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arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

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Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 292dictadura o Monarquía, indicaran una forma específica de gobierno 39 . Es como si, en esta cuestión,hubieran sabido siempre que serían enteramente originales. Cada discusión acerca de la forma realde su futuro Gobierno era desdeñada como una charla inútil sobre meras formalidades —porque elEstado, según Hitler, era sólo un «medio» para la conservación de la raza, como el Estado, según lapropaganda bolchevique, es sólo un instrumento de la lucha de clases 40 .En otra forma curiosa e indirecta, <strong>los</strong> nazis dieron una respuesta propagandística a la preguntarelativa a lo que sería su futuro papel, y ello fue en su empleo de <strong>los</strong> «Protoco<strong>los</strong> de <strong>los</strong> Sabios deSión» como mo<strong>del</strong>o para la organización futura de las masas alemanas con objeto de lograr un«imperio mundial». El empleo de <strong>los</strong> «Protoco<strong>los</strong>» no quedó limitado a <strong>los</strong> nazis; en la Alemania <strong>del</strong>a posguerra se vendieron centenares de miles de ejemplares y ni siquiera era nueva su francaadopción de <strong>los</strong> «Protoco<strong>los</strong>» como manual político 41 . Sin embargo, esta falsificación fueprincipalmente utilizada con el propósito de denunciar a <strong>los</strong> judíos y de prevenir al populachocontra <strong>los</strong> peligros de la dominación judía 42 . En términos de simple propaganda, el descubrimientode <strong>los</strong> nazis consistió en advertir que las masas no estaban tan aterradas por una dominación judíamundial como interesadas en averiguar cómo podría realizarse, que la popularidad de <strong>los</strong>«Protoco<strong>los</strong>» se basaba en la admiración o el fervor más que en el odio, y que sería prudentepermanecer tan cerca como fuera posible de algunas de sus más importantes fórmulas, como en elcaso <strong>del</strong> famoso slogan: «Justo es lo que es bueno para el pueblo alemán», que se hallaba copiado<strong>del</strong> de <strong>los</strong> «Protoco<strong>los</strong>»: «Todo lo que beneficia al pueblo judío es moralmente justo y sagrado» 43 .Los «Protoco<strong>los</strong>» son en muchos aspectos un documento curioso y notable. Al margen de sumaquiavelismo barato, su característica política esencial es que en su fanático estilo abordan todos<strong>los</strong> temas importantes de la época. Son antinacionales en principio y describen a la Nación-Estadocomo un co<strong>los</strong>o de pies de barro. Desprecian la soberanía nacional y creen, como Hitler señaló una39 En <strong>los</strong> casos aislados en <strong>los</strong> que Hitler llegó a ocuparse de esta cuestión acostumbraba a recalcar: «Incidentalmente,yo no soy el jefe de un Estado, en el sentido de un dictador o un monarca, sino que soy el jefe <strong>del</strong> pueblo alemán»(véase Ausgewhlte Reden des Führers, 1939, p. 114). HANS FRANK se expresó dentro <strong>del</strong> mismo espíritu: «El Reichnacionalsocialista no es un régimen dictatorial y menos aún arbitrario. El Reich nacionalsocialista, en vez de eso, sebasa en la lealtad mutua <strong>del</strong> Führer y <strong>del</strong> pueblo» (en Recht und Verwaltung, Munich, 1939, p. 15).40 HITLER repitió muchas veces: «El Estado es sólo el medio para un fin. El fin es: conservación de la raza» (Reden.1939, p. 125). También subrayó que su movimiento «no se basa en la idea <strong>del</strong> Estado, sino que se halla basadoprimariamente en la Volksgemeinschaft cerrada [véase Reden, 1933, p. 125, y el discurso pronunciado ante la nuevageneración de jefes políticos (Führernachwuchs), 1937, que se publica como addendum a las Hitlers Tischgespräche, p.446] . Este, mutatis mutandis, es también el núcleo de la complicada y <strong>del</strong>iberada ambigüedad que caracteriza a lallamada «teoría <strong>del</strong> Estado» de Stalin: «Nos declaramos en favor de la muerte <strong>del</strong> Estado y al mismo tiempo nosalzamos en pro <strong>del</strong> fortalecimiento de la dictadura <strong>del</strong> proletariado, que representa la más poderosa y potente autoridadde todas las formas <strong>del</strong> Estado que han existido hasta el día de hoy. El más elevado desarrollo posible <strong>del</strong> poder <strong>del</strong>Estado con objeto de preparar las condiciones para la muerte <strong>del</strong> Estado: ésta es la fórmula marxista» (op. cit., loc. cit.).41 ALEXANDER STEIN, Adol f Hitler, Schüler der «Weisen von Zion», Karlsbad. 1936, fue el primero en analizar porcomparación filológica la identidad ideológica de las enseñanzas de <strong>los</strong> nazis con las de <strong>los</strong> «Sabios de Sión» (véasetambién Adolf Hitler et les «Protocoles des Sages de Sion», de R. M. BLANK. 1938).El primero en admitir su deuda con las enseñanzas de <strong>los</strong> «Protoco<strong>los</strong>» fue Theodor Fritsch, el «gran anciano» <strong>del</strong>antisemitismo alemán de la posguerra. Escribe en el epílogo a su edición de <strong>los</strong> Protoco<strong>los</strong>, 1924: «Nuestros futurospolíticos y diplomáticos tendrán que aprender de <strong>los</strong> maestros orientales de la villanía hasta el A B C <strong>del</strong> arte degobernar, y, para este fin, <strong>los</strong> ‘Protoco<strong>los</strong> sionistas’ ofrecen una excelente instrucción preparatoria.»42 Sobre la historia de <strong>los</strong> «Protoco<strong>los</strong>» véase An Appraisal of the Protocols of Zion, de JOHN S. CURTISS, 1942.El hecho de que <strong>los</strong> «Protoco<strong>los</strong>» fueran una falsedad resultó irrelevante para <strong>los</strong> fines propagandísticos. El autorruso S. A. Nilus, que publicó la segunda edición rusa en 1905, era ya bien consciente <strong>del</strong> dudoso carácter de estedocumento y añadió algo obvio: «Pero si fuera posible mostrar su autenticidad por documentos o por declaración detestigos fidedignos, si fuera posible identificar a las personas que se hallan a la cabeza <strong>del</strong> complot mundial...,entonces... ‘la secreta iniquidad’ podría quedar destrozada...» (traducción en CURTISS, op. cit.).Hitler no necesitó a Nilus para utilizar el mismo truco: la mejor prueba de su autenticidad consistía en habersedemostrado que eran una falsedad. Y añade también el argumento de su «plausibilidad»: «Lo que muchos judíos puedenhacer inconscientemente se formula aquí consciente y claramente. Y esto es lo aue cuenta» (Mein Kampf, libro I, cap.XI).43 FRITSCH, op. cit., «(Der Juden) oberster Grundsatz lautet: Alles was dem Volke Juda nützt, ist moralisch und isheilig’».

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