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Mansfield Park - Educando

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<strong>Mansfield</strong> <strong>Park</strong> Jane Austen<br />

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obsequiarle con una mirada de aprobación, que él mismo se encargó de<br />

anular al añadir algo demasiado intencionado, relativo a su esperanza de<br />

tener pronto una asistencia, una persona amiga, una guía para todos<br />

sus planes de utilidad o caritativos a desarrollar en Everingham; alguien<br />

que hiciera de Everingham, y todo lo relacionado con este lugar, algo más<br />

querido aún de lo que siempre fuera.<br />

Ella volvió la cabeza, deseando que él no siguiera por aquel camino.<br />

Sentíase dispuesta a conceder que Henry tal vez tuviera mejores<br />

cualidades de las que ella había supuesto. Empezaba a considerar la<br />

posibilidad de que al fin se convirtiera en una buena persona; pero era y<br />

siempre sería totalmente incompatible con ella, y no debía pensar en ella.<br />

Henry diose cuenta de que ya había dicho bastante sobre Everingham,<br />

de que mejor seria cambiar de tema, y volvió a <strong>Mansfield</strong>. No hubiese<br />

podido elegir mejor; era un tópico a propósito para atraerse de nuevo la<br />

atención y la mirada de Fanny, casi al instante. Constituía para ella una<br />

auténtica satisfacción oír hablar de <strong>Mansfield</strong>. Por llevar ahora tanto<br />

tiempo separada de cuantos conocían el lugar, la voz que lo mencionaba<br />

le pareció la de un verdadero amigo, dando lugar a sus vehementes<br />

exclamaciones en alabanza de sus bellezas y delicias; y con el honroso<br />

tributo que dedicó a sus moradores, le brindó a ella la oportunidad de<br />

solazar su espíritu en el más encendido elogio, de hablar de su tío como<br />

del ser más inteligente y bueno, y de su tía atribuyéndole el más dulce de<br />

los dulces caracteres.<br />

También él sentía un gran afecto por <strong>Mansfield</strong>; así lo decía. Miraba al<br />

porvenir con la esperanza de pasar mucho, muchísimo tiempo de su vida<br />

allí... siempre allí o en sus inmediaciones. En especial proyectaba pasar<br />

allí un verano y otoño muy felices, aquel mismo año. Notaba que seria<br />

así; estaba seguro de ello: un verano y un otoño mil veces superiores a<br />

los últimos; dentro de un medio igualmente animado, entretenido, social,<br />

pero en unas circunstancias de indescriptible sublimidad.<br />

––<strong>Mansfield</strong>, Sotherton, Thornton Lacey... ––prosiguió––; ¡qué sociedad<br />

abarcarán esas casas! Y acaso pueda agregarse una cuarta, por San<br />

Miguel... Un pequeño pabellón de caza en esas inmediaciones de todos<br />

tan queridas... porque en cuanto a compartir Thornton Lacey, como una<br />

vez insinuara Edmund Bertram, con buen humor, creo prever dos<br />

inconvenientes... dos inconvenientes auténticos, encantadores,<br />

insuperables, como objeción a ese plan.<br />

Fanny calló por doble motivo; aunque, pasada la ocasión, lamentara no<br />

haberse esforzado por conocer una mitad de lo insinuado por Henry y no<br />

haberle animado a decir algo más de su hermana Mary y de Edmund.<br />

Era un tema del cual debía acostumbrarse a hablar, y la debilidad de<br />

querer eludirlo pronto sería en ella algo imperdonable.<br />

Cuando Mr. Price y su amigo hubieron visto todo lo que quisieron o<br />

tuvieron tiempo de ver, los demás estaban dispuestos a regresar; y<br />

durante el paseo de vuelta, Crawford consiguió un minuto de charla<br />

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