Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>Mansfield</strong> <strong>Park</strong> Jane Austen<br />
214<br />
––Sí, Mary ––dijo él cogiéndola del brazo; y se puso a pasear como sin<br />
saber dónde se hallaba––. No pude marcharme antes... ¡Fanny estaba<br />
tan deliciosa! Estoy completamente resuelto, Mary; mi decisión está<br />
tomada. ¿Te sorprenderá? No; tienes que haberte dado cuenta de que<br />
estoy decidido a casarme con Fanny Price.<br />
La sorpresa fue entonces completa; porque, a despecho de cuanto<br />
pudiera esperarse de él, nunca se había infiltrado en la imaginación de<br />
su hermana la sospecha de que abrigara tales propósitos, y su semblante<br />
reflejó con tanta fidelidad el asombro que la invadía, que él se vio<br />
obligado a repetir lo dicho con más vehemencia y mayor formalidad. Su<br />
determinación, una vez admitida, no fue mal acogida. En la sorpresa<br />
había incluso satisfacción. El actual estado de ánimo de Mary, la llevaba<br />
a alegrarse de emparentar con la familia Bertram y a no ver con<br />
desagrado que su hermano se casara un poco por debajo de sus<br />
posibilidades.<br />
––Sí, Mary ––fue la concluyente afirmación de Henry––, he picado con<br />
todas las de la ley. Tú sabes con qué frívolas intenciones comencé; pero<br />
aquí acabaron. No son pocos, y de ello me envanezco, los progresos que<br />
he hecho en su corazón; pero el mío está completamente determinado.<br />
––¡Feliz, feliz muchacha! ––exclamó Mary, en cuanto pudo hablar––.<br />
¡Qué partido para ella! Queridísimo Henry, éste tenía que ser mi primer<br />
sentimiento; pero el segundo, que he de expresarte con la misma<br />
sinceridad, es que apruebo tu elección con toda mi alma y que preveo tu<br />
felicidad tan cordialmente como la quiero y deseo. Tendrás una deliciosa<br />
mujercita, toda gratitud y devoción. Exactamente lo que tú mereces.<br />
¡Qué asombroso casamiento para ella! La señora Norris habla con<br />
frecuencia de su buena suerte; ¿qué va a decir, ahora? ¡Será la delicia de<br />
toda la familia! Y entre sus miembros cuenta ella con algunos verdaderos<br />
amigos. ¡Cuánto se alegrarán! Pero cuéntamelo todo. Cuenta, y no<br />
acabes. ¿Cuándo empezaste a pensar seriamente en ella?<br />
Nada podía haber más imposible que contestar semejante pregunta,<br />
aunque nada pudiera ser más agradable que escucharla. «Cómo se había<br />
apoderado de él la dulce plaga», no podía decirlo; y sin dejar que acabara<br />
de expresar por tercera vez, con ligera variación de palabras, la misma<br />
convicción de su ignorancia, su hermana le interrumpió exclamando, con<br />
ánimo de averiguar:<br />
––¡Ah, querido Henry, y esto es lo que te llevó a Londres! ¡Era éste el<br />
asunto a resolver! Preferías consultar con el almirante antes de decidirte.<br />
Pero esto lo negó él rotundamente. Conocía demasiado bien a su tío<br />
para consultarle sobre un proyecto matrimonial. El almirante odiaba el<br />
matrimonio y lo consideraba imperdonable en un joven acaudalado e<br />
independiente.<br />
––Cuando conozca a Fanny ––prosiguió Henry––, la querrá hasta la<br />
chochez. Es exactamente la mujer que puede disipar los prejuicios de un<br />
hombre como el almirante, porque es exactamente la mujer que él se<br />
214