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Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 129compensada por el engaño. Su igualdad como homicidas potenciales coloca a todos <strong>los</strong> hombres enla misma inseguridad, de lo cual surge la necesidad de un Estado. La raison d’être <strong>del</strong> Estado es lanecesidad de obtener alguna seguridad para el individuo, que se siente amenazado por todos sussemejantes.La característica crucial en la descripción <strong>del</strong> hombre que hace Hobbes no es todo el pesimismorealista por el que ha sido elogiado en <strong>los</strong> últimos tiempos. Porque, si fuera cierto que el hombre esun ser tal como Hobbes afirma, sería incapaz en manera alguna de encontrar ningún cuerpo político.Hobbes, desde luego, no logró, ni siquiera deseó lograr, la incorporación definitiva de este ser a lacomunidad política. El Hombre de Hobbes no debe lealtad a su país si ha sido derrotado y se leexcusa de cualquier traición si resulta que cae prisionero. Aquel<strong>los</strong> que viven fuera de laComunidad (por ejemplo, <strong>los</strong> esclavos) no tenían ya obligaciones respecto de sus semejantes, sinoque se les permitía matar tantos como pudieran; mientras que, por el contrario, «ningún hombretenía libertad para resistir a la espada de la Comunidad en defensa de otro hombre, sea culpable oinocente», lo que no significa que no exista camaradería ni responsabilidad entre el hombre y elhombre. Lo que les mantiene juntos es un interés común que puede ser «algún crimen capital, por elque uno de el<strong>los</strong> puede esperar la muerte»; en este caso tienen derecho a «resistir a la espada de laComunidad», a «unirse, ayudarse y defenderse mutuamente... porque defienden sus vidas».De esa forma esta pertenencia a cualquier tipo de comunidad es para Hobbes un asunto temporaly limitado que esencialmente no cambia el carácter solitario y privado <strong>del</strong> individuo (que noexperimenta placer, sino, al contrario, una considerable aflicción al hallarse en compañía, cuandocarece de poder para aterrar a todos) ni crea lazos permanentes entre él y sus semejantes. Parececomo si la descripción <strong>del</strong> hombre que formula Hobbes anule su propósito de proporcionar las basesde una Comunidad y en vez de ello proporcione un marco consistente de actitudes a través de lascuales podría ser fácilmente destruida cada comunidad genuina. De aquí resulta la inherente yreconocida inestabilidad de la Comunidad de Hobbes, cuya propia concepción incluye su propiadisolución —«Cuando en una guerra (exterior o intestina) <strong>los</strong> enemigos consiguen una victoriafinal... entonces la Comunidad queda disuelta y cada hombre se halla en libertad de protegerse a símismo»—, inestabilidad que es tanto más sorprendente cuanto que el objetivo primario yfrecuentemente repetido de Hobbes consistía en lograr un máximo de seguridad y de inestabilidad.Sería una grave injusticia a Hobbes y a su dignidad como filósofo considerar esta descripción <strong>del</strong>hombre como un intento de realismo psicológico o de verdad fi<strong>los</strong>ófica. La realidad es que Hobbesno estaba interesado ni en el uno ni en la otra, sino preocupado exclusivamente por la mismaestructura política, y describe las características <strong>del</strong> hombre según las necesidades <strong>del</strong> Leviatán. Enbeneficio de <strong>los</strong> argumentos y de las convicciones, presenta su esbozo político como si hubiesepartido de una visión realista <strong>del</strong> hombre, un ser que «desea el poder por el poder», y como sipartiera de esta visión para proyectar un cuerpo político más adecuado para este animal sediento depoder. El proceso auténtico, el único proceso en el que su concepto <strong>del</strong> hombre tiene sentido y vamás allá de la obvia banalidad de una supuesta maldad humana, es precisamente el opuesto.Este nuevo cuerpo político fue concebido en beneficio de la nueva sociedad burguesa tal comoemergía en el siglo XVII y esta descripción <strong>del</strong> hombre es un esbozo <strong>del</strong> mismo tipo de Hombre queencajaría en esa sociedad. La Comunidad está basada en la <strong>del</strong>egación de poder y no en la dederechos. Adquiere un monopolio <strong>del</strong> homicidio y proporciona a cambio una garantía condicionalcontra el ser víctima de un homicidio. La seguridad es aportada por la ley, que es una emanacióndirecta <strong>del</strong> monopolio de poder por el Estado (y no es establecida por el hombre según normashumanas acerca de lo que es justo e injusto). Y como esta ley procede directamente <strong>del</strong> poderabsoluto, representa una necesidad absoluta a <strong>los</strong> ojos <strong>del</strong> individuo que vive bajo ella. Respecto <strong>del</strong>a ley <strong>del</strong> Estado —es decir, <strong>del</strong> poder acumulado de la sociedad y monopolizado por el Estado—,no cabe va preguntarse por lo que es justo o por lo que es injusto, sino sólo la absoluta obediencia,el ciego conformismo de la sociedad burguesa.Privado de todos <strong>los</strong> derechos políticos, el individuo, a quien la vida pública y oficial se presentacon una apariencia de necesidad, adquiere un nuevo y crecido interés en su vida privada y en sudestino personal. Excluido de la participación en la gestión de todos <strong>los</strong> asuntos públicos, que

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