11.05.2013 Views

Mansfield Park - Educando

Mansfield Park - Educando

Mansfield Park - Educando

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>Mansfield</strong> <strong>Park</strong> Jane Austen<br />

250<br />

comprometerme en las obligaciones de un clérigo para siempre, de un<br />

modo constante. Sí, ésta fue la palabra: constante... Es una palabra que<br />

no me asusta. La deletrearía, la leería, la escribiría ante quien fuese. No<br />

veo nada alarmante en la palabra. ¿Cree usted que deberia alarmarme?<br />

––Tal vez ––dijo Fanny, hablando al fin por aburrimiento––, tal vez<br />

pensé que era una lástima que no se conociera usted siempre tan bien<br />

como pareció que se conocía en aquel momento.<br />

Crawford, encantado de haber conseguido que hablase como fuera, se<br />

propuso mantener el diálogo en pie; y la pobre Fanny, que había<br />

esperado hacerle caer con aquel reproche extremo, vio con tristeza que se<br />

había equivocado, y que sólo habían pasado de un motivo de curiosidad<br />

y de un juego de palabras a otro. Henry siempre encontraba algo para<br />

suplicar que le fuera explicado. La ocasión era única. No se le había<br />

presentado otra igual desde que la viera en el despacho de su tío;<br />

ninguna otra se le ofrecería antes de abandonar <strong>Mansfield</strong>. Que lady<br />

Bertram estuviera sentada al otro lado de la mesa era una bagatela, pues<br />

siempre se la podía considerar medio dormida; y los anuncios que leía<br />

Edmund seguían siendo de primera utilidad.<br />

––Bien ––dijo Crawford, al cabo de un conjunto de rápidas preguntas y<br />

forzadas contestaciones––, soy más feliz de lo que era, porque ahora<br />

entiendo con mayor claridad la opinión que tiene de mí. Me considera<br />

usted inconstante... que con facilidad cedo al último capricho; que<br />

fácilmente me entusiasmo... y fácilmente abandono. Teniendo de mí esta<br />

opinión no es extraño que... Pero, ya se verá. No es con protestas como<br />

he de intentar convencerla de que es injusta conmigo; no es diciéndole<br />

que son firmes mis sentimientos. Mi conducta hablará por mí... La<br />

ausencia, la distancia, el tiempo hablarán por mí. Ellos le demostrarán<br />

que, en la medida que alguien pueda merecerla, yo la merezco a usted.<br />

Es usted infinitamente superior a mis méritos; todo eso lo sé. Posee<br />

usted cualidades que antes no había yo supuesto que existieran en tal<br />

grado en ninguna criatura humana. Tiene usted ciertos rasgos angélicos<br />

superiores a... no solamente superiores a lo que uno ve, porque nunca se<br />

ven cosas así, sino superiores a lo que uno pudiera imaginar. Pero aun<br />

siendo así no temo. No es por igualdad de méritos por lo que cabe ganar<br />

su corazón. Ni siquiera se debe pensar en ello. Aquel que mejor<br />

comprenda y honre sus virtudes, que la ame con más devoción, será<br />

quien más derecho tendrá a ser correspondido. Sobre esta base se<br />

asienta mi confianza. Éste es el derecho que me asiste para merecerla, y<br />

se lo demostraré; y la conozco demasiado bien para, una vez convencida<br />

de que mi afecto es tal cual ahora le declaro, no abrigar la más ardiente<br />

esperanza. Sí, querida, dulce Fanny. Bueno... ––viendo que ella se<br />

echaba para atrás, incomodada––, perdóneme. Tal vez no tenga aún<br />

derecho. Pero, ¿de qué otro modo podré llamarla? ¿Supone usted que la<br />

tengo de continuo presente en mi imaginación con otro nombre: No; es<br />

en mi «Fanny» en quien pienso todo el día y sueño toda la noche. Le ha<br />

250

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!