11.05.2013 Views

Mansfield Park - Educando

Mansfield Park - Educando

Mansfield Park - Educando

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Mansfield</strong> <strong>Park</strong> Jane Austen<br />

186<br />

––¡Ah, querido Thomas! ––le atajó tía Norris––. Ya sé lo que piensas. Ya<br />

sé lo que ibas a decir. Si nuestra querida Julia estuviera en casa, o<br />

nuestra queridísima María en Sotherton, de modo que existiera una<br />

razón, un motivo para una cosa así, te sentirías tentado a dar un baile<br />

en <strong>Mansfield</strong> para la gente joven. Sé que lo harías. Si ellas estuvieran en<br />

casa para adornar la fiesta, habría aquí baile estas mismas Navidades.<br />

Dale las gracias a tu tío, William; dale las gracias.<br />

––Mis hijas ––replicó sir Thomas, terciando gravemente–– tienen sus<br />

diversiones en Brighton y, así lo espero, son muy felices; pero el baile que<br />

pienso dar en <strong>Mansfield</strong> será para sus primos. De poder hallarnos todos<br />

reunidos, es indudable que sería más completa nuestra satisfacción,<br />

pero la ausencia de unos no debe privar de distracción a los demás.<br />

Tía Norris no pudo añadir una sola palabra. Vio decisión en la actitud<br />

de su cuñado y le fue preciso guardar unos minutos de silencio para que<br />

la sorpresa y el enojo no desbordaran su compostura. ¡Dar sir Thomas<br />

un baile en aquellas circunstancias! ¡Estando ausentes sus hijas, y sin<br />

consultarla a ella! Sin embargo, pronto tuvo a mano el consuelo. Ella<br />

tendría que ser el artífice de todo. A lady Bertram, desde luego, se le<br />

ahorrarla cuanto significase hacer, e incluso pensar, algo, y todo recaería<br />

sobre ella. Tendría que hacer los honores de la velada; y esta reflexión<br />

pronto le devolvió el suficiente buen humor para estar en condiciones de<br />

unirse a los otros, antes de que acabaran de expresar toda su dicha y<br />

gratitud.<br />

Edmund, William y Fanny, cada uno a su modo, se mostraban tan<br />

gratamente complacidos, al hablar del baile prometido, como sir Thomas<br />

pudiera desear. Lo que en aquellos instantes sentía Edmund, era por<br />

cuenta de los otros dos. Nunca su padre había concedido un favor o<br />

mostrado una atención tan a satisfacción suya.<br />

Lady Bertram se mantuvo perfectamente impasible y resignada, sin<br />

hacer objeción alguna. Sir Thomas se comprometió a ocasionarle muy<br />

pocas molestias; y ella le aseguró que las molestias no la asustaban en<br />

absoluto... ya que, en realidad, no podía imaginar que fuera a producirse<br />

ninguna.<br />

Tía Norris se disponía a exponer sus sugerencias respecto de las salas<br />

que ella consideraba más apropiadas para el caso, pero se encontró con<br />

que todo estaba ya previsto; y cuando quiso iniciar sus conjeturas e insinuaciones<br />

acerca de la fecha, resultó que ya estaba fijada también. Sir<br />

Thomas se había entretenido en trazar un bosquejo muy completo, y en<br />

cuanto ella se resignó a escuchar pacíficamente pudo leer la lista de<br />

familias a invitar, de entre las cuales calculaba poder reunir,<br />

descontando las bajas inevitables dada la premura de la noticia, el<br />

elemento joven suficiente para formar doce o catorce parejas; y,<br />

asimismo, pudo exponer las consideraciones que le habían inducido a<br />

fijar el día 22 como fecha más conveniente. A William se le requería en<br />

Portsmourth el 24; por tanto, el 22 sería el último día de su estancia<br />

186

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!