12.07.2015 Views

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

arendt-hannah-los-origenes-del-totalitarismo

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Hannah Arendt L o s o r í g e n e s d e l t o t a l i t a r i s m o 218reconocieron este error y trataron de repararlo, no lo lograron, a pesar de su notable habilidad paraapelar a las más supersticiosas creencias de las masas, porque se aferraban a una anticuada y nototalitaria adoración <strong>del</strong> Estado, y no pudieron comprender que el furioso interés de las masas porlas llamadas «potencias supraestatales» (überstaaliche Mächte) —es decir, <strong>los</strong> jesuitas, <strong>los</strong> judíos y<strong>los</strong> francmasones— no procedía de la adoración a la nación o al Estado, sino, al contrario, de laenvidia y <strong>del</strong> deseo de convertirse también en una «potencia supraestatal». 93Los únicos países en <strong>los</strong> que, según todas las apariencias, la idolatría <strong>del</strong> Estado y el culto a lanación no resultaban todavía anticuadas y en donde <strong>los</strong> slogans nacionalistas contra las fuerzas«supraestatales» constituían todavía una seria preocupación para el pueblo eran aquel<strong>los</strong> paíseslatinoeuropeos como Italia y, en menor grado, España y Portugal, que habían sufrido un definidofreno a su completo desarrollo nacional por obra <strong>del</strong> poder de la Iglesia. Gracias en parte a esteauténtico elemento de tardío desarrollo nacional y en parte a la prudencia de la Iglesia, que muysabiamente advirtió que el fascismo no era ni anticristiano ni antitotalitario en principio y solamenteestablecía una separación entre la Iglesia y el Estado que ya existía en otros países, el inicial saboranticlerical <strong>del</strong> nacionalismo fascista se apaciguó más que rápidamente y dio paso a un modusvivendi como en Italia, o a una alianza positiva como en España y Portugal.La interpretación mussoliniana <strong>del</strong> Estado corporativo fue un intento de superar <strong>los</strong> notoriospeligros nacionales en una sociedad de clases con una nueva organización social integrada 94 y deresolver el antagonismo entre el Estado y la sociedad en el que había permanecido la Nación-Estado, mediante la integración de la sociedad en el Estado 95 . El movimiento fascista, un «partidopor encima de <strong>los</strong> partidos» porque afirmaba representar el interés de la nación en conjunto, seapoderó de la maquinaria estatal, se identificó con la más alta autoridad nacional y trató de convertira todo el pueblo en «parte <strong>del</strong> Estado». Pero no se consideró a sí mismo «por encima <strong>del</strong> Estado» ysus dirigentes no se concibieron «por encima de la nación» 96 . Por lo que a <strong>los</strong> fascistas respecta, sumovimiento había concluido con la conquista <strong>del</strong> poder, al menos en relación con la políticainterior. El movimiento podía seguir a partir de entonces en marcha sólo en cuestiones de políticaexterior, en el sentido de expansión imperialista y de aventuras típicamente imperialistas. Inclusoantes de la conquista <strong>del</strong> poder, <strong>los</strong> nazis se mantuvieron claramente alejados de esta forma fascistade dictadura en la que el «movimiento» simplemente sirve para llevar al partido al poder, yconscientemente utilizaron el partido para impulsar al movimiento, que, en contra de lo que sucedecon el partido, no debe tener «objetivos definidos y estrechamente determinados» 97 .La diferencia entre <strong>los</strong> movimientos fascistas y <strong>los</strong> totalitarios queda mejor ilustrada por suactitud respecto <strong>del</strong> Ejército, es decir, de la institución nacional par excellence. En contraste con <strong>los</strong>93 ERICH LUDENDORFF, Die überstaaliche Mächte im letzen Jahre des Weltkrieges, Leipzig, 1927. Véase tambiénFeldherrnworte, 1938, 2 vols.: I, 43, 55; II, 80.94 El objetivo principal <strong>del</strong> Estado corporativo era «el de corregir y neutralizar una condición determinada por larevolución industrial <strong>del</strong> siglo XIX que disoció en la industria al capital y al trabajo, dando paso, por una parte, a laclase capitalista de <strong>los</strong> empleadores de mano de obra y, por otra, a la gran clase desposeída, el proletariado industrial.La yuxtaposición de estas clases condujo inevitablemente al cho que de sus intereses en conflicto» (The Fascist Era,publicado por la Confederación Fascista de Industriales, Roma, 1939, cap. III).95 «Si el Estado ha de representar verdaderamente a la nación, entonces el pueblo que compone la nación debe formarparte <strong>del</strong> Estado.¿Cómo se puede lograr esto?La respuesta fascista consiste en organizar al pueblo en grupos conforme a sus respectivas actividades, grupos que através de sus dirigentes... se elevan por escalones como en una pirámide, en la base de la cual se hallan las masas y encuya cima se encuentra el Estado.Ningún grupo fuera <strong>del</strong> Estado, ningún grupo contra el Estado, todos <strong>los</strong> grupos dentro <strong>del</strong> Estado..., que... es la naciónen sí misma y estructurada» (ibíd.).96 Para lo que se refiere a la relación entre el partido y el Estado en <strong>los</strong> países totalitarios y especialmente a laincorporación al Estado de Italia <strong>del</strong> Partido Fascista, véase Behemoth, de FRANZ NEUMANN, 1942, cap. I.97 Véase la presentación extremadamente interesante de la relación entre partido y movimiento en «Dienstvorschrift fürdie Parteiorganisation des NSDAP», 1932, páginas II y ss., y la presentación, de WERNER BEST, en Die deutschePolizei, 1941, página 107, que tiene la misma orientación: «Es tarea <strong>del</strong> partido... mantener unido al movimiento y darleapoyo y dirección.»

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!