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Mansfield Park - Educando

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<strong>Mansfield</strong> <strong>Park</strong> Jane Austen<br />

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que entrara a saludarles siempre que pudiera durante sus paseos, que<br />

volviera para escuchar de nuevo el arpa... que acabó por decirse que<br />

seria necesario hacerlo así, si en su casa no ponían inconveniente.<br />

Éste fue el origen de la especie de intimidad que se entabló entre ellas<br />

dentro de la primera quincena que siguió a la partida de las hermanas<br />

Bertram: intimidad principalmente derivada del deseo de algo nuevo por<br />

parte de miss Crawford, y que era poco real en los sentimientos de<br />

Fanny. Esta iba a verla cada dos o tres días. Era como una fascinación...<br />

no quedaba tranquila si no iba; y, sin embargo, no la quería, ni siquiera<br />

le gustaba como amiga, ni sentía la menor gratitud porque la buscara,<br />

ahora, cuando no podía buscar a nadie más, ni hallaba en conversación<br />

más placer que el de una eventual distracción, y aún, a veces, a costa de<br />

su criterio, cuando el motivo era bromear sobre personas o temas que<br />

ella deseaba ver respetados. Pero iba, a pesar de todo, y con frecuencia<br />

vagaban juntas durante más de media hora entre los arbustos de la<br />

señora Grant, ya que el tiempo era excepcionalmente benigno en aquella<br />

época del año, e incluso se aventuraban a veces a sentarse en uno de los<br />

bancos, entonces relativamente desabrigados, permaneciendo allí hasta<br />

que, en medio de una delicada exclamación de Fanny sobre lo<br />

prolongado de aquel otoño, veíanse obligadas, ante la súbita ráfaga de un<br />

aire frío que sacudía las últimas hojas amarillas todavía prendidas en<br />

sus ramas, a levantarse y pasear para entrar en calor.<br />

––Es bonito, muy bonito ––dijo Fanny, mirando en derredor, un día en<br />

que se hallaban así sentadas en un banco––; cada vez que vuelvo a<br />

encontrarme entre estos arbustos me sorprende más su desarrollo y<br />

belleza. Hace tres años, esto no era más que un seto vivo que crecía<br />

descuidadamente a lo largo de la margen superior del campo, y que<br />

nunca se creyó que fuese algo, o que pudiera convertirse en algo digno de<br />

tenerse en cuenta; y ahora es un paseo del cual seria dificil decir si es<br />

más apreciable lo útil o lo decorativo. Y, acaso, dentro de otros tres años<br />

habremos olvidado... casi olvidado lo que antes fue. ¡Qué cosa tan<br />

asombrosa, tan enormemente asombrosa, la acción del tiempo y los<br />

cambios del pensamiento humano! ––y siguiendo el curso de sus últimas<br />

ideas, poco después añadió––: Si alguna de las facultades de nuestra<br />

naturaleza puede considerarse más maravillosa que las restantes, yo<br />

creo que es la memoria. Parece que hay algo más claramente<br />

incomprensible en el poder, en los fracasos, en las irregularidades de la<br />

memoria, que en cualquier otro aspecto de nuestra inteligencia. ¡La<br />

memoria es a veces tan fiel, tan servicial, tan obediente y, otras, tan<br />

veleidosa, tan flaca... y otras aún, tan tiránica e ingobernable! Somos,<br />

indudablemente, un milagro en todos los aspectos; pero nuestra facultad<br />

de recordar y de olvidar me parece algo particularmente insondable.<br />

Miss Crawford, impasible y distraída, no tuvo nada que decir; y Fanny,<br />

comprendiéndolo así, volvió al tema que consideraba más interesante<br />

para su interlocutora:<br />

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