You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>Mansfield</strong> <strong>Park</strong> Jane Austen<br />
179<br />
la sota a un precio exorbitante, exclamó:<br />
––¡Ea, voy a envidar el resto como una mujer valiente! La fria prudencia<br />
no se ha hecho para mí. Yo no he nacido para estar quieta sin hacer<br />
nada. Si pierdo la partida, no será porque no haya luchado por hacerla<br />
mía.<br />
Suya fue la partida, aunque no le pagó lo que había entregado para<br />
asegurársela. Siguió otra mano, y Crawford empezó de nuevo con el tema<br />
de Thornton Lacey.<br />
––Es posible que mi plan no sea el más acertado; no he tenido muchos<br />
minutos para formarlo. Pero usted debe hacer bastante allí. El sitio lo<br />
merece, y no quedará usted satisfecho si deja por hacer mucho de lo que<br />
se puede... Excúseme: señora, no puede usted mirar sus cartas; así,<br />
déjelas echadas delante de usted... Pues sí, el sitio lo merece, Bertram.<br />
Habla usted de darle el aspecto de una residencia señorial. Esto se<br />
conseguirá quitando el corral; pues, aparte tan horrible obstáculo, jamás<br />
vi una casa de ese tipo que tuviera en sí un aire tan señorial, que tanto<br />
diera la impresión de algo superior a una simple rectoría... muy por<br />
encima del presupuesto de unos centenares de libras al año. No es una<br />
amontonada colección de habitaciones pequeñas y sencillas, con tantos<br />
tejados como ventanas; no está recluida en la compacta estrechez de<br />
esas granjas cuadradas; es una casa sólida, espaciosa, con aspecto de<br />
gran mansión, que suscita en uno la suposición de que una rancia<br />
familia campesina ha vivido allí de generación en generación, a lo largo<br />
de un par de centurias por lo menos, y que el tren de vida que ahora se<br />
lleva allí no baja de dos a tres mil libras anuales.<br />
Mary Crawford escuchaba y Edmund se mostró de acuerdo con esto.<br />
––Por lo tanto, un aspecto de residencia señorial no hay duda de que<br />
podrá dárselo usted, con tal de que haga algo. Pero se presta a mucho<br />
más... Déjame ver, Mary: lady Bertram ofrece doce por esa reina; no, no,<br />
una docena es más de lo que vale. Lady Bertram no quería ofrecer una<br />
docena. No hay más oferta. Sigan, sigan... Con algunas reformas<br />
parecidas a las que le he sugerido (yo no le pido precisamente que se<br />
base usted en mi plan, aunque, dicho sea de paso, dudo que nadie<br />
pueda concebir otro mejor) le conferiría usted un carácter más arrogante.<br />
Podría elevarla a la categoría de auténtica mansión señorial. De ser<br />
simplemente la residencia de un caballero puede convertirse, mediante<br />
unas juiciosas reformas, en la residencia de un hombre ilustrado, de<br />
gusto, costumbres modernas y bien emparentado. Todo eso se le puede<br />
imprimir, adquiriendo la casa un sello tal que su dueño sea considerado<br />
el mayor terrateniente de la parroquia por cualquier criatura humana<br />
que acierte a pasar por el camino, especialmente teniendo en cuenta que<br />
no hay allí otra casa importante que pueda disputarle el puesto;<br />
circunstancia ésta, dicho sea entre nosotros, que encarece el valor de<br />
tales condiciones, en cuanto a privilegio e independencia, por encima de<br />
todo cálculo... Usted piensa como yo, sin duda ––añadió, con voz más<br />
179