12.07.2015 Views

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 267antes de la Llegada al poder. Precede usualmente a la organización total <strong>del</strong> país bajo su dominio yse deduce de la afirmación de sus ideologías de que su organización abarcará a su debido tiempo atoda la raza humana. Sin embargo, allí donde la dominación totalitaria no ha sido preparada por unmovimiento totalitario (y éste, a su vez, en contradicción con la Alemania nazi, fue el caso deRusia), el movimiento tiene que ser organizado después y las condiciones para su desarrollo tienenque ser artificialmente creadas para hacer en definitiva posible la lealtad total, base psicológica de ladominación total. Sólo puede esperarse que semejante lealtad provenga <strong>del</strong> ser humanocompletamente aislado, quien, sin otros lazos sociales con la familia, <strong>los</strong> amigos, <strong>los</strong> camaradas oincluso <strong>los</strong> simples conocidos, deriva su sentido de tener un lugar en el mundo solo de supertenencia a un movimiento, de su afiliación al Partido.La lealtad total es posible sólo cuando la fi<strong>del</strong>idad se halla desprovista de todo contenidoconcreto, <strong>del</strong> que surgen naturalmente <strong>los</strong> cambios de opinión. Los movimientos totalitarios, cadauno en su propio estilo, han hecho todo lo que han podido para desembarazarse de <strong>los</strong> programaspartidistas que especifican un contenido concreto y que heredaron de anteriores fases no totalitariasde su desarrollo. Por radicalmente que pudieran haber sido expresados, todo objetivo políticodefinido que simplemente no proclama o que no se limita a reinvindicar una dominación mundial,todo programa político que se refiera a temas más específicos que las «cuestiones ideológicas deimportancia durante sig<strong>los</strong>» es una obstrucción al <strong>totalitarismo</strong>. El mayor logro de Hitler en laedificación <strong>del</strong> movimiento nazi, que construyó gradualmente partiendo <strong>del</strong> oscuro grupo defanáticos típico de un pequeño partido nacionalista, fue que aligeró al movimiento <strong>del</strong> primitivoprograma <strong>del</strong> partido no cambiándolo o aboliéndolo of icialmente, sino tan sólo negándose a hablarde ese programa o a discutir sus puntos, cuya relativa moderación de objetivos y de fraseologíaquedó muy pronto anticuada 35 . La tarea de Stalin, en éste como en otros aspectos, fue mucho másformidable; el programa socialista <strong>del</strong> Partido Bolchevique era una carga mucho más incómoda 36que <strong>los</strong> 25 puntos de un economista amateur y de un político fanático 37 . Pero Stalin, tras haberabolido las facciones <strong>del</strong> Partido ruso, logró eventualmente el mismo resultado a través <strong>del</strong>constante zigzagueo de las líneas <strong>del</strong> Partido Comunista y la constante interpretación y aplicación<strong>del</strong> marxismo, que venció a toda la doctrina de todo su contenido porque ya no era posible predecirqué curso o qué acción inspirarían. El hecho de que una perfecta instrucción sobre el marxismo y elleninismo ya no fuera guía alguna <strong>del</strong> comportamiento político —es decir, que, al contrario, sólopueda seguirse la línea <strong>del</strong> Partido si se repite cada mañana lo que Stalin ha anunciado la nocheanterior—determinó, naturalmente, el mismo estado mental, la misma concentrada obediencia, nodividida por intento alguno de comprender lo que uno está haciendo, que expresaba la ingeniosaconsigna de Himmler para sus hombres de las SS: «Mi honor es mi lealtad» 38 .La ausencia o la ignorancia de un programa de partido no es necesariamente en sí misma unsigno de <strong>totalitarismo</strong>. El primero en considerar a <strong>los</strong> programas políticos como innecesariospedazos de papel, y las promesas embarazosas, inconsecuentes con el estilo y el ímpetu de unmovimiento fue Mussolini, con su fi<strong>los</strong>ofía fascista <strong>del</strong> activismo y la inspiración a través <strong>del</strong>35 HITLER declaró en Mein Kampf (2 vols., primera edición alemana, 1925 y 1927, respectivamente; traducción noexpurgada, Nueva York, 1939) que era mejor tener un programa anticuado que permitir una discusión <strong>del</strong> programa(libro II, cap. V). Pronto habría de proclamar públicamente: «Una vez que conquistemos el Gobierno, el programasurgirá por sí mismo... Lo primero que habrá que realizar debe ser una inconcebible oleada de propaganda. Esta es unaacción política que tiene poco que ver con <strong>los</strong> demás problemas <strong>del</strong> momento.» (Véase HEIDEN, op. cit., p. 203.)36 SOUVARINE, en nuestra opinión erróneamente, sugiere que Lenin ya había abo lido el papel de un programa departido: «Nada podía mostrar más claramente la inexistencia <strong>del</strong> bolchevismo como doctrina excepto en el cerebro deLenin; cada bolchevique abandonado a sí mismo se apartaba de ‘la línea’ de su facción..., porque estos hombres sehallaban unidos por su temperamento y por el ascendiente de Lenin más que por ideas» (op. cit., p. 85).37 El Programa <strong>del</strong> Partido Nazi de Gottfried Feder con sus famosos 25 puntos ha desempeñado un papel mayor en laliteratura acerca <strong>del</strong> movimiento que en el mismo movimiento.38 Es difícil de transmitir el impacto de la consigna, formulada por el propio Himmler. Su expresión alemana: MeineEhre heisst Treue, indica una devoción y obediencia absolutas que trasciende el significado de la simple disciplina o <strong>del</strong>a fi<strong>del</strong>idad personal. Nazi Conspiracy, cuyas traducciones de documentos alemanes y de literatura nazi son unaindispensable fuente material, pero también, por desgracia, muy desiguales, traduce la consigna SS: «Mi honor significafi<strong>del</strong>idad» (V, 346).

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!