11.05.2013 Views

Mansfield Park - Educando

Mansfield Park - Educando

Mansfield Park - Educando

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Mansfield</strong> <strong>Park</strong> Jane Austen<br />

299<br />

en que le era dado gozarlos. Es más: de no haber tenido aquel brazo en<br />

que apoyarse, pronto lo hubiera necesitado; pues carecía de fuerzas para<br />

vagar de aquel modo durante dos horas, al darse el caso, como<br />

generalmente ocurría, tras una semana de inactividad. Fanny empezaba<br />

a acusar el efecto de haber suspendido su ejercicio habitual y regular;<br />

había perdido fondo en cuanto a salud desde su llegada a Portsmouth; y<br />

de no ser por Mr. Crawford y el magnífico tiempo, pronto se hubiera<br />

rendido en aquella ocasión.<br />

El hechizo del día y del paisaje lo acusaba él lo mismo que ella. A<br />

menudo se detenían obedeciendo a un mismo gusto y sentimiento, y se<br />

apoyaban en el muro durante unos minutos para mirar y admirar; y<br />

considerando que él no era Edmund, no pudo menos Fanny de reconocer<br />

que era bastante sensible a los encantos de la naturaleza y muy hábil<br />

para expresar su admiración. Ella se abandonaba de vez en cuando a un<br />

dulce arrobamiento, circunstancia que él pudo aprovechar en alguna<br />

ocasión para mirarla al rostro; y el resultado de tales observaciones fue<br />

la afirmación de que su rostro, aunque tan cautivador como siempre, no<br />

aparecía tan lozano como debía estar. Ella dijo que se encontraba muy<br />

bien, no gustándole que pudiera suponerse otra cosa; pero, en su<br />

apreciación de conjunto, él quedó convencido de que su actual residencia<br />

no podía satisfacerla y, por lo tanto, no podía ser saludable para ella; y<br />

empezó a mostrar impaciencia por un pronto regreso de Fanny a<br />

<strong>Mansfield</strong>, donde la felicidad de ella, y la de él al verla, habría de ser<br />

mucho mayor.<br />

––Lleva ya un mes aquí, ¿no es cierto?<br />

––No; no un mes completo. Mañana hará cuatro semanas que<br />

abandoné <strong>Mansfield</strong>.<br />

––Es usted en extremo escrupulosa y honrada en sus cuentas. A eso,<br />

yo lo llamaría un mes.<br />

––No se cumplirá hasta el martes al atardecer.<br />

––Y se trata de una visita de dos meses, ¿no es cierto?<br />

––Sí. Mi tío habló de dos meses. Supongo que no será menos.<br />

––¿Y cómo va a efectuar el regreso? ¿Quién vendrá a recogerla?<br />

––No lo sé. Todavía nada me ha comunicado referente a esto mi tía.<br />

Acaso me quede más tiempo. Puede que no convenga recogerme<br />

exactamente al término de los dos meses.<br />

Tras una breve reflexión, Mr. Crawford replicó:<br />

––Conozco <strong>Mansfield</strong>, conozco sus costumbres y conozco sus defectos<br />

respeto a usted. Conozco el peligro de que la echen al olvido, hasta el<br />

punto de sacrificar su bienestar a la imaginaria conveniencia de un solo<br />

ser de la familia. Me doy cuenta de que pueden dejarla aquí semana tras<br />

semana, en tanto a sir Thomas no le sea posible disponerlo todo para<br />

venir él mismo, o enviar a la sirvienta de su cuñada, sin que ello<br />

envuelva la más leve alteración del programa que pueda haber<br />

establecido para el trimestre siguiente. Esto no puede ser. Dos meses es<br />

299

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!