You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>Mansfield</strong> <strong>Park</strong> Jane Austen<br />
165<br />
podía desear que se quedara, y mil veces hubiera preferido que no le<br />
hablase.<br />
El recuerdo de sus dos primas ausentes, especialmente de María,<br />
predominaba en su mente al ver ahora a Henry, cuyo ánimo no aparecía<br />
alterado, en cambio, por ningún recuerdo turbador. Aquí estaba de<br />
nuevo, en el mismo lugar donde todo había sucedido y, a lo que parecía,<br />
tan dispuesto a quedarse y ser feliz sin las hermanas Bertram como si no<br />
hubiese conocido un <strong>Mansfield</strong> distinto al de ahora. Fanny le oyó hablar<br />
de ellas de un modo indirecto, generalizado, hasta que fueron a reunirse<br />
todos en el salón, donde Edmund entabló conversación aparte con el<br />
doctor Grant sobre algún tema particular que parecía absorber por<br />
completo su atención, y la señora Grant se ocupó en disponer la mesa<br />
para el té: entonces Henry empezó a hablar más concretamente de las<br />
dos hermanas, dirigiéndose a Mary. Con sonrisa significativa, lo que hizo<br />
que Fanny casi le odiara, dijo:<br />
––De modo que Rushworth y su hermosa novia se hallan en Brighton,<br />
según tengo entendido... ¡Hombre feliz!<br />
––Sí, allí estuvieron... unos quince días, ¿verdad, Fanny? Y Julia se fue<br />
con ellos.<br />
––Y Mr. Yates no estará lejos, supongo.<br />
––¡Mr. Yates! ¡Bah!, nada más hemos sabido de míster Yates. No creo<br />
que se cuenten muchas cosas suyas en la correspondencia que se recibe<br />
en <strong>Mansfield</strong> <strong>Park</strong>, ¿no es así, Fanny? Me imagino que Julia sabe muy<br />
bien lo que le conviene y no hará perder el tiempo a su padre hablándole<br />
de Mr. Yates.<br />
––¡Pobre Rushworth, con sus cuarenta y dos parlamentos! ––prosiguió<br />
Crawford––. Nadie podrá olvidarlos jamás. ¡Pobre muchacho! Me parece<br />
verle ahora... atribulado, desesperado. Vaya, me sorprendería mucho que<br />
su dulce María llegara a desear alguna vez que le hiciera a ella cuarenta<br />
y dos parlamentos ––añadió, con momentánea seriedad––: ella es muy<br />
superior para un hombre como él... excesivamente superior.<br />
Después, cambiando de nuevo el tono para imprimirle un carácter de<br />
delicada galantería, y dirigiéndose a Fanny, dijo:<br />
––Usted fue la mejor amiga de Mr. Rushworth. Su amabilidad y<br />
paciencia nunca podrán olvidarse; su infatigable paciencia al intentar<br />
que a él le fuera posible aprenderse su papel... en el intento de dotarle de<br />
un cerebro que la naturaleza le ha negado... de combinar para él una<br />
inteligencia a base de la que a usted le sobra... Puede que él no tenga<br />
comprensión suficiente para apreciar su gran amabilidad, pero me atrevo<br />
a afirmar que ésta fue merecidamente estimada por todos los restantes<br />
elementos del grupo.<br />
Fanny se ruborizó y permaneció callada.<br />
––¡Fue un sueño, un delicioso sueño! ––exclamó Henry, reanudando el<br />
tema después de haber quedado unos momentos pensativo––. Siempre<br />
recordaré nuestras actividades teatrales con exquisito placer. ¡Era tanto<br />
165