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Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

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CONTRA EL ENEMIGO COMÚN 179<br />

<strong>en</strong> China y <strong>en</strong> Corea, donde los colonialistas eran los japoneses, y <strong>en</strong> Indochina<br />

(Vietnam, Camboya y Laos), donde el <strong>en</strong>emigo inmediato de la libertad<br />

seguían si<strong>en</strong>do los franceses, cuya administración local se sometió a los<br />

japoneses cuando éstos conquistaron el sureste asiático. Esos eran los países<br />

<strong>en</strong> los que el comunismo triunfaría <strong>en</strong> la posguerra, con Mao, Kim II Sung y<br />

Ho Chi Minh. En los demás lugares, los dirig<strong>en</strong>tes de los países <strong>en</strong> los que<br />

muy pronto culminaría el proceso de descolonización procedían de movimi<strong>en</strong>tos<br />

de izquierda, pero estaban m<strong>en</strong>os constreñidos, <strong>en</strong> 1941-1945, a dar<br />

prioridad absoluta a la derrota <strong>del</strong> Eje. E incluso ellos t<strong>en</strong>ían que ver con<br />

cierto optimismo la situación <strong>del</strong> mundo tras la derrota de las pot<strong>en</strong>cias <strong>del</strong><br />

Eje. Ninguna de las dos superpot<strong>en</strong>cias veía con bu<strong>en</strong>os ojos el viejo colonialismo,<br />

al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> teoría. »Un partido notoriam<strong>en</strong>te anticolonialista había<br />

asc<strong>en</strong>dido al poder <strong>en</strong> el mayor de todos los imperios, la fuerza y la legitimidad<br />

<strong>del</strong> viejo colonialismo habían sido gravem<strong>en</strong>te socavadas y las posibilidades<br />

de libertad parecían mayores que nunca. Así resultó, pero no sin que<br />

los viejos imperios realizaran duros int<strong>en</strong>tos de resist<strong>en</strong>cia.<br />

VIII<br />

En definitiva, la derrota <strong>del</strong> Eje —más exactam<strong>en</strong>te, de Alemania y<br />

Japón— no dejó tras de sí mucha amargura, excepto <strong>en</strong> los dos países citados,<br />

donde la población había luchado con total lealtad y extraordinaria eficacia<br />

hasta el último mom<strong>en</strong>to. Después de todo, el fascismo sólo había<br />

movilizado a los países <strong>en</strong> los que alcanzó su pl<strong>en</strong>o desarrollo y a algunas<br />

minorías ideológicas de la derecha radical —marginales <strong>en</strong> la vida política <strong>en</strong><br />

sus países—, a algunos grupos nacionalistas que esperaban alcanzar sus<br />

objetivos mediante una alianza con Alemania y a la soldadesca más ínfima<br />

de la guerra y la conquista, reclutada <strong>en</strong> los brutales grupos auxiliares nazis<br />

de ocupación. Lo único que consiguieron despertar los japoneses fue una<br />

simpatía mom<strong>en</strong>tánea hacia la raza amarilla <strong>en</strong> lugar de la blanca. El principal<br />

atractivo <strong>del</strong> fascismo europeo, su condición de salvaguardia fr<strong>en</strong>te a los<br />

movimi<strong>en</strong>tos obreros, el socialismo, el comunismo y el satánico y ateo bastión<br />

de Moscú que los inspiraba, le había deparado un importante apoyo<br />

<strong>en</strong>tre las clases adineradas conservadoras, aunque la adhesión <strong>del</strong> gran capital<br />

se basó siempre <strong>en</strong> motivos pragmáticos más que <strong>en</strong> razones de principio. No<br />

era una atracción que pudiera sobrevivir al fracaso y la derrota y, por otra<br />

parte, la consecu<strong>en</strong>cia final de doce años de dominio <strong>del</strong> nacionalsocialismo<br />

era que ext<strong>en</strong>sas zonas de Europa habían quedado a merced de los bolcheviques.<br />

El fascismo se disolvió como un terrón <strong>en</strong> el agua de un río y desapareció<br />

virtualm<strong>en</strong>te de la esc<strong>en</strong>a política, excepto <strong>en</strong> Italia, donde un modesto movimi<strong>en</strong>to<br />

neofascista (Movim<strong>en</strong>to Sociale Italiano), que honra la figura de Mussolini,<br />

ha t<strong>en</strong>ido una pres<strong>en</strong>cia perman<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la política italiana. Ese f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o<br />

no se debió tan sólo al hecho de que fueran excluidos de la vida política

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