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arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

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Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 342están concebidos para semejantes propósitos; pueden ser mejor preparados con aquel<strong>los</strong> que hanrecibido un adoctrinamiento totalitario que les permite comprender «subjetivamente» su propiainnocuidad objetiva y confesar «en beneficio de la causa» 98 . El concepto <strong>del</strong> «adversario objetivo»cuya identidad cambia según las circunstancias predominantes —de forma tal que, tan pronto comoes liquidada una categoría, pueda declararse la guerra a otra— corresponde exactamente a lasituación de hecho reiterada una vez y otra por <strong>los</strong> gobernantes totalitarios: es decir, que su régimenno es un Gobierno en ningún sentido tradicional, sino un movimiento, cuyo avance tropiezaconstantemente con nuevos obstácu<strong>los</strong> que tienen que ser eliminados. Por lo que hasta donde cabeen general hablar de cualquier pensamiento legal dentro <strong>del</strong> sistema totalitario, el «adversarioobjetivo» es su idea central.Estrechamente relacionado con esta transformación <strong>del</strong> sospechoso en enemigo objetivo es elcambio de posición de la Policía secreta dentro <strong>del</strong> Estado totalitario. Los servicios secretos hansido certeramente denominados un Estado dentro <strong>del</strong> Estado, y ello no sólo en <strong>los</strong> despotismos, sinotambién bajo Gobiernos constitucionales o semiconstitucionales. La simple posesión deinformación secreta ha proporcionado siempre a esta rama una superioridad decisiva sobre todas lasdemás de la Administración civil y constituido una abierta amenaza para <strong>los</strong> miembros <strong>del</strong>Gobierno 99 . La Policía totalitaria, por el contrario, se halla completamente sujeta a la voluntad <strong>del</strong>jefe, que es el único que puede decidir quién será el próximo enemigo potencial y quien puede,como hizo Stalin, seleccionar a <strong>los</strong> cuadros de la Policía secreta para su liquidación. Como a laPolicía ya no se le permite utilizar la provocación, ha quedado privada <strong>del</strong> único medio disponiblede perpetuarse independientemente <strong>del</strong> Gobierno y se ha tornado enteramente dependiente de lasmás altas autoridades para la salvaguardia de sus puestos. Como el Ejército en un Estado nototalitario, la Policía en <strong>los</strong> países totalitarios ejecuta simplemente la política y pierde todas lasprerrogativas que conservaba bajo las burocracias despóticas 100 .La tarea de la Policía totalitaria no consiste en descubrir <strong>del</strong>itos, sino en hallarse disponiblecuando el Gobierno decide detener a cierto sector de la población. Su principal distinción política esque solamente la Policía disfruta de la confianza de la más alta autoridad y sabe qué línea políticaha de ser aplicada. Y esto no se aplica solamente a las cuestiones de alta política, tales como laliquidación de toda una clase o de un grupo étnico (sólo <strong>los</strong> cuadros de la GPU conocían el objetivoreal <strong>del</strong> Gobierno soviético en <strong>los</strong> primeros años de la década de <strong>los</strong> 30 y sólo las formaciones <strong>del</strong>as SS sabían que <strong>los</strong> judíos tenían que ser exterminados en <strong>los</strong> primeros años de la década de <strong>los</strong>40); el hecho de la vida cotidiana bajo condiciones totalitarias es que sólo <strong>los</strong> agentes de la NKVDen una empresa industrial se hallan informados de lo que Moscú quiere cuando ordena, por ejemplo,una aceleración en la fabricación de tubos; si se trata simplemente de obtener más tubos, o dearruinar al director de la fábrica, o de liquidar a toda la gerencia, o de abolir esa determinadafábrica, o, finalmente, de hacer que esta orden se repita por toda la nación para que pueda comenzaruna nueva purga.Una de las razones de la duplicación de <strong>los</strong> servicios secretos, cuyos agentes se desconocen entresí, es la de que la dominación total necesita la más extremada flexibilidad: volviendo a utilizarnuestro ejemplo, Moscú, cuando ordena fabricar más tubos, puede que no sepa todavía si desea98 BECK y GODIN, op. cit., 87, hablan de las «características objetivas», que en la URSS invitaban a la detención;entre ellas figuraba la pertenencia a la NKVD (página 153). La percepción subjetiva de la necesidad objetiva de ladetención y la confesión podía lograrse más fácilmente con <strong>los</strong> antiguos miembros de la Policía Secreta. En palabras deun ex agente de la NKVD: «Mis superiores me conocen suficientemente bien y conocen mi trabajo, y si el partido y laNKVD me exigen ahora que confiese tales cosas deben tener buenas razones para hacer lo que están haciendo. Mi debercomo leal ciudadano soviético es no sustraerme a la confesión que se me exige» (ibíd., p. 231).99 Bien conocida es la situación en Francia, donde <strong>los</strong> ministros vivían en constante temor a <strong>los</strong> dossiers secretos de laPolicía. Por lo que se refiere a la situación en la Rusia zarista, véase LAPORTE, op. cit., pp. 22 y 23: «Eventualmente,la Ojrana manejará un poder muy superior al de autoridades más regulares... La Ojrana... informará al zar sólo de lo queestime oportuno.»100 «A diferencia de la Ojrana, que había sido un Estado dentro <strong>del</strong> Estado, la GPU es un departamento <strong>del</strong> Gobiernosoviético; «... y sus actividades son mucho menos independientes» (ROGER N. BALDWIN, «Political Police», enEncyclopedia of Social Sciences).

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