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Mansfield Park - Educando

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<strong>Mansfield</strong> <strong>Park</strong> Jane Austen<br />

288<br />

de una vocal! ¡Si sus rentas fuesen al menos iguales a su declamación! 5 .<br />

Su primo Edmund se mueve con lentitud, detenido tal vez por<br />

obligaciones parroquiales. Puede que haya alguna vieja en Thornton<br />

Lacey a quien convertir. Prefiero no considerarme descuidada por una<br />

joven. Adiós, mi querida, dulce, Fanny. Larga es esta carta de Londres.<br />

Contésteme con una suficiente para alegrar los ojos de Henry, cuando<br />

vuelva, y envíeme una referencia de los gallardos capitanes que usted<br />

desdeña por él.»<br />

Había en esta carta abundante materia para la meditación,<br />

especialmente para desagradables meditaciones; y no obstante, con todo<br />

el desasosiego que proporcionaba la lectura, la ponía en contacto con los<br />

ausentes, le hablaba de personas y cosas por las cuales nunca había<br />

sentido tanta curiosidad como ahora, y contenta hubiera estado de tener<br />

asegurada una carta como aquélla todas las semanas. La<br />

correspondencia con lady Bertram era su único asunto de mayor interés.<br />

En cuanto a las relaciones con que podía contar en Portsmouth, para<br />

distraerla de las deficiencias de su hogar paterno, no había una sola<br />

familia dentro del círculo de amistades de sus padres que le causara la<br />

menor satisfacción; no veía a nadie en cuyo obsequio deseara vencer su<br />

propia reserva y timidez. Los hombres todos le parecían ordinarios,<br />

petulantes todas las mujeres, unos y otras mal educados; y tan pocos<br />

motivos de satisfacción daba como recibía al serle presentados nuevos, lo<br />

mismo que antiguos, conocidos.<br />

Las jovencitas que al principio se acercaban a ella con cierto respeto, en<br />

consideración a que venía de la casa de un «barones», pronto se ofendían<br />

por lo que calificaban de «humos»; pues, como no tocaba el piano ni<br />

llevaba lujosas pellizas, en cuanto la habían observado mejor, no podían<br />

reconocerle ningún derecho de superioridad.<br />

El primer consuelo verdadero que tuvo Fanny, en compensación de los<br />

males del hogar; el primero que su conciencia pudo aprobar por<br />

completo, y que le brindaba alguna perspectiva de estabilidad, fue un<br />

más exacto conocimiento de Susan, y la esperanza de poder prestarle<br />

algún servicio. Susan siempre se había mostrado amable para con ella,<br />

pero el definido carácter de sus modales en general la había asombrado y<br />

alarmado, y hubo de pasar al menos una quincena para que empezara<br />

Fanny a comprender una disposición tan diferente de la suya propia.<br />

Susan veía que muchas cosas iban torcidas en su casa y deseaba<br />

enderezarlas. Que una chiquilla de catorce años, guiada sólo por su<br />

razón privada de apoyo, equivocase el método con que introducir la<br />

reforma, no era de extrañar; y Fanny se sintió pronto más dispuesta a<br />

admirar la inteligencia natural de quien, siendo tan joven, tenía una tan<br />

exacta visión de las cosas, que a censurar con mucha severidad los<br />

T.)<br />

5 Juego de palabras intraducibles, integrado por las voces rent (renta) y rant declamación retumbante (N.<br />

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