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<strong>Mansfield</strong> <strong>Park</strong> Jane Austen<br />
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alentador para un hombre que aspiraba a su amor? Después, su<br />
inteligencia era, sin lugar a dudas, clara y pronta; y sus maneras eran el<br />
espejo de su propio espíritu, modesto y elegante. Pero esto no lo era aún<br />
todo. Henry Crawford poseía una dosis excesiva de buen sentido para no<br />
apreciar el valor de los buenos principios en una esposa, aunque era<br />
demasiado poco dado a la seria reflexión para conocerlos por sus propios<br />
nombres. Pero cuando afirmaba que en Fanny había aquella firmeza y<br />
regularidad de conducta, aquel alto concepto del honor, aquella<br />
observancia del decoro que podía garantizar a cualquier hombre una<br />
seguridad plena en su rectitud e integridad, no hacía más que expresar<br />
lo que le inspiraba el conocimiento de que ella era persona devota y de<br />
arraigados principios.<br />
––Podría confiar en ella total y absolutamente ––dijo Henry––, y esto es<br />
lo que yo necesito.<br />
Bien podía Mary congratularse de los proyectos de su hermano,<br />
creyendo, como creía, que semejante opinión sobre Fanny Price apenas<br />
excedía la realidad de sus merecimientos.<br />
––Cuanto más pienso en ello ––decía Mary––, más convencida quedo de<br />
tu cabal acierto; y aunque nunca hubiera señalado a Fanny como la<br />
muchacha con mayores probabilidades de atraparte, ahora estoy<br />
persuadida de que es ella la indicada para hacerte feliz. Tu perversa<br />
intención de atentar contra su tranquilidad ha dado lugar a un noble<br />
sentimiento. En él hallaréis ambos el consiguiente bien.<br />
––Estuve mal, muy mal, en mi intento de perjudicar a semejante<br />
criatura; pero entonces no la conocía. Y ella no tendrá motivos para<br />
lamentarse de la hora en que se me ocurrió la idea. Voy a hacerla muy<br />
feliz, Mary..., más feliz de lo que ella haya sido nunca, y hasta de lo que<br />
haya visto que lo era cualquiera. No me la llevaré de Northamptonshire.<br />
Dejaré Everingham y alquilaré una mansión por estos alrededores; tal<br />
vez en Stanwix Lorge. Daré Everingham en arriendo por siete años. Estoy<br />
seguro de encontrar un inquilino excelente, sólo con abrir la boca. Ahora<br />
mismo podría nombrar a tres personas que darían lo que les pidiera y<br />
quedarían agradecidas.<br />
––¡Ah! ––exclamó Mary––. ¡Establecidos en Northamptonshire! ¡Esto es<br />
delicioso! Así estaríamos todos reunidos.<br />
Cuando lo hubo dicho se dio cuenta, y lamentó que se le hubiera<br />
escapado; pero no había porqué azorarse, pues su hermano sólo veía en<br />
ella al supuesto huésped de la rectoría de <strong>Mansfield</strong>, y replicó nada más<br />
que para invitarla a su propia casa futura del modo más cariñoso y para<br />
reclamar su derecho preferente sobre ella.<br />
––Tendrás que dedicarnos más de la mitad de tu tiempo ––dijo él––. No<br />
puedo admitir que los Grant tengan las mismas pretensiones sobre ti que<br />
Fanny y que yo; porque los dos tendremos derechos sobre ti. ¡Fanny será<br />
para ti una hermana tan verdadera!<br />
Mary tuvo que mostrarse agradecida y asegurar que le complacería, en<br />
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