14.01.2015 Views

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

5 2 4 EL DERRUMBAMIENTO<br />

vieja tradición de av<strong>en</strong>turas fantásticas con artilugios de alta tecnología, <strong>en</strong> la<br />

segunda mitad <strong>del</strong> siglo las contribuciones más serias al género empezaron<br />

a ofrecer una versión sombría, o cuando m<strong>en</strong>os ambigua, de la condición<br />

humana y de sus expectativas.<br />

Los recelos y temores hacia la ci<strong>en</strong>cia se vieron alim<strong>en</strong>tados por cuatro<br />

s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos: el de que la ci<strong>en</strong>cia era incompr<strong>en</strong>sible; que sus consecu<strong>en</strong>cias<br />

(ya fues<strong>en</strong>) prácticas (o morales) eran impredecibles y probablem<strong>en</strong>te catastróficas;<br />

que ponía de relieve la indef<strong>en</strong>sión <strong>del</strong> individuo y que minaba la<br />

autoridad. Sin olvidar el s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de que la ci<strong>en</strong>cia era intrínsecam<strong>en</strong>te<br />

peligrosa <strong>en</strong> la medida <strong>en</strong> que interfería el ord<strong>en</strong> natural de las cosas. Los dos<br />

s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos que he m<strong>en</strong>cionado <strong>en</strong> primer lugar eran compartidos por ci<strong>en</strong>tíficos<br />

y legos; los dos últimos correspondían más bi<strong>en</strong> a los legos. Las personas<br />

sin formación ci<strong>en</strong>tífica sólo podían reaccionar contra su s<strong>en</strong>sación de<br />

impot<strong>en</strong>cia int<strong>en</strong>tando explicar lo que «la ci<strong>en</strong>cia no podía explicar», <strong>en</strong> la<br />

línea de la afirmación de Hamlet de que «hay más cosas <strong>en</strong> el cielo y la tierra<br />

... de las que puede soñar tu filosofía»; negándose a creer que la «ci<strong>en</strong>cia<br />

oficial» pudiera explicarlas y ansiosos por creer <strong>en</strong> lo inexplicable porque<br />

parecía absurdo. En un mundo desconocido e inexplicable todos nos <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>taríamos<br />

a la misma impot<strong>en</strong>cia. Cuanto más palpables fues<strong>en</strong> los éxitos de<br />

la ci<strong>en</strong>cia, mayor era el ansia por explicar lo inexplicable.<br />

Poco después de la segunda guerra mundial, que culminó <strong>en</strong> la bomba<br />

atómica, los Estados Unidos (1947) —seguidos poco tiempo después, como<br />

de costumbre, por sus pari<strong>en</strong>tes culturales británicos— se pusieron a observar<br />

la llegada masiva de OVNIs, «objetos volantes no id<strong>en</strong>tificados», evid<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />

inspirados por la ci<strong>en</strong>cia ficción. Se creyó de bu<strong>en</strong>a fe que estos<br />

objetos procedían de civilizaciones extraterrestres, distintas y superiores a la<br />

nuestra. Los observadores más <strong>en</strong>tusiastas llegaron a ver cómo sus pasajeros,<br />

con cuerpos de extraño aspecto, emergían de esos «platillos volantes», y un<br />

par de ellos hasta aseguraron haber dado un paseo <strong>en</strong> sus naves. El f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o<br />

adquirió una dim<strong>en</strong>sión mundial, aunque un mapa de los aterrizajes de<br />

estos extraterrestres mostraría una notable predilección por aterrizar o circular<br />

sobre territorios anglosajones. Cualquier actitud escéptica respecto de los<br />

ovnis se achacaba a Jos ceJos de unos ci<strong>en</strong>tíficos estrechos de miras que eran<br />

incapaces de explicar los f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os que se producían más allá de su limitado<br />

horizonte, o incluso a una conspiración de qui<strong>en</strong>es mant<strong>en</strong>ían al hombre de<br />

la calle <strong>en</strong> una servidumbre intelectual para mant<strong>en</strong>erle lejos de la sabiduría<br />

superior.<br />

Estas no eran las cre<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> la magia y <strong>en</strong> los milagros propias de las<br />

sociedades tradicionales, para qui<strong>en</strong>es tales interv<strong>en</strong>ciones <strong>en</strong> la realidad formaban<br />

parte de unas vidas muy poco controlables, y eran mucho m<strong>en</strong>os sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tes<br />

que, por poner un ejemplo, la contemplación de un avión o la<br />

experi<strong>en</strong>cia de hablar por teléfono. Ni formaban parte tampoco de la universal<br />

y perman<strong>en</strong>te fascinación humana por todo lo monstruoso, lo raro y lo<br />

maravilloso, de que la literatura popular ha dado testimonio desde la inv<strong>en</strong>ción<br />

de la impr<strong>en</strong>ta y los grabados <strong>en</strong> madera hasta las revistas ilustradas de

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!