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Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 160carácter individual independiente de su entorno social. Entre <strong>los</strong> hombres que influyeron en elmovimiento colonial desde mediados <strong>del</strong> XIX hasta el estallido <strong>del</strong> imperialismo a finales <strong>del</strong> siglonadie escapó a la influencia de Carlyle, pero ninguno puede ser acusado de haber predicado unmanifiesto racismo. El mismo Carlyle, en su ensayo sobre la «Cuestión negra», se preocupo de <strong>los</strong>medios para ayudar a las Indias Occidentales a producir «héroes». Charles Dilke, cuya GreaterBritain (1869) es a veces considerada como el comienzo <strong>del</strong> imperialismo 59 fue un radical avanzadoque glorificó a <strong>los</strong> colonialistas ingleses como parte de la nación británica, frente a quienesdespreciaban a el<strong>los</strong> y a sus tierras como simples colonias. J. R. Seeley, de cuya Expansion ofEngland (1883) se vendieron 80.000 ejemplares en menos de dos años, todavía respeta a <strong>los</strong>hindúes como a un pueblo extranjero y les distingue claramente de <strong>los</strong> «bárbaros». Incluso Froude,cuya admiración por <strong>los</strong> boers, ese pueblo blanco que fue el primero en convertirse abiertamente ala fi<strong>los</strong>ofía tribal <strong>del</strong> racismo, puede parecer sospechosa, se opuso a la concesión de derechosexcesivos a Sudáfrica, porque el «autogobierno en África <strong>del</strong> Sur significa el gobierno de <strong>los</strong>nativos por colonos europeos y no es autogobierno». 60Tan considerablemente como en Alemania, el nacionalismo inglés nació y fue estimulado poruna clase media que nunca se emancipó por sí misma enteramente de la nobleza y que por esoaportó <strong>los</strong> primeros gérmenes <strong>del</strong> pensamiento racial. Pero, a diferencia de Alemania, cuya falta deunidad hacía necesaria una barrera ideológica para reemplazar a hechos históricos y geográficos, lasislas británicas se hallaban completamente separadas <strong>del</strong> mundo que las rodeaba por unas fronterasnaturales e Inglaterra, como nación, tenía que concebir una teoría de unidad entre pueb<strong>los</strong> quevivían en lejanas colonias más allá de <strong>los</strong> mares, separadas por miles de millas de la madre patria.El único lazo entre ellas era una ascendencia común, un origen común, un lenguaje común. Laseparación de <strong>los</strong> Estados Unidos había demostrado que en sí mismos tales nexos no garantizaban ladominación; y sólo América, también otras colonias, aunque no con la misma violencia, mostrabanfuertes tendencias hacia el desarrollo a lo largo de líneas constitucionales diferentes de las de lamadre patria. Para conservar a estos antiguos súbditos británicos, Dilke, influido por Carlyle, habló<strong>del</strong> «Saxondom», <strong>del</strong> área geográfica de <strong>los</strong> sajones, un término que parecía capaz de recuperarincluso al pueblo de <strong>los</strong> Estados Unidos, al que está dedicada una tercera parte de su libro. Siendoun radical, Dilke podía actuar como si la guerra de la independencia americana no hubiese sido unaguerra entre dos naciones, sino el tipo inglés de guerra civil <strong>del</strong> siglo XVIII, en la que él se alineabatardíamente con <strong>los</strong> republicanos. Porque allí se halla una de las razones <strong>del</strong> sorprendente hecho deque <strong>los</strong> reformadores sociales y <strong>los</strong> radicales fueran <strong>los</strong> promotores <strong>del</strong> nacionalismo en Inglaterra:deseaban conservar las colonias no sólo porque consideraban que eran escapes necesarios para lasclases inferiores, sino porque deseaban retener la influencia que sobre la madre patria ejercían estoshijos más radicales de las Islas británicas. Este motivo es tan fuerte en Froude que quería«conservar las colonias porque creía posible reproducir en ellas un estado más sencillo de lasociedad y un más noble estilo de vida <strong>del</strong> que era posible en la Inglaterra industrial» 61 , y tuvo undefinido impacto en la Expansion of England, de Seeley: «Cuando nos hayamos acostumbrado acontemplar unido a todo el Imperio y llamemos a todo Inglaterra, veremos que hay también unosEstados Unidos.» Sea cual fuere la intención con la que hayan utilizado el término «Saxondom»posteriores escritores políticos, en la obra de Dilke posee un genuino significado político para unanación que ya no se mantenía unida por un limitado país. «La idea que a lo largo de todos mis viajesha sido mi compañera y mi guía —la clave para desvelar las cosas ocultas de tierras nuevas yextrañas— es la concepción... de la grandeza de nuestra raza que ya ciñe a la Tierra, que estádestinada quizás, eventualmente a dispersarse por toda ella» (Prólogo). Para Dilke, el origen común,la herencia, la «grandeza de la raza» no eran ni hechos físicos ni la clave de la Historia, sino unaguía muy necesaria en el mundo actual, el único nexo fiable en un espacio sin límites.Como <strong>los</strong> colonos ingleses se habían extendido por toda la Tierra, resultó especialmente fuerte59 E. H. DAMCE, The Victorian Illusion, 1928: «El imperialismo empezó con un libro... Greater Britain, de Dilke.»60 «Two Lectures on South África», en Short Studies on Great Subjects, 1867-1882.61 C. A. BODELSEN, op. cit., p. 199.

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