14.01.2015 Views

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

320 LA EDAD DE ORO<br />

mujeres trabajadoras como la baja por maternidad. La fase posterior <strong>del</strong><br />

movimi<strong>en</strong>to feminista apr<strong>en</strong>dió a insistir <strong>en</strong> la difer<strong>en</strong>cia exist<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre<br />

ambos sexos, además de <strong>en</strong> las desigualdades, aunque la utilización de una<br />

ideología liberal de un individualismo abstracto y el instrum<strong>en</strong>to de la<br />

«igualdad legal de derechos» no eran fácilm<strong>en</strong>te reconciliables con el reconocimi<strong>en</strong>to<br />

de que las mujeres no eran, o no t<strong>en</strong>ían que ser, como los hombres,<br />

y viceversa. 16<br />

Además, <strong>en</strong> los años cincu<strong>en</strong>ta y ses<strong>en</strong>ta, la misma exig<strong>en</strong>cia de salirse<br />

<strong>del</strong> ámbito doméstico y <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> el mercado laboral t<strong>en</strong>ía una fuerte carga<br />

ideológica <strong>en</strong>tre las mujeres casadas prósperas, cultas y de clase media, que<br />

no t<strong>en</strong>ía <strong>en</strong> cambio para las otras, pues los motivos de aquéllas <strong>en</strong> esos dominios<br />

rara vez eran económicos. Entre las mujeres pobres o con dificultades<br />

económicas, las mujeres casadas fueron a trabajar después de 1945 porque<br />

sus hijos ya no iban. La mano de obra infantil casi había desaparecido de<br />

Occid<strong>en</strong>te, mi<strong>en</strong>tras que, <strong>en</strong> cambio, la necesidad de dar una educación a los<br />

hijos para mejorar sus perspectivas de futuro repres<strong>en</strong>tó para sus padres una<br />

carga económica mayor y más duradera de lo que había sido con anterioridad.<br />

En resum<strong>en</strong>, como ya se ha dicho, «antes los niños trabajaban para que<br />

sus madres pudieran quedarse <strong>en</strong> casa <strong>en</strong>cargándose de sus responsabilidades<br />

domésticas y reproductivas. Ahora, al necesitar las familias ingresos adicionales,<br />

las madres se pusieron a trabajar <strong>en</strong> lugar de sus hijos» (Tilly y Scott,<br />

1987, p. 219). Eso hubiera sido casi imposible sin m<strong>en</strong>os hijos, a pesar de<br />

que la sustancial mecanización de las labores domésticas (sobre todo gracias<br />

a las lavadoras) y el auge de las comidas preparadas y precocinadas contribuyeran<br />

a hacerlo más fácil. Pero para las mujeres casadas de clase media<br />

cuyos maridos t<strong>en</strong>ían unos ingresos correspondi<strong>en</strong>tes con su nivel social, ir a<br />

trabajar rara vez repres<strong>en</strong>taba una aportación sustancial a los ingresos familiares,<br />

aunque sólo fuese porque a las mujeres les pagaban mucho m<strong>en</strong>os que<br />

a los hombres <strong>en</strong> los empleos que t<strong>en</strong>ían a su disposición. La aportación neta<br />

a los ingresos familiares podía no ser significativa cuando había que contratar<br />

asist<strong>en</strong>tas de pago para que cuidaran de la casa y de los niños (<strong>en</strong> forma de<br />

mujeres de la limpieza y, <strong>en</strong> Europa, de canguros o chicas au pair) para que<br />

la mujer pudiera ganar un sueldo fuera <strong>del</strong> hogar.<br />

Si, a esos niveles, había alguna motivación para que las mujeres casadas<br />

16. Así, la «discriminación positiva», es decir, el dar a un grupo un trato prefer<strong>en</strong>te a la<br />

hora de acceder a determinados recursos o actividades sociales, sólo es congru<strong>en</strong>te con la igualdad<br />

parti<strong>en</strong>do de la premisa de que se trata de una medida temporal, que se abolirá cuando la<br />

igualdad de acceso se haya conseguido por méritos propios; es decir, parti<strong>en</strong>do de la premisa de<br />

que el trato prefer<strong>en</strong>te no repres<strong>en</strong>ta más que la supresión de un obstáculo injusto para los participantes<br />

<strong>en</strong> la misma competición, lo cual, desde luego, a veces es así. Pero <strong>en</strong> casos donde se<br />

da una difer<strong>en</strong>cia perman<strong>en</strong>te, no puede justificarse. Es absurdo, incluso a primera vista, dar<br />

prioridad a los hombres <strong>en</strong> la inscripción <strong>en</strong> cursos de canto de soprano, o insistir <strong>en</strong> que seria<br />

de desear, <strong>en</strong> teoría, y por cuestiones demográficas, que el 50 por 100 de los g<strong>en</strong>erales fues<strong>en</strong><br />

mujeres. En cambio, es totalm<strong>en</strong>te legítimo dar a todo hombre deseoso y pot<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te dotado<br />

para cantar Norma y a toda mujer con el deseo y el pot<strong>en</strong>cial para dirigir un ejército la oportunidad<br />

de hacerlo.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!