12.07.2015 Views

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 257una dominación total y las graves pérdidas de población inherentes 15 . Sin gran esperanza en laconquista de territorios más densamente poblados, <strong>los</strong> tiranos de esos pequeños países se vieronforzados a una determinada y resuelta moderación para no perder a las personas a las que tenían quedominar. Por ello, también el nazismo, hasta el estallido de la guerra y su expansión por Europa, semantuvo retrasado respecto de su equivalente ruso en consistencia y crueldad; incluso el puebloalemán no era suficientemente numeroso para permitir el desarrollo completo de esta novísimaforma de gobierno. Sólo si hubiese ganado la guerra habría conocido Alemania una dominacióntotalitaria completamente evolucionada, y <strong>los</strong> sacrificios habrían alcanzado, no sólo a las «razasinferiores», sino a <strong>los</strong> mismos alemanes, tal como cabe deducir y estimar <strong>del</strong> legado de <strong>los</strong> planesde Hitler 16 . En cualquier caso, sólo durante la guerra, después de que las conquistas en el Esteproporcionaron grandes masas de población e hicieron posibles <strong>los</strong> campos de exterminio, pudoAlemania establecer una dominación verdaderamente totalitaria. (A la inversa, las posibilidades dedominación totalitaria son aterradoramente altas en las tierras <strong>del</strong> tradicional despotismo oriental, enla India y en China, donde existe un material casi inagotable para alimentar la maquinaria dedominación total, acumuladora de poder y destructora de hombres, y donde, además, el típicosentimiento masivo de la superfluidad <strong>del</strong> hombre —fenómeno enteramente nuevo en Europa,donde es concomitante con el desempleo en masa y el crecimiento de población de <strong>los</strong> últimosciento cincuenta años— ha prevalecido durante sig<strong>los</strong> en el desprecio por el valor de la vidahumana.) La moderación o <strong>los</strong> métodos menos homicidas de dominación eran difícilmenteatribuibles al temor <strong>del</strong> Gobierno a una rebelión popular. La despoblación de su propio paísconstituía una amenaza mucho más seria. Sólo donde existen grandes masas superfluas o dondepueden ser derrochadas sin desastrosos resultados de despoblación es posible una dominacióntotalitaria, diferenciada de un movimiento totalitario.Los movimientos totalitarios son posibles allí donde existen masas que, por una razón u otra, hanadquirido el apetito de la organización política. Las masas no se mantienen unidas por la concienciade un interés común y carecen de esa clase específica de diferenciación que se expresa en objetivoslimitados y obtenibles. El término de masa se aplica sólo cuando nos referimos a personas que, bien15 La siguiente información proporcionada por SOUVARINE, op. cit, p. 669, parece ser una relevante ilustración:«Según W. Krivitsky, cuya excelente fuente de información confidencial es la GPU: ‘En lugar de <strong>los</strong> 171 millones dehabitantes calculados para 1937, sólo se encontraron 145 millones; de esta forma se habían perdido en la URSS cerca de30 millones de personas.’» Y esto, conviene no olvidarlo, sucedía tras la deskulakización de <strong>los</strong> primeros años de ladécada de <strong>los</strong> 30, que había costado unos ocho millones de vidas humanas. Véase Communism in Action, U. S. Government, Washington, 1946, p. 140.16 Gran parte de estos planes, basados en <strong>los</strong> documentos originales, pueden hallarse en Bréviaire de la haine, de LEÓNPOLIAKOV, París, 1951, cap. 8 (edición americana bajo el título de Harvest of Hate, Syracuse, 1954); las citaspertenecen a la edición original francesa, pero sólo en cuanto se refieren al exterminio de <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> no germánicos,especialmente a <strong>los</strong> de origen eslavo. El hecho de que la máquina nazi de destrucción no se habría detenido ni siquieraante el pueblo alemán resulta probado por un proyecto de ley sanitaria, redactado por el mismo Hitler. Proponía «aislar»<strong>del</strong> resto de la población a todas las familias que contaran con algún caso de afecciones cardíacas o pulmonares, siendo,naturalmente, su liquidación física el siguiente paso. Este, como otros diferentes e interesantes proyectos para lavictoriosa Alemania de la posguerra, se hallan contenidos en una carta circular a <strong>los</strong> jefes de distrito (Kreisleiter) deHesse-Nassau en la forma de un informe sobre un debate desarrollado en el Cuartel General <strong>del</strong> Führer acerca de lasmedidas que tendrían que ser adoptadas «antes... y después de una victoriosa terminación de la guerra». Véase lacolección de documentos en Nazi Conspiracy and Aggression, Washington, 1946, et seq., vc. VII, p. 175. Al mismocontexto corresponde la proyectada promulgación de un «legislación relativa a todos <strong>los</strong> extranjeros», mediante la cualtenía que ser legalizada y ampliada la «autoridad institucional» de la policía, principalmente, para enviar a personas queno hubieran cometido <strong>del</strong>ito alguno a <strong>los</strong> campos de concentración. (Véase PAUL WERNER, SS-Standartenführer, enDeutsches Jugendrecht, fasc. 4, 1944.)En relación con esta «política demográfica negativa» es importante recordar que «en este proceso de selección nuncapuede haber una pausa» (HIMMLER, «Die Schutzstaffel», en Grundlagen, Aufabau und Wirtschaftsordnung desnationalsozialistischen Staates, núm. 7 b). «La lucha <strong>del</strong> Führer y de su partido constituía una selección inalcanzada...;la selección y esta lucha quedaron ostensiblemente coronadas el 30 de enero de 1933... El Führer y su vieja guardiasabían que la verdadera lucha acababa de comenzar» (ROBERT LEY, Der Weg zur Ordensburg, o. D. Verlag derDeutschen Arbeitsfront. «No disponible para la venta»).

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!