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Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 266producción industrial tuvieron como consecuencia un «desequilibrio caótico» de la nacienteindustria 31 . La liquidación de la burocracia, es decir, de la clase de <strong>los</strong> directores de fábricas y de <strong>los</strong>ingenieros privó finalmente a las empresas industriales de la escasa experiencia práctica que lanueva intelligentsia técnica rusa había sido capaz de conseguir. La igualdad de condiciones entresus súbditos ha sido una de las principales preocupaciones de <strong>los</strong> despotismos y las tiranías desde<strong>los</strong> tiempos antiguos. Sin embargo, semejante igualación no es suficiente para la dominacióntotalitaria —porque deja más o menos intactos ciertos lazos comunes no políticos entre <strong>los</strong> súbditos,tales como <strong>los</strong> lazos familiares y <strong>los</strong> intereses culturales comunes. Si el <strong>totalitarismo</strong> toma en seriosu propia postura, debe llegar hasta el punto en que tenga que «acabar de una vez por todas con laneutralidad <strong>del</strong> ajedrez», es decir, con la existencia autónoma de cualquier actividad. Losaficionados al «ajedrez por el ajedrez», certeramente comparados por su liquidador con <strong>los</strong>aficionados al «arte por el arte» 32 , no eran todavía elementos absolutamente atomizados en unasociedad de masas cuya uniformidad, completamente heterogénea, es una de las condicionesprimarias <strong>del</strong> <strong>totalitarismo</strong>. Desde el punto de vista de <strong>los</strong> dominadores totalitarios, una sociedaddedicada al ajedrez por el ajedrez es sólo en un grado diferente y menos peligrosa que una sociedadde agricultores por la agricultura. Himmler definió muy certeramente al miembro de las SS como elnuevo tipo de hombre que en ninguna circunstancia «hará una cosa por su propio interés» 33La atomización de masas en la sociedad soviética fue lograda mediante el empleo hábil de laspurgas repetidas que invariablemente preceden a la liquidación de grupos. Para destruir todos <strong>los</strong>lazos sociales y familiares, las purgas son realizadas de tal manera que amenazan con el mismo destinoal acusado y a todas sus relaciones corrientes, desde <strong>los</strong> simples conocidos hasta sus másíntimos amigos y parientes. La consecuencia <strong>del</strong> simple e ingenioso sistema de «culpabilidad porasociación» es que, tan pronto como un hombre es acusado, sus antiguos amigos se transformaninmediatamente en sus más feroces enemigos; para salvar sus propias pieles proporcionaninformación voluntariamente y se apresuran a formular denuncias que corroboran las pruebasinexistentes contra él. Este, obviamente, es el único camino de probar que son merecedores deconfianza. Retrospectivamente, tratarán de demostrar que su conocimiento o amistad con el acusadoera sólo un pretexto para espiarle y para revelarle como saboteador, como trotskysta, como espíaextranjero o como fascista. Como el mérito se «estima en función de las denuncias de <strong>los</strong> másíntimos camaradas» 34 , es obvio que la precaución más elemental exige que uno evite todos <strong>los</strong>contactos íntimos si es posible —no para impedir el descubrimiento de <strong>los</strong> propios pensamientossecretos, sino más bien para eliminar, en el caso casi seguro de males futuros, a todas las personasque puedan tener no sólo un interés en denunciarle a uno, sino una irresistible necesidad de producirla ruina de uno simplemente porque se hallan en peligro sus propias vidas. En su último análisis,gracias al desarrollo de este sistema, hasta sus más lejanos y fantásticos extremos, <strong>los</strong> dirigentesbolcheviques lograron crear una sociedad atomizada e individualizada como nunca se habíaconocido antes y que difícilmente hubiera producido por sí mis ma acontecimientos o catástrofes.Los movimientos totalitarios son organizaciones de masas de individuos atomizados y aislados.En comparación con todos <strong>los</strong> demás partidos y movimientos, su más conspicua característicaexterna es su exigencia de una lealtad total, irrestringida, incondicional e inalterable <strong>del</strong> miembroindividual. Esta exigencia es formulada por <strong>los</strong> dirigentes de <strong>los</strong> movimientos totalitarios incluso31 KRAVCHENKO, op. cit., p. 187.32 SOUVARINE, op. cit., p. 575.33 La consigna de las SS, formulada por el mismo Himmler, comienza con las palabras: «No existe tarea por sí misma.»Véase «Die SS», de GUNTER D’ALQUEN, en Schriften ten der Hochschule für Politik, 1939. Los folletos publicadospor las SS exclusivamente para uso interno recalcan una y otra vez «la absoluta necesidad de comprender la futilidad detodo lo que es un fin en sí mismo» (véase Der Reichsführer SS und Chef der deutscher Polizei, sin fecha, «sólo para usointerno dentro de la policía»).34 La misma práctica ha sido abundantemente documentada. W. KRIVITSKY, en su libro In Stalin’s Secret Services(Nueva York, 1939), la hace proceder directamente de Stalin

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