualmente exigidas por todos <strong>los</strong> grupos antisemitas:expulsión de <strong>los</strong> judíos nacionalizados y trato de extranjeros para <strong>los</strong> judíos nativos. La oratoria antisemita nazi fuesiempre mucho más radical que su programa.WALDEMAR GURIAN, «Antisemitism in Modern Germany», en Essays on Antisemitism, ed. por Koppel S. Pinson,Nueva York, 1946, p. 243, subraya la falta de originalidad <strong>del</strong> antisemitismo nazi: «Todas estas exigencias y todos estospuntos de vista no eran notables por su originalidad; resultaban evidentes por sí mismos en todos <strong>los</strong> círcu<strong>los</strong>nacionalistas; lo que resultaba notable era la destreza demagógica y oratoria con que fueron presentados.»34 Ejemplo típico <strong>del</strong> simple antisemitismo nacionalista dentro <strong>del</strong> movimiento nazi mismo es Röhm, quien escribe:«No: ¡al judío no se le puede culpar de todo! A nosotros se nos debe culpar <strong>del</strong> hecho de que el judío todavía puedadominar ahora» (ERNST RÖHM, Die Geschichte eines Hochverrüters, 1933, edición popular, página 284).

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!