12.07.2015 Views

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 361eternamente cambiante, aunque pedantescamente organizado, recibió una apariencia de solidez porel hecho de que en todas y cada una de las circunstancias <strong>los</strong> judíos eran la categoría más baja. Laparte más horrible y grotesca de todo esto estribaba en que <strong>los</strong> internados se identificaban con estascategorías, como si representasen un último y auténtico vestigio de su persona jurídica. Incluso sidespreciamos todas las demás circunstancias, no es extraño que un comunista de 1933 saliera de <strong>los</strong>campos más comunista de lo que había entrado; un judío, más judío, y, en Francia, la esposa de unsoldado de la Legión Extranjera, más convencida <strong>del</strong> valor de la Legión Extranjera; parece como siestas categorías prometieran algún último jirón de previsible trato, como si encarnasen algunaidentidad jurídica última y por eso más fundamental.Mientras que la clasificación de <strong>los</strong> internados por categorías es sólo una medida táctica y deorganización, la selección arbitraria de las víctimas indica el principio esencial de la institución. Si<strong>los</strong> campos de concentración hubiesen dependido de la existencia de adversarios políticos,difícilmente habrían sobrevivido a <strong>los</strong> primeros años de <strong>los</strong> regímenes totalitarios. Basta sólo conechar una mirada al número de internados en Buchenwald en <strong>los</strong> años posteriores a 1936 paracomprender cuán absolutamente necesario era el elemento <strong>del</strong> inocente para la existenciacontinuada de <strong>los</strong> campos. «Los campos hubieran concluido si al efectuar sus detenciones laGestapo hubiese considerado sólo el criterio de la oposición» 148 , y hacia el final de 1937,Buchenwald, con menos de mil internados, se hallaba próximo al cierre hasta que <strong>los</strong> pogroms denoviembre llevaron a más de veinte mil nuevos internados 149 . En Alemania, este elemento de lainocencia era proporcionado en vasto número por <strong>los</strong> judíos a partir de 1938; en Rusia consistió engrupos de población, tomados al azar, caídos en desgracia por alguna razón enteramentedesconectada de sus acciones 150 . Pero, si bien en Alemania no se estableció hasta 1938 el tipoverdaderamente totalitario de campo de concentración con su enorme mayoría de internadoscompletamente «inocentes», en Rusia tales campos se remontan a <strong>los</strong> primeros años de la década de<strong>los</strong> años 30, dado que hasta 1930 la mayoría de la población de <strong>los</strong> campos de concentracióntodavía estaba integrada por <strong>del</strong>incuentes, contrarrevolucionarios y «políticos» (lo que en este casosignificaba miembros de las facciones desviacionistas). Desde entonces ha habido tantas personasinocentes en <strong>los</strong> campos, que es difícil clasificarlas —personas que tenían algún tipo de contactocon un país extranjero, rusos de origen polaco (especialmente entre 1936 y 1938), campesinos cuyasaldeas, por alguna razón económica., habían sido liquidadas; nacionalidades deportadas, soldadosdesmovilizados <strong>del</strong> Ejército Rojo que pertenecieron a regimientos que habían permanecido largotiempo en el exterior como fuerzas de ocupación o habían caído prisioneros de guerra de <strong>los</strong>alemanes, etc. Pero para el sistema de campos de concentración, la existencia de oposición políticaes sólo un pretexto, y el fin <strong>del</strong> sistema no se logra cuando, incluso bajo el más monstruoso terror, lapoblación se torna voluntariamente coordinada, es decir, cuando abandona sus derechos políticos.El propósito de un sistema arbitrario es destruir <strong>los</strong> derechos civiles de toda la población, que endefinitiva se torna tan fuera de la ley en su propio país como <strong>los</strong> apátridas y <strong>los</strong> que carecen de unhogar. La destrucción de <strong>los</strong> derechos <strong>del</strong> hombre, la muerte en el hombre de la persona jurídica, esun prerrequisito para dominarle enteramente. Y ello se aplica no sólo a categorías especiales, talescomo las de <strong>del</strong>incuentes, adversarios políticos, judíos, homosexuales., sobre quienes se realizaron<strong>los</strong> primeros experimentos, sino a cada habitante de un Estado totalitario. El asentimiento libreresulta tan obstaculizador para la dominación total como la libre oposición 151 . La detención148 KOGON, op. cit., p. 6.149 Véase Nazi Conspiracy, IV, pp. 800 y ss.150 BECK y GODIN, op. cit., declaran explícitamente que <strong>los</strong> «adversarios constituían una proporción relativamentepequeña de la población penitenciaria [rusa]» (página 87) y que no existía relación de ningún tipo entre «uninternamiento de un hombre y cualquier <strong>del</strong>ito» (p. 95).151 BRUNO BETTELHEIM, «On Dachau and Buchenwald», cuando analiza el hecho de que la mayoría de <strong>los</strong>internados «hubieran hecho la paz con <strong>los</strong> valores de la Gestapo» subraya que «esto no fue resultado de la propaganda...La Gestapo insistía en que de cualquier manera les impediría expresar sus sentimientos» (pp. 834 y 835).Himmler prohibió explícitamente en <strong>los</strong> campos la propaganda de cualquier tipo. «La educación consiste endisciplina, jamás en tipo alguno de instrucción sobre una base ideológica.» «Sobre la organización y las obligaciones de

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!