12.07.2015 Views

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 121francesa y seguidores de la dirección francesa» 12 . Este propósito fue en parte realizado cuandodiputados de color ocuparon escaños en el Parlamento francés y cuando Argelia fue declaradadepartamento de Francia.El resultado de esta osada experiencia fue una explotación particularmente brutal de lasposesiones de ultramar al servicio de la nación. Contra todas las teorías, el Imperio francés fuetomado en cuenta desde el punto de vista de la defensa nacional 13 y las colonias fueron consideradastierras de soldados que podían producir una force noire con la que proteger a <strong>los</strong> habitantes deFrancia contra sus enemigos nacionales. La famosa frase de Poincaré en 1923, «Francia no es unpaís de cuarenta millones; es un país de cien millones», señalaba simplemente el descubrimiento deuna forma económica de capacidad bélica, determinada por <strong>los</strong> métodos de producción en masa 14 .Cuando en la Conferencia de la Paz Clemenceau insistió en 1918 en señalar que sólo le preocupaba«un ilimitado derecho a reclutar tropas negras para contribuir a la defensa <strong>del</strong> territorio francés enEuropa si Francia fuese atacada en el futuro por Alemania» 15 , no salvó a la nación francesa de laagresión germana, como desgraciadamente estamos en situación de saber, aunque su plan fuerealizado por el Estado Mayor; pero asestó un golpe de muerte a la todavía dudosa posibilidad de unImperio francés 16 . En comparación con este ciego y desesperado nacionalismo, <strong>los</strong> imperialistasbritánicos, aviniéndose al sistema de mandatos, parecían guardianes de la autodeterminación de <strong>los</strong>pueb<strong>los</strong>. Y ello a pesar <strong>del</strong> hecho de que inmediatamente comenzaran a abusar <strong>del</strong> sistema demandatos mediante el «dominio indirecto», un método que permitía al administrador gobernar a unpueblo no directamente, sino mediante sus propias autoridades tribales y locales» 17 .Los británicos trataron de escapar a la peligrosa inconsecuencia inherente al intento nacional deconstruir un imperio, dejando a <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> conquistados entregados a sus propios medios por loque a cultura, religión y leyes se refería, manteniéndose distantes y absteniéndose de extender la leyy la cultura británicas. Esto no impidió a <strong>los</strong> nativos desarrollar una conciencia nacional y clamarpor la soberanía y la independencia —aunque pudo haber retrasado en cierto modo el proceso—.Pero reforzó tremendamente la nueva conciencia imperialista de una superioridad fundamental, y nosimplemente temporal, <strong>del</strong> hombre sobre el hombre, de las castas «superiores» sobre las12ERNEST BAKER, Ideas and Ideals of the British Empire, Cambridge, 1941, p. 4.Véanse también las excelentes observaciones preliminares sobre <strong>los</strong> orígenes <strong>del</strong> Imperio francés en The FrenchColonial Empire (en Information Department Pa-pers, núm. 25, publicados por The Royal Institute of InternationalAffairs, Londres, 1941), pp. 9 y ss. «El objetivo consiste en asimilar <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> coloniales al pueblo francés o, si estono es posible en las comunidades más primitivas, «asociarlas», para que la diferencia entre la France métropole y laFrance d'outre-mer sea cada vez más geográfica y no fundamental.»13 Véase, de GABRIEL HANOTAUX, «Le Général Mangin», en Revue des Deux Mondes (1925), tomo 27.14 W. P. CROIZIER, «France and her ‘Black Empire', en New Republic, 23 de enero de 1924.15 DAVID LLOYD GEORGE, Memoirs of the Peace Conference, New Haven, 1939, I, 362 y ss.16 Intento similar de explotación brutal de las posesiones de ultramar en beneficio de la nación fue el realizado por <strong>los</strong>Países Bajos en las Indias Orientales Holandesas después de que la derrota de Napoleón permitió a la muy empobrecidaMadre Patria recobrar las colonias holandesas. Mediante el cultivo obligatorio, <strong>los</strong> nativos se vieron reducidos a laesclavitud en beneficio <strong>del</strong> Gobierno de Holanda. Max Havelaar, de MULTATULI, publicada por vez primera en ladécada de <strong>los</strong> sesenta <strong>del</strong> siglo pasado, estaba dirigida al Gobierno de la metrópoli y no a la Administración colonial.(Véase la obra de DE KAT ANGELINO, Colonial Policy, vol. II, The Dutch East Indies, Chicago, 1931, p. 45.)Este sistema fue rápidamente abandonado y las Indias neerlandesas, durante cierto tiempo, se convirtieron en «laadmiración de todas las naciones colonizadoras» (véase, de HESKET BELL, antiguo Gobernador de Uganda, Nigeria<strong>del</strong> Norte, etc., Foreign Colonial Administration in the Far East, 1928, primera parte). Los métodos holandesespresentan muchas semejanzas con <strong>los</strong> franceses: la concesión <strong>del</strong> status europeo a <strong>los</strong> nativos que se habían distinguido,la introducción de un sistema escolar europeo y muchos otros medios de asimilación gradual. Por eso <strong>los</strong> holandeseslograron et mismo resultado: un fuerte movimiento de independencia nacional entre el pueblo sometido.En el presente estudio han sido descuidados <strong>los</strong> imperialismos holandés y belga. El primero es una curiosa ycambiante mezcla de <strong>los</strong> métodos francés e inglés; el segundo es la historia no de la expansión de la nación belga, nisiquiera de la burguesía belga, sino la de la expansión personal <strong>del</strong> rey de <strong>los</strong> belgas, irrefrenado por ningún Gobierno ysin relación con ninguna otra institución. Tanto la forma holandesa como la forma belga de imperialismo resultanatípicas. Holanda no se extendió durante la década de <strong>los</strong> años ochenta, sino que tan sólo consolidó y modernizó susantiguas posesiones. Las inigualadas atrocidades cometidas en el Congo Belga, por otra parte, ofrecen un ejemplo hartoinjusto de lo que estaba sucediendo en otras posesiones de ultramar.17 ERNEST BAKER, op. cit., p. 69

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!