11.05.2013 Views

Mansfield Park - Educando

Mansfield Park - Educando

Mansfield Park - Educando

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Mansfield</strong> <strong>Park</strong> Jane Austen<br />

298<br />

Ahora podía verse a la familia en su aspecto favorable. La naturaleza<br />

les había concedido una cantidad de belleza nada despreciable, y el<br />

domingo se encargaba siempre de vestirles con las galas de sus más<br />

limpias epidermis y sus mejores trajes. El domingo siempre traía este<br />

consuelo a Fanny, y en esta ocasión era mayor que nunca. Su pobre<br />

madre no parecía tan indigna de ser hermana de lady Bertram como era<br />

capaz de parecer. Con frecuencia le oprimía a Fanny el corazón pensar<br />

en el contraste que ofrecían la una respecto de la otra; pensar que donde<br />

la naturaleza había puesto tan poca diferencia, las circunstancias<br />

hubieran puesto tanta, y que su madre, tan hermosa como lady Bertram<br />

y algunos años más joven, tuviera una apariencia mucho más<br />

desgastada y mustia, tan desalentada, tan desaliñada, tan abandonada.<br />

Pero el domingo la convertía en una muy apreciable y tolerable señora<br />

Price, cuando salía a la calle con su bonita colección de criaturas,<br />

dándose un pequeño respiro al cabo de una semana de cuidados, sin<br />

descomponerse más que en el caso de ver a sus niños correr hacia un<br />

peligro o si Rebecca pasaba por su lado con una flor en el sombrero.<br />

En la capilla hubo de dividirse el grupo, pero Mr. Crawford tuvo buen<br />

cuidado en no quedar separado de la fracción femenina; y a la salida<br />

continuó todavía con ellos, agregándose al paseo familiar por la muralla.<br />

La señora Price daba su paseo semanal por la muralla todos los<br />

domingos con buen tiempo, a lo largo de todo el año. Siempre iba allí<br />

directamente una vez terminada la función matinal, para no regresar a<br />

casa hasta la hora de comer. Era su lugar público: allí encontraba a sus<br />

conocidos, se enteraba de algunas noticias, hablaba de las malas que<br />

eran las criadas de Portsmouth y cobraba ánimos para los seis días<br />

siguientes.<br />

Allá se dirigieron, pues, sintiéndose Mr. Crawford muy feliz por<br />

considerarse especialmente encargado de atender a las niñas de Price; y<br />

poco tiempo llevaban paseando cuando, sin que apenas se dieran<br />

cuenta... no hubiesen podido decir cómo... Fanny no podía creerlo, él se<br />

había situado ya entre las dos y había enlazado un brazo de cada una a<br />

los suyos, sin que ella supiera evitarlo o poner término a aquella<br />

situación. Esto la tuvo inquieta durante un rato; no obstante, lo mismo<br />

el día que el espectáculo que se abría a sus ojos, brindaban encantos que<br />

no podían dejar de pesar en su ánimo.<br />

El día era singularmente delicioso. Era marzo en el calendario, pero era<br />

abril la templada atmósfera, la suave y constante brisa, el radiante sol,<br />

que en ocasiones se nublaba por un minuto; y todo aparecía tan<br />

hermoso bajo el influjo de aquel cielo, persiguiéndose los juegos de<br />

sombras proyectadas sobre los barcos de Spithead y más allá, en la isla,<br />

con los matices siempre cambiantes del mar, entonces en su creciente,<br />

danzando jubiloso y quebrándose en la escollera con un rumor tan<br />

grato...; todo ello brindaba a Fanny una combinación de encantos tan<br />

maravillosa, que poco a poco llegó casi a olvidarse de las circunstancias<br />

298

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!