11.05.2013 Views

Mansfield Park - Educando

Mansfield Park - Educando

Mansfield Park - Educando

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>Mansfield</strong> <strong>Park</strong> Jane Austen<br />

292<br />

tiempo que Mr. Crawford entraba en el recibidor.<br />

El buen sentido de Fanny siempre respondía cuando de veras era<br />

requerido; de modo que fue capaz de presentar a su madre al visitante y<br />

de justificar que recordaba su nombre como el de «el amigo de William»<br />

aunque previamente no se hubiera creído con valor para pronunciar una<br />

sílaba en tal momento. El saber que allí sólo era conocido como el amigo<br />

de William representaba para ella algún sostén. Después de la<br />

presentación, sin embargo, y una vez sentados todos de nuevo, el<br />

espanto que la acometió al preguntarse adónde podría conducir tal visita<br />

fue abrumador, hasta el punto de que creyó estar a punto de<br />

desmayarse.<br />

Mientras se esforzaba por conservar el sentido, Henry, que al principio<br />

se le había acercado con el aire animado de siempre, desvió prudente y<br />

amablemente la mirada, dándole tiempo para recobrarse a la vez que se<br />

dedicaba por entero a la madre, hablándole y prestándole su atención<br />

con la mayor cortesía y propiedad, y también con cierto grado de<br />

intimidad, o cuando menos de interés, resultando perfectos sus modales.<br />

Los de la señora Price estaban también en su mejor punto. Estimulada<br />

ante semejante amigo de su hijo, regulada por el deseo de darle una<br />

favorable impresión, se mostraba desbordante de gratitud, de auténtica<br />

gratitud maternal, y esto no podía resultar desagradable. Dijo que Mr.<br />

Price había salido y lo lamentaba muchísimo. Fanny se había recobrado<br />

lo suficiente para decirse que ella no podía lamentarlo; pues a sus<br />

muchos motivos de inquietud se añadía el muy grave de su vergüenza<br />

por el hogar en que él la encontraba. Podía reprocharse esta debilidad,<br />

pero no había reproche que sirviera para el caso. Estaba avergonzada, y<br />

más la hubiera avergonzado aún su padre que todo lo demás.<br />

Hablaron de William, tema que nunca podía cansar a la señora Price; y<br />

los elogios de Mr. Crawford fueron tan entusiastas como pudiera<br />

desearlo hasta el corazón de la misma madre. Ésta se decía que en su<br />

vida había conocido un hombre tan agradable, y sólo se asombró de que,<br />

siendo tan importante y agradable, no hubiese rendido viaje a<br />

Portsmouth ni para visitar al almirante del puerto, ni al comisario, ni<br />

siquiera con la intención de llegarse a la isla o ver el arsenal. Ninguna de<br />

todas esas cosas, que ella siempre había considerado prueba de<br />

importancia, o modo de emplear la riqueza, le habían traído a<br />

Portsmouth. Había llegado a última hora de la noche anterior, se<br />

proponía pasar allí un par de días, se hospedaba en el Crown, se había<br />

encontrado casualmente con uno o dos oficiales de la marina conocidos,<br />

pero su viaje no obedecía a ninguno de aquellos motivos.<br />

Después que hubo facilitado toda esa información, consideró que no<br />

era irrazonable suponer que podía ya dirigir la mirada y la palabra a<br />

Fanny; y ella se sintió bastante capaz de tolerar lo uno y lo otro, y<br />

enterarse de que había pasado media hora junto a su hermana la víspera<br />

de su salida de Londres; de que ella le enviaba sus más efusivas<br />

292

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!