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Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 152Estados» 28 . Fue Adam Mueller quien insistió sobre la pureza de la ascendencia como prueba denobleza y Haller quien fue más allá <strong>del</strong> obvio hecho de que <strong>los</strong> poderosos dominan a <strong>los</strong> privados depoder, declarando como ley natural que <strong>los</strong> débiles deben set dominados por <strong>los</strong> fuertes. Des<strong>del</strong>uego, <strong>los</strong> nobles aplaudieron entusiasmados cuando supieron que su usurpación <strong>del</strong> poder no soloera legal, sino que se hallaba de acuerdo con las leyes naturales, y consecuencia de las definicionesburguesas fue el hecho de que durante el siglo XIX evitaran las mésalliances con más cuidado quenunca 29 .La insistencia en el origen tribal común como una esencia de la nacionalidad, que formularon <strong>los</strong>nacionalistas alemanes durante y después de la guerra de 1814, y el énfasis de <strong>los</strong> románticos en lapersonalidad innata y en la nobleza natural, prepararon intelectualmente el camino al pensamientoracial en Alemania. Del primero procedió la doctrina orgánica de la Historia con sus leyes naturales;de la última surgió a finales <strong>del</strong> siglo el grotesco homúnculo <strong>del</strong> superhombre cuyo destino naturalconsiste en dominar al mundo. Mientras que estas tendencias se desarrollaron paralelamente nofueron más que medios temporales de escapar a las realidades políticas. Una vez soldadas,constituyeron la verdadera base para el racismo como una clara ideología. Pero esto no sucedióprimeramente en Alemania, sino en Francia, y no por obra de <strong>los</strong> intelectuales de la clase media,sino de un noble muy inteligente y frustrado, el conde de Gobineau.3. LA NUEVA CLAVE DE LA HISTORIAEn 1853, el conde Arthur de Gobineau publicó su Essai sur l’inégalité des races humaines, quesólo cincuenta años más tarde, hacia el comienzo <strong>del</strong> nuevo siglo, se convertiría en una especie deobra de texto para las teorías raciales. La primera frase de esta obra en cuatro volúmenes —«Ladecadencia de la civilización es el más sorprendente y, al mismo tiempo, el más oscuro de todos <strong>los</strong>fenómenos de la Historia» 30 — indica con claridad el interés esencialmente nuevo y moderno de suautor, el nuevo talante pesimista que impregna su obra y que es la fuerza ideológica que fue capazde unir todos <strong>los</strong> factores anteriores y todas las opiniones en conflicto. Verdaderamente, desdetiempo inmemorial, la Humanidad siempre ha deseado saber tanto como fuera posible en relacióncon las culturas pasadas, <strong>los</strong> imperios desaparecidos, <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> extinguidos; pero nadie antes deGobineau pensó en hallar una sola razón, una sola fuerza conforme a la cual, siempre y en todolugar, surge y decae la civilización. Las doctrinas de la decadencia parecen haber tenido unaconexión muy íntima con el pensamiento racial. No es ciertamente una coincidencia que otro de <strong>los</strong>primeros «creyentes en la raza», Benjamin Disraeli, se mostrara igualmente fascinado por ladecadencia de las culturas, mientras que por otra parte Hegel, cuya fi<strong>los</strong>ofía se ocupaba en granparte de la ley dialéctica <strong>del</strong> desarrollo en la Historia, nunca se interesó por la aparición y ladecadencia de las culturas como tales ni en ley alguna que explicara la muerte de las naciones.Gobineau expuso precisamente semejante ley. Sin el darwinismo ni ninguna otra teoríaevolucionista que le influyera, este historiador se jactó de haber introducido la Historia en la familiade las ciencias naturales, de haber detectado la ley natural de la sucesión de <strong>los</strong> acontecimientos yde haber reducido todas las manifestaciones espirituales o fenómenos culturales a algo «que porvirtud de una ciencia exacta, nuestros ojos pueden ver, nuestros oídos pueden oír, nuestras manospueden tocar».El efecto más sorprendente de la teoría, expuesta a mediados <strong>del</strong> optimista siglo XIX, es el hechode que el autor se muestra fascinado por la decadencia de las civilizaciones y apenas interesado enla aparición de éstas. En la época en que escribía el Essai, Gobineau concedió escasa atención al28«Entwurf eines Friedenspaktes», en Ludwig von der Marwitz und die Anfänge konservativer Politik undStaatsauffassung in Preussen, de GERHARD RAMLOW Historische Studien, fascículo 185, p. 92.29 Véase la obra de SIGMUND NEUMANN, Die Stufen des preussischen Konservatismus, Historische Studien,fascículo 190, Berlín, 1930. Especialmente pp. 48, 51, 64 y 82. Para ADAM MUELLER, véase Elemente derStaatskunst, 1809.30 Cita de The Inequality of Human Races, traducida por Adrien Collins, 1915

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