11.05.2013 Views

Mansfield Park - Educando

Mansfield Park - Educando

Mansfield Park - Educando

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Mansfield</strong> <strong>Park</strong> Jane Austen<br />

274<br />

intensidad de sus afectos. Había, en realidad, tanto de mensaje, de<br />

alusión, de reminiscencia... tanto de <strong>Mansfield</strong> en todas las cartas, que<br />

Fanny no podía menos de suponer que estaban escritas a propósito para<br />

que Edmund se enterase del contenido; y verse en el caso de tener que<br />

prestarse a aquellos fines, forzada a sostener una correspondencia que le<br />

traía las galanterías del hombre a quien no amaba y la obligaba a<br />

fomentar la pasión adversa del hombre amado, era una cruel<br />

mortificación. También en este aspecto le prometía alguna ventaja su<br />

desplazamiento. Al no hallarse ya bajo el mismo techo que Edmund,<br />

confiaba que miss Crawford no tendría para escribirle motivo de fuerza<br />

suficiente que la compensara de la molestia, y que una vez en<br />

Portsmouth, la correspondencia iría menguando hasta extinguirse.<br />

Haciéndose tales reflexiones, entre otras mil, Fanny proseguía su viaje<br />

felizmente y con satisfacción, y con toda la rapidez que racionalmente<br />

podía esperarse en el fangoso mes de febrero. Atravesaron Oxford, pero<br />

sólo pudo echar una ojeada fugaz al colegio de Edmund, y no hicieron<br />

alto hasta llegar a Newbury, donde una apetitosa comida, unido<br />

almuerzo y cena, coronó las satisfacciones y fatigas de la jornada.<br />

El nuevo día les vio partir a hora temprana; y sin percances ni demoras<br />

fueron avanzando con regularidad y alcanzaron los alrededores de Portsmouth<br />

cuando en el cielo había aún bastante luz para que Fanny,<br />

mirando en torno, pudiera maravillarse de los nuevos edificios. Cruzaron<br />

el puente levadizo y penetraron en la ciudad; y empezaba tan sólo a<br />

obscurecer cuando, a indicaciones de la potente voz de William, se<br />

internó el vehículo con su traqueteo por una estrecha calle, partiendo de<br />

High Street, para detenerse a la puerta de una modesta casa, actual<br />

domicilio de Mr. Price.<br />

Fanny estaba llena de emoción e inquietud, de esperanza y recelo. Al<br />

momento de detenerse el coche, una sirvienta de aspecto astroso, que al<br />

parecer les esperaba en la puerta, se adelantó más dispuesta a facilitar<br />

noticias que ayuda y enseguida empezó a decir.<br />

––El «Thrush» ha salido del puerto, señorito, y uno de los oficiales<br />

estuvo aquí para...<br />

Fue interrumpida por un muchacho alto y delgado, de once años, que<br />

salió disparado del interior de la casa, empujó a la muchacha a un lado<br />

y, mientras William cuidaba de abrir él mismo la portezuela, gritó:<br />

––¡Llegas justo a tiempo! Llevamos media hora esperándote. El «Thrush»<br />

salió del puerto esta mañana. Yo lo vi. Fue un espectáculo magnífico. Y<br />

creen que recibirá orden de zarpar dentro de un día o dos. Mr. Campbell<br />

estuvo aquí a las cuatro y preguntó por ti. Tiene en el muelle uno de los<br />

botes del «Thrush» para volver al barco a las seis, y dijo que esperaba que<br />

llegarías a tiempo para ir con él.<br />

Un par de miradas a Fanny, mientras William la ayudaba a apearse,<br />

fue toda la espontánea atención que le dedicó este hermanito; pero no se<br />

opuso a que ella le diera un beso, aunque continuaba por entero<br />

274

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!