11.05.2013 Views

Mansfield Park - Educando

Mansfield Park - Educando

Mansfield Park - Educando

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>Mansfield</strong> <strong>Park</strong> Jane Austen<br />

338<br />

pasarse el verano paseando por aquellos alrededores y sentándose a la<br />

sombra de los árboles en compañía de Fanny, hasta tal punto había<br />

conseguido con sus razonamientos infundir resignación a su espíritu,<br />

que volvió a ser un Edmund más que pasablemente jovial.<br />

Éstas eran las circunstancias y las esperanzas que iban contribuyendo<br />

paulatinamente al alivio de sir Thomas, amortiguando su pena por lo<br />

perdido y reconciliándole en parte consigo mismo; aunque la zozobra que<br />

le producía la convicción de sus propios errores en la educación de sus<br />

hijas no podría nunca anularla por completo.<br />

Demasiado tarde se daba cuenta de cuán desfavorable tiene que ser<br />

para la formación de la juventud el trato sumamente contradictorio que<br />

María y Julia habían siempre conocido en casa, donde los excesivos<br />

halagos e indulgencias de su tía habían contrastado de continuo con la<br />

severidad de su padre. Ahora veía lo equivocado que estuvo al esperar<br />

que los errores de tía Norris podría él contrarrestarlos haciendo todo lo<br />

contrario; claramente veía que no había hecho más que aumentar el mal,<br />

al acostumbrar a sus hijas a reprimirse en su presencia, de modo que<br />

nunca pudo saber cómo eran en realidad, mandándolas para todo lo que<br />

fueran indulgencias a la persona que sólo había podido atraérselas por la<br />

ceguera de su pasión y con sus excesivos elogios.<br />

En esto había obrado con lamentable desacierto; pero, a pesar de todo,<br />

sir Thomas empezaba a considerar que no fue éste el mayor error en su<br />

plan educativo. Era indudable que se había prescindido de algo esencial,<br />

pues de lo contrario el tiempo se hubiera encargado de anular las malas<br />

consecuencias de aquel aspecto. Temía que se hubieran descuidado unos<br />

principios, unos principios básicos... que nunca se les hubiera enseñado<br />

debidamente a sus hijas a dominar las inclinaciones e impulsos de sus<br />

temperamentos, mediante ese sentido del deber que por sí solo puede<br />

bastar. Se las instruyó en la teoría de la religión, pero sin<br />

acostumbrarlas a practicarla en la vida cotidiana. El distinguirse por su<br />

elegancia y educación (legítimo anhelo de su juventud), no pudo ejercer<br />

en ellas una influencia útil en aquel sentido, un efecto moral en su<br />

espíritu. Quiso que fueran buenas, pero sus cuidados se habían dirigido<br />

a la inteligencia y a los modales, no a las inclinaciones; y en cuanto a<br />

humildad y abnegación, temía que nunca hubiesen escuchado de unos<br />

labios que esas virtudes pudieran servirles de algo.<br />

Con amargura deploraba una deficiencia que casi no comprendía cómo<br />

había sido posible. Tristemente reconocía que, a pesar de lo mucho que<br />

le había costado y preocupado darles una educación completa y cara,<br />

había educado a sus hijas sin que supieran nada de sus deberes<br />

esenciales, y sin que él conociera sus respectivos caracteres y<br />

temperamentos.<br />

El arrebatado espíritu y las fuertes pasiones de María, en especial, era<br />

algo que sólo llegó a conocer a través de sus tristes efectos. No hubo<br />

manera de persuadirla para que dejara a Mr. Crawford. Esperaba<br />

338

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!