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Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

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LA CAÍDA DEL LIBERALISMO 129<br />

n<strong>en</strong>tal que, durante el período de <strong>en</strong>treguerras, daban apoyo a la ultraderecha.<br />

En 1921 (es decir, antes de la «marcha sobre Roma») el 13 por 100 de los<br />

miembros <strong>del</strong> movimi<strong>en</strong>to fascista italiano eran estudiantes. En Alemania, ya<br />

<strong>en</strong> 1930, cuando la mayoría de los futuros nazis no se interesaban todavía por<br />

la figu ra de Hitler, eran <strong>en</strong>tre el 5 y el 10 por 100 de los miembros <strong>del</strong> Partido<br />

Nazi (Kater, 1985, p. 467; Noelle y Neumann, 1967, p. 196). Como veremos,<br />

muchos fascistas eran ex oficiales de clase media, para los cuales la gran<br />

guerra, con todos sus horrores, había sido la cima de su realización personal,<br />

desde la cual sólo contemplaban el triste futuro de una vida civil decepcionante.<br />

Estos eran segm<strong>en</strong>tos de la clase media que se s<strong>en</strong>tían particularm<strong>en</strong>te<br />

atraídos por el activismo. En g<strong>en</strong>eral, la atracción de la derecha radical era<br />

mayor cuanto más fuerte era la am<strong>en</strong>aza, real o temida, que se cernía sobre la<br />

posición de un grupo de la clase media, a medida que se desbarataba el marco<br />

que se suponía que t<strong>en</strong>ía que mant<strong>en</strong>er <strong>en</strong> su lugar el ord<strong>en</strong> social. En<br />

Alemania, la gran inflación, que redujo a cero el valor de la moneda, y la Gran<br />

Depresión que la siguió radicalizaron incluso a algunos estratos de la clase<br />

media, como los funcionarios de los niveles medios y superiores, cuya posición<br />

parecía segura y que, <strong>en</strong> circunstancias m<strong>en</strong>os traumáticas, se habrían<br />

s<strong>en</strong>tido satisfechos <strong>en</strong> su papel de patriotas conservadores tradicionales, nostálgicos<br />

<strong>del</strong> emperador Guillermo pero dispuestos a servir a una república presidida<br />

por el mariscal Hind<strong>en</strong>burg, si no hubiera sido evid<strong>en</strong>te que ésta se<br />

estaba derrumbando. En el período de <strong>en</strong>treguerras, la gran mayoría de la<br />

población alemana que no t<strong>en</strong>ía intereses políticos recordaba con nostalgia el<br />

imperio de Guillermo II. En los años ses<strong>en</strong>ta, cuando la gran mayoría de los<br />

alemanes occid<strong>en</strong>tales consideraba, con razón, que <strong>en</strong>tonces estaba vivi<strong>en</strong>do<br />

el mejor mom<strong>en</strong>to de la historia <strong>del</strong> país, el 42 por 100 de la población de más<br />

de ses<strong>en</strong>ta años p<strong>en</strong>saba todavía que el período anterior a 1914 había sido<br />

mejor, fr<strong>en</strong>te al 32 por 100 que había sido convertido por el «milagro económico»<br />

(Noelle y Neumann, 1967, p. 197). Entre 1930 y 1932, los votantes<br />

de los partidos burgueses <strong>del</strong> c<strong>en</strong>tro y de la derecha se inclinaron <strong>en</strong> masa por<br />

el partido nazi. Sin embargo, no fueron ellos los constructores <strong>del</strong> fascismo.<br />

Por la forma <strong>en</strong> que se dibujaron las líneas de la lucha política <strong>en</strong> el<br />

período de <strong>en</strong>treguerras, esas capas medias conservadoras eran susceptibles<br />

de apoyar, e incluso de abrazar, el fascismo. La am<strong>en</strong>aza para la sociedad<br />

liberal y para sus valores parecía <strong>en</strong>carnada <strong>en</strong> la derecha, y la am<strong>en</strong>aza para<br />

el ord<strong>en</strong> social, <strong>en</strong> la izquierda. Fueron sus temores los que determinaron la<br />

inclinación política de la clase media. Los conservadores tradicionales se<br />

s<strong>en</strong>tían atraídos por los demagogos <strong>del</strong> fascismo y se mostraron dispuestos a<br />

aliarse con ellos contra el gran <strong>en</strong>emigo. El fascismo italiano t<strong>en</strong>ía bu<strong>en</strong>a<br />

pr<strong>en</strong>sa <strong>en</strong> los años veinte e incluso <strong>en</strong> los años treinta, excepto <strong>en</strong> la izquierda<br />

<strong>del</strong> liberalismo. «La década no ha sido fructífera por lo que respecta al arte<br />

<strong>del</strong> bu<strong>en</strong> gobierno, si se exceptúa el experim<strong>en</strong>to dorado <strong>del</strong> fascismo»,<br />

escribió John Buchan, emin<strong>en</strong>te conservador británico y autor de novelas<br />

policiacas. (Lam<strong>en</strong>tablem<strong>en</strong>te, la inclinación a escribir novelas policiacas<br />

raram<strong>en</strong>te coincide con convicciones izquierdistas.) (Graves y Hodge, 1941,

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