Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>Mansfield</strong> <strong>Park</strong> Jane Austen<br />
148<br />
inmediata, decididamente y sin agitación aparente. Le agradeció su gran<br />
interés, su paternal cariño; pero añadió que estaba del todo equivocado<br />
al suponer en ella el menor deseo de romper el compromiso, o que existía<br />
algún cambio en la intención o inclinación nacida al principio; que tenía<br />
en la mayor estima el carácter y las condiciones de Mr. Rushworth, y no<br />
podía dudar de que seria feliz con él.<br />
Sir Thomas quedó satisfecho... demasiado contento, acaso, para estar<br />
satisfecho, para forzar la cuestión hasta donde su recto juicio pudiera<br />
haberse impuesto a otras consideraciones. Era una alianza de la que no<br />
hubiera prescindido sin dolor; y razonaba de esta suerte: Rushworth era<br />
lo bastante joven para mejorar... Rushworth tenía que mejorar, y<br />
mejoraría al estar bien acompañado; y si María se mostraba ahora tan<br />
segura de su felicidad con él (hablando, por cierto, sin el prejuicio, sin la<br />
ceguera del amor), había que creerla. Acaso no fueran vivos sus<br />
sentimientos; él nunca lo había supuesto. Pero las ventajas de orden<br />
material no contaban menos para el caso. Y si ella podía prescindir de<br />
ver en su marido un carácter brillante, emprendedor, era indudable que<br />
todo lo demás había de serle favorable. Una joven de buenos principios<br />
que no se casa por amor queda, por lo general, tanto más unida a sus<br />
padres; y la proximidad entre Sotherton y <strong>Mansfield</strong> mantendría lógicamente<br />
viva la tentación y sería, con toda probabilidad, constante motivo<br />
de las más gratas e inocentes diversiones. Tales, y otros parecidos, eran<br />
los razonamientos de sir Thomas, feliz al librarse de las embarazosas<br />
dificultades de una ruptura: el asombro, las observaciones, los reproches<br />
a que hubiera dado lugar...; feliz al ver asegurado un matrimonio que le<br />
aportaría un aumento de respetabilidad e influencia; y muy feliz al<br />
pensar que las disposiciones de su hija eran de lo más favorables al caso.<br />
Para ella la conferencia terminó tan satisfactoriamente como para él.<br />
Su estado de ánimo la llevaba a alegrarse de haberse atado al carro de su<br />
suerte sin revocación... de haberse entregado de nuevo a Sotherton... de<br />
verse a salvo de la posibilidad de dar a Crawford el triunfo de gobernar<br />
sus acciones y destruir sus proyectos; y se retiró orgullosa de su<br />
resolución, dispuesta tan sólo a portarse en lo futuro con más cautela<br />
ante Mr. Rushworth, no fuera su padre a sospechar de ella otra vez.<br />
De haberse dirigido sir Thomas a su hija dentro de los primeros tres o<br />
cuatro días siguientes a la partida de Henry Crawford, antes de que los<br />
sentimientos de María se hubieran amortiguado, antes de que ella<br />
hubiera abandonado toda esperanza con respecto a él, o de que hubiera<br />
resuelto soportar a su prometido, su contestación pudiera haber sido<br />
otra; pero pasados otros tres o cuatro días, sin que hubiera regresado, ni<br />
carta, ni mensaje, ni síntomas de corazón enternecido, ni esperanzas<br />
sobre la ventaja de la ausencia, su corazón se había enfriado lo bastante<br />
para buscar el consuelo que el orgullo y el desquite podían<br />
proporcionarle.<br />
Henry Crawford había destruido su felicidad, pero no debía saber que<br />
148