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arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

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Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 68y la recepción por parte de una sociedad, considerados o bien condición preliminar de laemancipación judía o como su consecuencia automática. En otras palabras, siempre que quienestrataban de mejorar las condiciones judías intentaron pensar en la cuestión judía desde el punto devista de <strong>los</strong> mismos judíos, la abordaron simplemente en su aspecto social. Uno de <strong>los</strong> hechos másdesgraciados en la historia <strong>del</strong> pueblo judío ha sido el que sólo sus enemigos y casi nunca susamigos comprendieran que la cuestión judía era política.Los defensores de la emancipación tendían a presentar el problema como si fuera de«educación», concepto que originariamente se aplicó tanto a <strong>los</strong> judíos como a <strong>los</strong> no judíos 3 . Sedaba por supuesto que la vanguardia de ambos campos debería componerse de personasespecialmente «educadas», tolerantes y cultas. De aquí se deducía, desde luego, que <strong>los</strong> no judíosparticularmente tolerantes, educados y cultos sólo podían relacionarse socialmente con <strong>los</strong> judíosexcepcionalmente educados. Y la demanda de abolición <strong>del</strong> prejuicio, formulada por <strong>los</strong> educados,se tornó rápidamente una actividad más bien unilateral hasta que, finalmente, sólo <strong>los</strong> judíos fueronimpulsados a educarse a sí mismos.Este, sin embargo, es sólo un aspecto de la cuestión. Se exhortó a <strong>los</strong> judíos a elevar su nivelcultural lo suficiente como para que no se comportaran como judíos ordinarios, pero eran por otraparte aceptados, sólo porque eran judíos, en razón de su atractivo extraño y exótico. En el sigloXVIII esta situación tuvo su origen en el nuevo humanismo, que buscaba expresamente «nuevosespecímenes de la Humanidad» (Herder), con cuya relación podría llegar a conseguirse un ejemplode posible intimidad con todos <strong>los</strong> tipos de la Humanidad. Para el Berlín ilustrado de la época deMen<strong>del</strong>ssohn, <strong>los</strong> judíos servían de prueba viva de que todos <strong>los</strong> hombres eran humanos. Para estageneración, la amistad con Men<strong>del</strong>ssohn o con Markus Hertz significaba una siempre renovadaprueba de la dignidad <strong>del</strong> hombre. Y como <strong>los</strong> judíos eran un pueblo despreciado y oprimido,constituían por eso un mo<strong>del</strong>o aún más puro y más ejemplar de la Humanidad. Fue Herder, undeclarado amigo de <strong>los</strong> judíos, quien primero utilizó la frase posteriormente mal empleada y malcitada: «Extraño pueblo de Asia impulsado hacia nuestras regiones» 4 . Con estas palabras, él yquienes eran como él saludaban a <strong>los</strong> «nuevos especímenes de la Humanidad», en cuya búsqueda elsiglo XVIII había «rastreado la Tierra» 5 para ir a encontrarles en su antigua vecindad. Resueltos ahallar la unidad básica de la Humanidad, deseaban que <strong>los</strong> orígenes <strong>del</strong> pueblo judío parecieran másextraños, y por consiguiente más exóticos, de lo que eran realmente para que resultara más efectivala demostración de humanidad como principio universal.Durante unas pocas décadas a finales <strong>del</strong> siglo XVIII, cuando la judería francesa ya disfrutaba <strong>del</strong>a emancipación y la judería alemana apenas la esperaba o la deseaba, la intelligentsia ilustrada dePrusia logró que <strong>los</strong> «judíos de todo el mundo volvieran sus ojos hacia la comunidad judía deBerlín» 6 . (¡Y no hacia la de París!) En gran parte fue posible gracias al éxito de Nathan el Sabio, deLessing, o de su mala interpretación; éste sostenía que <strong>los</strong> «nuevos especímenes de la Humanidad»deberían ser también individuos más intensamente humanos, puesto que habían llegado a serejemp<strong>los</strong> de la Humanidad 7 . Mirabeau se mostró fuertemente influido por esta idea y la utilizó paracitar a Men<strong>del</strong>ssohn como su ejemplo 8 . Herder esperó que <strong>los</strong> judíos cultos se mostrarían más libresde prejuicios, porque el «judío se ve libre de ciertos juicios políticos a <strong>los</strong> que nosotros no podemosrenunciar o que nos es difícil abandonar». Protestando contra la costumbre de la época de otorgar«concesiones de nuevos privilegios mercantiles», propuso la educación como verdadero camino3 Esta es la actitud expresada en «Expert Opinion», de WILHELM V. HUMBOLDT, 1809: «El Estado no deberíaenseñar exactamente respeto para <strong>los</strong> judíos, pero debería abolir una manera de pensar inhumana y teñida deprejuicios», etc. En Die Emancipation der Juden in Preussen, de ISMAR FREUND, Berlín, 1912, II, 270.4 J. G. HERDER: «Über die politische Bekehrung der Juden», en Adrastea und das 18. Jahrhundert, 1801-03.5 HERDER, Briefe zur Beförderung der Humanität (1793-97), 40. Brief.6 FELIX PRIEBATSCH, «Die Judenpolitik der fürstlichen Absolutismus im 17. und 18. Jahrhundert», en Forschungenund Versuche zur Geschichte de Mittealters und der Neuzeit, 1915, p. 646.7 El propio Lessing no alimentaba tales ilusiones. Su última carta a Moses Men<strong>del</strong>ssohn expresaba muy claramente loque quería: «El camino más corto y más seguro hacia ese país europeo sin cristianos ni judíos.» Para conocer la actitudde Lessing hacia <strong>los</strong> judíos, véase Die Lessinglegende, de FRANZ MEHRING, 1906.8 Véase Sur Moses Men<strong>del</strong>ssohn, de HONORÉ Q. R. DE MIRABEAU, Londres, 1788.

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