Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>Mansfield</strong> <strong>Park</strong> Jane Austen<br />
75<br />
Después de un prolongado silencio, él se quejó:<br />
––Creo que bien hubieran podido esperarme.<br />
––María pensó que usted la seguiría.<br />
––Yo no tenía por qué seguirla, si ella se hubiese quedado.<br />
Esto no podía negarse, y Fanny se calló. Al cabo de otra pausa, él<br />
reanudó:<br />
––Por favor, miss Price, ¿podría decirme si es usted tan admiradora de<br />
ese Mr. Crawford como otras personas? Lo que es yo, no le veo nada de<br />
particular.<br />
––A mí no me parece nada guapo.<br />
––¡Guapo! Nadie puede decir que sea guapo un individuo corto de talla<br />
como él. No alcanza cinco pies con nueve. Y no me extrañaría que sólo<br />
llegase a los cinco con ocho. Además, le encuentro un aspecto muy poco<br />
agradable. Opino que esos Crawford no son una buena adquisición, en<br />
absoluto. Lo pasábamos muy bien sin ellos.<br />
Aquí le escapó a Fanny un leve suspiro, y no supo contradecirle.<br />
––Si yo hubiera puesto algún reparo en lo de ir a buscar la llave, cabría<br />
alguna excusa; pero fui en cuanto ella manifestó sus deseos.<br />
––Su amable atención obligaba mucho, desde luego, y estoy segura de<br />
que se apresuró usted tanto como pudo; no obstante, la distancia es<br />
bastante larga desde aquí a la casa, como usted sabe, y quien espera<br />
juzga mal el tiempo; en estos casos, cada medio minuto pesa como cinco.<br />
Él se puso en pie y volvió a la verja, diciendo:<br />
––Ojalá hubiese tenido la llave entonces.<br />
Fanny creyó ver en su actitud un indicio de apaciguamiento que la<br />
animó para otra tentativa. Con tal propósito dijo:<br />
––Es una lástima que no vaya a reunirse con ellos. Buscaban una<br />
perspectiva mejor de la casa por aquel lado del parque, y estarán<br />
estudiando las mejoras que cabría hacer; pero, como usted sabe, no<br />
pueden decidir nada sin contar con su parecer.<br />
Fanny comprobó que tenía más garbo en despachar que en retener a<br />
sus acompañantes. Mr. Rushworth quedó convencido.<br />
––Bueno ––dijo––, si a usted le parece mejor que vaya... Sería tonto<br />
haber traído la llave para no utilizarla.<br />
Franqueó la verja y se marchó sin más ceremonia.<br />
Entonces, los pensamientos de Fanny se concentraron por entero en<br />
tomo a los que la habían dejado allí hacía tanto tiempo, y, como creciera<br />
su impaciencia, resolvió ir en su busca. Siguió el mismo camino que ellos<br />
habían tomado, paralelamente al foso, y apenas lo dejó para internarse<br />
por otra vereda llegaron de nuevo a su oído la voz y las risas de Mary.<br />
Resonaban cada vez más cerca, y unos momentos después se encontró<br />
ante ellos. Acababan de regresar al bosque desde el parque, al que<br />
habían pasado, tentados por una puerta lateral que hallaron abierta,<br />
poco después de separarse de Fanny, y cruzando un sector del parque<br />
habían llegado hasta la mismísima avenida que tanto había anhelado<br />
75