Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>Mansfield</strong> <strong>Park</strong> Jane Austen<br />
300<br />
mucho tiempo; seis semanas creo que bastarían. Hablo en consideración<br />
a la salud de su hermana ––agregó, dirigiéndose a Susan––; pues opino<br />
que este confinamiento en Portsmouth no puede favorecerla. Ella<br />
necesita constante ejercicio y buen aire. Cuando usted la conozca tan<br />
bien como yo, dudo que estará de acuerdo en que le es indispensable, y<br />
nunca debería permanecer tanto tiempo alejada del aire puro y la<br />
libertad del campo. Por lo tanto ––hablando de nuevo a Fanny––, si nota<br />
que se siente peor y surge alguna dificultad para su vuelta a <strong>Mansfield</strong>...<br />
sin aguardar a que se cumplan los dos meses: a este extremo no debe<br />
concederle la menor importancia; si se siente aunque sólo sea un<br />
poquitín más floja o abatida que lo normal, sólo debe ponerlo en<br />
conocimiento de mi hermana, insinuárselo tan solo: ella y yo acudiremos<br />
inmediatamente y la devolveremos a <strong>Mansfield</strong>. Ya sabe usted la facilidad<br />
y el placer con que lo haríamos. No ignora la ilusión a que ello daría<br />
lugar.<br />
Fanny le dio las gracias, pero trató de tomarlo a broma.<br />
––Lo digo muy en serio ––replicó Henry––, como usted sabe<br />
perfectamente. Y espero que no ocultará usted cruelmente cualquier<br />
tendencia a una indisposición. No, no hará usted eso... no podría<br />
hacerlo; pues tan sólo mientras diga usted positivamente, en todas las<br />
cartas dirigidas a Mary, «sigo bien», y yo sé que no puede usted decir ni<br />
escribir una mentira, sólo mientras así lo haga consideraremos que no se<br />
resiente su salud.<br />
Fanny le dio las gracias otra vez, pero estaba impresionada y afligida<br />
hasta tal punto, que le fue imposible decir gran cosa, y ni siquiera estaba<br />
segura de lo que debía decir. Esto ocurrió hacia el final del paseo. Henry<br />
las acompañó hasta el último instante, sin dejarlas hasta que, ya en la<br />
puerta de la casa, comprendió que iban a comer y se despidió<br />
pretextando que le esperaban en otra parte.<br />
––Desearía verla menos fatigada ––dijo, reteniendo todavía a Fanny<br />
cuando los demás ya habían entrado––. Desearía dejarla con mejor<br />
salud. ¿Puedo hacer algo por usted en Londres? Tengo medias<br />
intenciones de volver pronto a Norfolk. No estoy satisfecho de Maddison.<br />
Estoy seguro de que todavía procura engañarme, si puede, e intenta<br />
poner a un primo suyo en cierto molino que yo tengo destinado a otra<br />
persona. Tendré que ir y entenderme directamente con él. He de hacerle<br />
saber que no me dejo embaucar en el sur de Everingham más que en el<br />
norte; que en adelante seré yo el dueño de mi hacienda. Antes no fui<br />
bastante explícito con él. El daño que un hombre como ese hace en una<br />
heredad, tanto respecto a la fama de su jefe como al bienestar de los<br />
pobres, es algo inconcebible. Casi estoy decidido a volver a Norfolk<br />
enseguida y arreglarlo todo de modo que no se preste a más extravíos.<br />
Maddison es un individuo inteligente; no me propongo desplazarlo, con<br />
tal que él no intente desplazarme a mí; pero seria tonto dejarme engañar<br />
por un hombre que no tiene sobre mí ninguna autoridad, y peor que<br />
300