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<strong>Mansfield</strong> <strong>Park</strong> Jane Austen<br />
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defectos de comportamiento a que la conducía dicha cualidad. Susan no<br />
hacía más que obrar de acuerdo con las mismas verdades, y<br />
persiguiendo el mismo orden, que suscribía el criterio de la propia<br />
Fanny, pero que ésta, debido a su temperamento más condescendiente y<br />
resignado, no hubiera sido capaz de defender. Susan procuraba ser útil<br />
donde Fanny sólo hubiera podido retraerse y llorar. Y de que Susan<br />
prestaba una utilidad pudo Fanny darse cuenta; de que las cosas, aun<br />
con lo mal que marchaban, peor hubieran sido sin tal intervención, y de<br />
que lo mismo su madre que Betsey se veían frenadas en su tendencia a<br />
ciertos excesos de abandono y vulgaridad, ciertamente ofensivos.<br />
En toda controversia con su madre, Susan llevaba siempre la ventaja a<br />
punto de razón, y nunca era de ver una terneza maternal para<br />
sobornarla. El ciego cariño, que tanto daño suscitaba a su alrededor,<br />
nunca lo había ella conocido. No existía gratitud por unas ternuras<br />
pasadas o presentes, que la ayudara a soportar mejor las prodigadas con<br />
exceso a los otros.<br />
Todo esto se hizo gradualmente evidente, y Susan fue apareciendo a los<br />
ojos de Fanny como un motivo de respeto y compasión a la vez. Que, sin<br />
embargo, era incorrecto su proceder, muy incorrecto a veces, sus<br />
recursos con frecuencia mal elegidos e inoportunos, y su actitud y<br />
lenguaje muy a menudo indefendibles, Fanny no podía dejar de<br />
apreciarlo; Pero empezó a abrigar la esperanza de que todo ello podría<br />
corregirse. Veía que Susan la respetaba y deseaba ganarse su buena<br />
opinión; y no obstante lo nuevo que era para Fanny cualquier cosa<br />
parecida al ejercicio de una autoridad, no obstante lo nuevo que era para<br />
ella imaginarse capaz de guiar o enseñar a alguien, tomó la resolución de<br />
hacer a Susan eventuales insinuaciones y tratar de darle, en su<br />
beneficio, unas nociones más justas del respeto que era debido a cada<br />
cual, así como de lo que sería en ella un proceder más discreto; cosas<br />
que la educación de Fanny, más favorecida, había inculcado a su<br />
espíritu.<br />
Su influencia o, por lo menos, su conocimiento y uso de ella, se originó<br />
mediante un acto de bondad para con Susan, el cual, después de<br />
muchas vacilaciones impuestas por sus escrúpulos de delicadeza,<br />
decidió llevar a cabo. Muy al principio se le había ocurrido que una<br />
pequeña suma de dinero podría, tal vez, restablecer para siempre la paz<br />
en la penosa cuestión del cuchillo de plata, que se disputaban ahora de<br />
continuo; y los caudales que ella poseía (su tío le dio diez libras al partir),<br />
hacían que pudiera ser tan generosa como deseaba. Pero estaba tan poco<br />
habituada a hacer favores, excepto a los pobres de solemnidad, era tan<br />
inexperta en cuanto representase corregir males o conferir beneficios<br />
entre sus iguales, y estaba tan temerosa de dar la sensación de que se<br />
elevaba a un plano de gran señora dentro de su hogar, que necesitó<br />
algún tiempo para decidir si no sería una inconveniencia de su parte<br />
hacer tal regalo. Se decidió, sin embargo, al fin: compró para Betsey un<br />
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