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Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

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196 LA ERA DE LAS CATÁSTROFES<br />

visual con un cont<strong>en</strong>ido de crítica social, <strong>en</strong> gran medida por influ<strong>en</strong>cia de la<br />

vanguardia revolucionaria rusa, que <strong>en</strong>salzaba el valor de los hechos fr<strong>en</strong>te al<br />

<strong>en</strong>tret<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to popular que la izquierda europea siempre había cond<strong>en</strong>ado<br />

como el opio <strong>del</strong> pueblo. Se atribuye al periodista comunista checo Egon<br />

Erwin Kisch, que se <strong>en</strong>vanecía de llamarse «El reportero fr<strong>en</strong>ético» (Der<br />

ras<strong>en</strong>de Reporter, 1925, fue el título <strong>del</strong> primero de una serie de reportajes<br />

suyos), el haber puesto de moda el término <strong>en</strong> Europa c<strong>en</strong>tral. Luego se difundió<br />

<strong>en</strong>tre la vanguardia occid<strong>en</strong>tal, principalm<strong>en</strong>te gracias al cine. Sus oríg<strong>en</strong>es<br />

resultan claram<strong>en</strong>te visibles <strong>en</strong> las secciones <strong>en</strong>cabezadas con los títulos<br />

«Noticiario» y «El ojo <strong>en</strong> la cámara» —una alusión al docum<strong>en</strong>talista de vanguardia<br />

Dziga Vertov—, intercaladas <strong>en</strong> la narración <strong>en</strong> la trilogía USA de<br />

John Dos Passos (1896-1970), que corresponde al período de ori<strong>en</strong>tación izquierdista<br />

<strong>del</strong> autor. La vanguardia de izquierdas convirtió el «docum<strong>en</strong>tal»<br />

<strong>en</strong> un género autónomo, pero <strong>en</strong> los años treinta incluso los profesionales<br />

pragmáticos <strong>del</strong> negocio de la información y de las revistas reivindicaron una<br />

condición más intelectual y creativa, elevando algunos noticiarios cinematográficos,<br />

que por lo g<strong>en</strong>eral solían ser producciones sin grandes pret<strong>en</strong>siones<br />

destinadas a rell<strong>en</strong>ar huecos <strong>en</strong> la programación, a la categoría de ambiciosos<br />

docum<strong>en</strong>tales sobre «La marcha <strong>del</strong> tiempo», a la vez que adoptaban las innovaciones<br />

técnicas de los fotógrafos vanguardistas, como se habían experim<strong>en</strong>tado<br />

<strong>en</strong> los años veinte <strong>en</strong> la comunista AIZ, para inaugurar una época dorada<br />

de las revistas gráficas: Life <strong>en</strong> los Estados Unidos, Picture Post <strong>en</strong> Gran<br />

Bretaña y Vu <strong>en</strong> Francia. Sin embargo, fuera de los países anglosajones, esta<br />

nueva t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia no florecería hasta después de la segunda guerra mundial.<br />

El triunfo <strong>del</strong> nuevo periodismo gráfico no se debe sólo a la labor de los<br />

hombres (y de algunas mujeres) intelig<strong>en</strong>tes que descubrieron la fotografía<br />

como medio de comunicación; a la cre<strong>en</strong>cia ilusoria de que «la cámara no<br />

mi<strong>en</strong>te», esto es, que repres<strong>en</strong>ta la «auténtica» verdad; y a los a<strong>del</strong>antos tecnológicos<br />

que hicieron posible tomar fotografías instantáneas con nuevas<br />

cámaras más pequeñas (la Leica, que apareció <strong>en</strong> 1924), sino tal vez ante<br />

todo al predominio universal <strong>del</strong> cine. Todo el mundo apr<strong>en</strong>dió a ver la realidad<br />

a través <strong>del</strong> objetivo de la cámara. Porque aunque aum<strong>en</strong>tó la difusión<br />

de la palabra impresa (acompañada, cada vez más, de fotografías <strong>en</strong> huecograbado,<br />

<strong>en</strong> la pr<strong>en</strong>sa s<strong>en</strong>sacionalista), ésta perdió terr<strong>en</strong>o fr<strong>en</strong>te al cine.<br />

La era de las catástrofes fue el período de la gran pantalla cinematográfica.<br />

A finales de los años treinta, por cada británico que compraba un diario, dos<br />

compraban una <strong>en</strong>trada de cine (Stev<strong>en</strong>son, 1984, pp. 396 y 403). Con la<br />

profundización de la crisis económica y el estallido de la guerra, la aflu<strong>en</strong>cia<br />

de espectadores a las salas cinematográficas alcanzó los niveles más altos <strong>en</strong><br />

los países occid<strong>en</strong>tales.<br />

En los nuevos medios de comunicación visual, el vanguardismo y el arte<br />

de masas se b<strong>en</strong>eficiaban mutuam<strong>en</strong>te. En los viejos países occid<strong>en</strong>tales, el<br />

predominio de las capas sociales más cultas y un cierto elitismo se dejaron<br />

s<strong>en</strong>tir incluso <strong>en</strong> el cine, un medio de comunicación de masas. Eso dio lugar<br />

a una edad de oro <strong>del</strong> cine mudo alemán <strong>en</strong> la época de Weimar, <strong>del</strong> cine

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