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Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 268mismo momento histórico 39 . La simple ansia de poder, combinada con el desprecio por laespecificación «parlanchina» de lo que piensa hacer, es característica de todos <strong>los</strong> jefes <strong>del</strong>populacho, pero no alcanza a <strong>los</strong> niveles <strong>del</strong> <strong>totalitarismo</strong>. El verdadero objetivo <strong>del</strong> fascismo erasólo apoderarse <strong>del</strong> poder e instalar a la élite fascista como dominadora indiscutida <strong>del</strong> país. El<strong>totalitarismo</strong> nunca se contenta con dominar por medios externos, es decir, a través <strong>del</strong> Estado y deuna maquinaria de violencia; gracias a su ideología peculiar y al papel asignado a ésta en eseaparato de coacción, el <strong>totalitarismo</strong> ha descubierto unos medios de dominar y de aterrorizar a <strong>los</strong>seres humanos desde dentro. En este sentido, elimina la distancia entre <strong>los</strong> dominadores y <strong>los</strong>dominados y logra una condición en la que el poder y la voluntad de poder, tal como nosotros <strong>los</strong>comprendemos, no desempeñan papel alguno o, en el mejor de <strong>los</strong> casos, desempeñan un papelsecundario. En sustancia, el líder totalitario no es nada más ni nada menos que el funcionario de lasmasas a las que conduce; no es un individuo hambriento de poder y que impone una tiránica yarbitraria vo luntad sobre sus súbditos. Siendo un mero funcionario, puede ser reemplazado encualquier momento y tanto depende él de la «voluntad» de las masas a las que encarna comodependen de él las masas a las que encama. Sin él carecerían de representación externa y seguiríansiendo una horda amorfa; sin las masas, el líder es una entidad inexistente. Hitler, que eracompletamente consciente de esta interdependencia, la expresó una vez en un discurso dirigido a lasSA: «Todo lo que sois me lo debéis a mí; todo lo que soy sólo a vosotros lo debo» 40 . Nosmostramos demasiado inclinados a despreciar semejantes declaraciones o a entenderlaserróneamente en el sentido de que la actuación es aquí definida en términos de dar y ejecutarórdenes, como ha sucedido demasiado a menudo en la tradición política y en la historia deOccidente 41 . Pero esta idea ha presupuesto siempre alguien que mande, que piense y que quiera yque luego imponga su pensamiento y su voluntad a un grupo privado de pensamiento y de voluntad—por la persuasión, la autoridad o la violencia. Hitler, sin embargo, era de la opinión de queincluso el «pensamiento... (existe) sólo en virtud de dar o de ejecutar órdenes» 42 , y por eso eliminóincluso teóricamente la distribución entre el pensamiento y la acción, por una parte, y entre <strong>los</strong>dominadores y <strong>los</strong> dominados, por otra.Ni el nacionalismo ni el bolchevismo llegaron a proclamar una nueva forma de Gobierno oafirmaron que sus objetivos habían quedado logrados con la conquista <strong>del</strong> poder y el control de lamaquinaria <strong>del</strong> Estado. Su idea de la dominación era algo que ningún Estado, ningún simple aparatode violencia, puede nunca lograr, sino que sólo puede conseguir un movimiento que se mantieneconstantemente en marcha: es decir, la dominación permanente de cada individuo en cada una <strong>del</strong>as esferas de la vida 43 . La conquista <strong>del</strong> poder por <strong>los</strong> medios de la violencia nunca es un fin en símismo, sino sólo el medio para un fin, y la conquista <strong>del</strong> poder en un país determinado es sólo unagrata fase transitoria, pero nunca la conclusión <strong>del</strong> movimiento. El objetivo práctico <strong>del</strong> movimientoconsiste en organizar a tantos pueb<strong>los</strong> como le sea posible dentro de su marco y poner<strong>los</strong> ymantener<strong>los</strong> en marcha; un objetivo político que constituyera el final <strong>del</strong> movimiento simplementeno existe.39 Mussolini fue probablemente el primer jefe de partido que rechazó conscientemente un programa formal y <strong>los</strong>ustituyó solamente con la inspiración de la jefatura y la acción. Tras esta conducta descansa la noción de que laactualidad <strong>del</strong> momento mismo era el elemento principal de inspiración, que resultaría obstaculizada por un programade partido. La fi<strong>los</strong>ofía <strong>del</strong> fascismo italiano fue más expresada por el «actualismo» de Gentile que por <strong>los</strong> «mitos» deSorel. Véase también el artículo «Fascism» en la Encyclopedia of the Social Sciences. El programa de 1921 fueformulado cuando el partido contaba dos años de existencia y contenía, principalmente, su fi<strong>los</strong>ofía nacionalista.40 ERNST BAYER, Die SA, Berlín, 1938. Cita de Nazi Conspiracy, IV, 783.41 Por vez primera en El Político, de PLATÓN, donde la actuación es interpretada en términos de archein y prattein, deordenar el comienzo de una acción y de ejecutar esta orden.42 Hitlers Tischgesprüche, p. 198.43 Mein Kampf, libro I, cap. XI. Véase también, por ejemplo, de DIETER SCHWARZ, Angriffe auf dienationalsozialistische Weltanschauung: Aus dem Schwarzen Korps, número 2, 1936, en respuesta a las obvias críticas<strong>del</strong> hecho de que <strong>los</strong> nacionalsocialistas, después de la conquista <strong>del</strong> poder, siguieran hablando acerca de «una lucha»:El nacionalsocialismo como ideología (Weltanschauung) no abandonará su lucha hasta que... el estilo de vida de cadaalemán haya quedado conformado por sus valores fundamentales y hasta que éstos sean verdaderamente realizados cadadía.

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