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Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 96aspectos legales <strong>del</strong> caso. Destacan abruptamente cierto número de rasgos característicos <strong>del</strong> sigloXX. Difusos y apenas distinguibles durante las primeras décadas <strong>del</strong> siglo, emergieron por fin a laluz <strong>del</strong> día y se revelaron como pertenecientes a las principales tendencias de <strong>los</strong> tiempos modernos.Al cabo de treinta años de una suave y puramente social forma de discriminación antijudía,resultaba un poco difícil recordar que el grito «¡Mueran <strong>los</strong> judíos!» había resonado una vez a lolargo y a lo ancho de un Estado moderno cuando su política interior había cristalizado en el tema<strong>del</strong> antisemitismo. Durante treinta años las antiguas leyendas referentes a una conspiración mundialsólo fueron el recurso cómodo de la prensa popular y de la novela barata, y el mundo ya norecordaba fácilmente que no hacía mucho tiempo, en la época en que «Los Protoco<strong>los</strong> de <strong>los</strong> Sabiosde Sión» eran desconocidos, toda una nación se había devanado <strong>los</strong> sesos para tratar de determinarsi era la «Roma secreta» o la «secreta Judá» quienes sujetaban las riendas de la política mundial. 14De forma similar, la fi<strong>los</strong>ofía vehemente y nihilista <strong>del</strong> autoodio espiritual 15 sufrió en ciertamanera un eclipse cuando un mundo en paz temporal consigo mismo no se afanaba por coleccionarrelevantes criminales para justificar la exaltación de la brutalidad y de la falta de escrúpu<strong>los</strong>. LosJules Guérin tuvieron que esperar casi cuarenta años a que la atmósfera fuese de nuevo propicia a laacción de las unidades paramilitares de asalto. Los déclassés, originados por la economía <strong>del</strong> sigloXIX, tuvieron que crecer numéricamente hasta constituir fuertes minorías de las naciones antes deque el coup d’état, que no había sido más que un grotesco complot 16 en Francia, pudiera llegar a serrealidad en Alemania casi sin esfuerzo. El preludio <strong>del</strong> nazismo fue interpretado en toda la escenaeuropea. Por eso, el caso Dreyfus es más que un «<strong>del</strong>ito» curioso e imperfectamente aclarado 17 , unenredo de oficiales <strong>del</strong> Estado Mayor disfrazados con barbas postizas y gafas oscuras, ofreciendo denoche sus estúpidas falsificaciones en las calles de París. Su héroe no es Dreyfus, sino Clemenceau,y no empieza con la detención de un oficial judío <strong>del</strong> Estado Mayor, sino con el escándalo dePanamá.2. LA TERCERA REPÚBLICA Y LA JUDERÍA FRANCESAEntre 1880 y 1888, la Compañía de Panamá, bajo la dirección de De Lesseps, que habíaconstruido el Canal de Suez, pudo realizar escasos progresos prácticos. Sin embargo, dentro de lamisma Francia, logró durante ese período nada menos que 1.335.538.454 francos en préstamosprivados 18 . El éxito resulta más significativo si se considera el cuidado de la clase media francesa encuestiones económicas. El secreto <strong>del</strong> éxito de la Compañía radicó en el hecho de que varios de susempréstitos públicos fueron invariablemente respaldados por el Parlamento. Generalmente, seconsideraba la construcción <strong>del</strong> Canal más como un servicio público y nacional que como unaempresa privada. Cuando la Compañía llegó a la bancarrota fue, por eso, la política exterior de laRepública la que realmente sufrió el golpe. Sólo al cabo de unos pocos años llegó a comprenderseque aún más importante había sido la ruina de cerca de medio millón de franceses de la clase media.14 En lo que se refiere a la oreación de tales mitos en ambos bandos, véase DANIEL HALÉVY, «Apologie pour notrepassé», en Cahiers de la quinzaine, serie XL, número 10, 1910.15 En la Carta a Francia de Zola, en 1898, sorprende una nota claramente moderna: «Oímos en ambos bandos que elconcepto de la libertad ha ido a la bancarrota. Cuando afloró el «Affaire Dreyfus», este prevalente odio por la libertadhalló una oportunidad dorada... ¿No veis que la única razón por la que Scheurer-Kestner ha sido atacado con tal furia espor pertenecer a una generación que creía en la libertad y trabajaba por ella? Hoy, cualquiera se encoge de hombros antecosas semejantes... ‘Estos viejos', se ríe, ‘sentimentales anticuados'». HERZOG, op. cit., con fecha 6 de enero de 1898.16 La burlesca naturaleza de <strong>los</strong> diferentes intentos realizados en el siglo XIX Para preparar un coup d'état fueclaramente analizada por ROSA LUXEMBURGO en su articulo, «Die soziale Krise in Frankreich», en Die Neue Zeit,vol. I, 1901.17 Todavía se ignora si el coronel Henry falsificó el bordereau por orden <strong>del</strong> Jefe <strong>del</strong> Estado Mayor o por su propiainiciativa. En forma semejante, jamás ha sido adecuadamente aclarado el intento de asesinato de Labori, abogado deDreyfus ante el Tribunal de Rennes. Véase, de EMILE ZOLA, Corresponden ce: lettres à Maître Labori, París, 1929, p.31, n. 1.18 Véase WALTER FRANK, Demokratie und Nationalismus in Frankreich, Hamburgo, 1933, p. 273

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