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Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 168Los boers descendían de <strong>los</strong> colonos holandeses que, a mediados <strong>del</strong> siglo XVII, se instalaron enEl Cabo para proporcionar verduras frescas y carne a <strong>los</strong> barcos que se dirigían a la India. En elsiglo siguiente tan sólo se les unió un pequeño grupo de hugonotes franceses; únicamente la ayudade una elevada tasa de natalidad permitió a la pequeña astilla holandesa convertirse en un pequeñopueblo. Completamente aislados de la corriente de la Historia europea, emprendieron un caminoque «pocas naciones habían pisado antes que el<strong>los</strong> y apenas una con éxito» 10 .Los dos principales factores materiales en el desarrollo <strong>del</strong> pueblo boer fueron el sueloextremadamente malo que sólo podía ser utilizado para una ganadería de tipo extensivo y la muynumerosa población negra, que se hallaba organizada en tribus y que vivía dedicada a la cazanómada 11 . El suelo malo hizo imposible una colonización cerrada e impidió que <strong>los</strong> campesinosholandeses imitaran la organización aldeana de su patria. Las grandes familias, aisladas entre sí poramplios espacios silvestres, se vieron forzadas a un tipo de organización de clan y sólo la amenazasiempre presente de un enemigo común, las tribus negras que superaban con mucho a <strong>los</strong> colonosblancos, impidió que tales clanes se lanzaran a una activa guerra entre sí. La solución al dobleproblema de la falta de fertilidad y la abundancia de nativos fue la esclavitud 12 .La esclavitud, empero, es una palabra inadecuada para describir lo que realmente sucedió. Enprimer lugar, la esclavitud, aunque domesticó a cierta parte de la población salvaje, nunca llegó adominar a toda ella de forma tal que <strong>los</strong> boers nunca pudieron dominar su primer horrible espantoante especies de hombres a <strong>los</strong> que su orgullo humano y su sentido de la dignidad humana no lespermitían considerar como semejantes. Este espanto ante algo que es como uno mismo y que bajoninguna circunstancia debería ser como uno mismo, permaneció en la base de la esclavitud y setornó en base de una sociedad racial.La Humanidad recuerda la Historia de <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong>, pero posee sólo un conocimiento legendariode las tribus prehistóricas. La palabra «raza» tiene un significado preciso sólo cuando y donde <strong>los</strong>pueb<strong>los</strong> se enfrentan con tales tribus de las que carecen de conocimiento histórico y que no poseenuna Historia propia. Ignoramos si éstas representan al «hombre prehistórico», a <strong>los</strong> especímenesaccidentalmente supervivientes de <strong>los</strong> primeros ejemplares de vida humana en la Tierra o si son <strong>los</strong>supervivientes «post-históricos» de algún desastre desconocido que concluyó con una civilización.Realmente más parecen supervivientes de una gran catástrofe que puede haber sido seguida pordesastres más pequeños hasta que la catastrófica monotonía pareció ser condición natural de la vidahumana. En cualquier caso, las razas, en este sentido, fueron halladas sólo en regiones donde laNaturaleza era especialmente hostil. Lo que las hacía diferentes de otros seres humanos no era elcolor de su piel, sino el hecho de que se comportaban como una parte de la Naturaleza, el de quetrataban a la Naturaleza como si fuera indiscutible, el de que no habían creado un mundo humano,una realidad humana y que, por eso, la Naturaleza había seguido siendo, en toda su majestad, laúnica realidad abrumadora —comparada con la cual el<strong>los</strong> parecían ser espectros, irreales yfantasmales—. Eran, por así decirlo, seres humanos «naturales» que carecían <strong>del</strong> específico carácterhumano, de la realidad específicamente humana, de forma tal que cuando <strong>los</strong> hombres europeosmataban, en cierto modo, no eran conscientes de haber cometido un crimen.Además, la insensata matanza de las tribus <strong>del</strong> continente negro estaba completamente conformecon las tradiciones de las mismas tribus. El exterminio de las tribus hostiles había sido la norma entodas las guerras Africanas nativas y no era abolido cuando un dirigente negro unía a varias tribus10 Lord Selbourne, en 1907: «Los blancos de Sudáfrica se han lanzado por un sendero que pocas naciones han pisadoantes y que apenas alguna ha pisado con éxito.» Véase KIEWIET, op. cit., capítulo 6.11 Véase especialmente capítulo III de KIEWIET, op. cit.12 «Esclavos y hotentotes, juntos, provocaron notables cambios en el pensamiento y las costumbres de <strong>los</strong> colonos,porque el clima y la geografía no fueron <strong>los</strong> únicos que constituyeron <strong>los</strong> rasgos distintivos de la raza boer. Los esclavosy las sequías, <strong>los</strong> hotentotes y el aislamiento, el trabajo barato y la tierra, se combinaron para crear las instituciones ycostumbres de la sociedad Sudafricana. Los hijos y las hijas de <strong>los</strong> vigorosos holandeses y hugonotes aprendieron aconsiderar el trabajo agrícola y todo duro esfuerzo físico como funciones de una raza servil.» (KIEWIET, op. cit., p.21.).

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