14.01.2015 Views

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

EL TERCER MUNDO Y LA REVOLUCIÓN 4 4 5<br />

La revuelta estudiantil de fines de los ses<strong>en</strong>ta fue el último estertor de la<br />

revolución <strong>en</strong> el viejo mundo. Fue revolucionaria tanto <strong>en</strong> el viejo s<strong>en</strong>tido<br />

utópico de búsqueda de un cambio perman<strong>en</strong>te de valores, de una sociedad<br />

nueva y perfecta, como <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido operativo de procurar alcanzarlo mediante<br />

la acción <strong>en</strong> las calles y <strong>en</strong> las barricadas, con bombas y emboscadas<br />

<strong>en</strong> las montañas. Fue global, no sólo porque la ideología de la tradición<br />

revolucionaria, de 1789 a 1917, era universal e internacionalista —incluso un<br />

movimi<strong>en</strong>to tan exclusivam<strong>en</strong>te nacionalista como el separatismo vasco de<br />

ETA, un producto típico de los años ses<strong>en</strong>ta, se proclamaba <strong>en</strong> cierto s<strong>en</strong>tido<br />

marxista—, sino porque, por primera vez, el mundo, o al m<strong>en</strong>os el mundo <strong>en</strong><br />

el que vivían los ideólogos estudiantiles, era realm<strong>en</strong>te global. Los mismos<br />

libros aparecían, casi simultáneam<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> las librerías estudiantiles de Bu<strong>en</strong>os<br />

Aires, Roma y Hamburgo (<strong>en</strong> 1968 no faltaron los de Herbert Marcuse).<br />

Los mismos turistas de la revolución atravesaban océanos y contin<strong>en</strong>tes,<br />

de París a La Habana, a Sao Paulo y a Bolivia. Era la primera g<strong>en</strong>eración de<br />

la humanidad que daba por supuestas las telecomunicaciones y unas tarifas<br />

aéreas baratas; los estudiantes de los últimos años ses<strong>en</strong>ta no t<strong>en</strong>ían dificultad<br />

<strong>en</strong> reconocer que lo que sucedía <strong>en</strong> la Sorbona, <strong>en</strong> Berkeley o <strong>en</strong> Praga<br />

era parte <strong>del</strong> mismo acontecimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la misma aldea global <strong>en</strong> la que,<br />

según el gurú canadi<strong>en</strong>se Marshall McLuhan (otro nombre de moda <strong>en</strong> los<br />

ses<strong>en</strong>ta), todos vivíamos.<br />

Y, sin embargo, esta no era la revolución mundial como la había <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido<br />

la g<strong>en</strong>eración de 1917, sino el sueño de algo que ya no existía: muchas<br />

veces no era otra cosa que la pret<strong>en</strong>sión de que, comportándose como si<br />

hubiera efectivam<strong>en</strong>te barricadas, algo haría que surgies<strong>en</strong>, por magia simpática.<br />

O incluso, al modo <strong>en</strong> que un conservador intelig<strong>en</strong>te como Raymond<br />

Aron describió los «sucesos de mayo de 1968» <strong>en</strong> París, no sin cierta razón,<br />

un teatro callejero o un psicodrama.<br />

Nadie esperaba ya una revolución social <strong>en</strong> el mundo occid<strong>en</strong>tal. La<br />

mayoría de los revolucionarios ya ni siquiera consideraban a la clase obrera<br />

industrial —«la <strong>en</strong>terradora <strong>del</strong> capitalismo» de Marx— como revolucionaria,<br />

salvo por lealtad a la doctrina ortodoxa. En el hemisferio occid<strong>en</strong>tal, ya<br />

fuese <strong>en</strong>tre la extrema izquierda latinoamericana, comprometida con la teoría,<br />

o <strong>en</strong>tre los estudiantes rebeldes de los Estados Unidos, car<strong>en</strong>tes de teoría,<br />

el viejo «proletariado» era incluso despreciado como <strong>en</strong>emigo <strong>del</strong> radicalismo,<br />

bi<strong>en</strong> porque formase una aristocracia <strong>del</strong> trabajo privilegiada, bi<strong>en</strong> por<br />

estar formado por patriotas partidarios de la guerra de Vietnam. El futuro de<br />

la revolución estaba <strong>en</strong> las (cada vez más vacías) zonas campesinas <strong>del</strong> tercer<br />

mundo, pero el mismo hecho de que sus compon<strong>en</strong>tes tuvies<strong>en</strong> que ser<br />

sacados de su pasividad por profetas armados de la revuelta v<strong>en</strong>idos de lejos,<br />

y dirigidos por Castras y Guevaras, com<strong>en</strong>zaba a debilitar la vieja cre<strong>en</strong>cia<br />

de que era históricam<strong>en</strong>te inevitable que los «parias de la tierra», de los que<br />

habla la Internacional, rompieran las cad<strong>en</strong>as por sí mismos.<br />

Además, incluso donde la revolución era una realidad, o una probabilidad,<br />

¿seguía si<strong>en</strong>do universal Los movimi<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> los que los revoluciona-

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!