14.01.2015 Views

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

LAS CIENCIAS NATURALES 5 4 7<br />

desigualdades ya que, <strong>en</strong> el fondo, éstas estaban determinadas por el <strong>en</strong>torno.<br />

La controversia se <strong>en</strong>conó con la cuestión de la intelig<strong>en</strong>cia humana que, por<br />

sus implicaciones <strong>en</strong> la escolarización universal o selectiva, era altam<strong>en</strong>te<br />

política, hasta el punto que g<strong>en</strong>eró polémicas aún más <strong>en</strong>c<strong>en</strong>didas que las<br />

suscitadas por la raza, aunque ambas estaban relacionadas. Cuan importantes<br />

eran estos debates se pudo ver con el resurgimi<strong>en</strong>to <strong>del</strong> movimi<strong>en</strong>to feminista<br />

(véase el capítulo X), algunos de cuyos ideólogos llegaron prácticam<strong>en</strong>te a<br />

afirmar que todas las difer<strong>en</strong>cias m<strong>en</strong>tales <strong>en</strong>tre hombres y mujeres estaban<br />

determinadas por la cultura, esto es, por el <strong>en</strong>torno. De hecho, la adopción<br />

<strong>del</strong> término «género» <strong>en</strong> sustitución de «sexo» implicaba la cre<strong>en</strong>cia de que<br />

«mujer» no era tanto una categoría biológica como un rol social. El ci<strong>en</strong>tífico<br />

que int<strong>en</strong>tase investigar cuestiones tan <strong>del</strong>icadas sabía que se estaba av<strong>en</strong>turando<br />

<strong>en</strong> un campo de minas político. Incluso qui<strong>en</strong>es se ad<strong>en</strong>traban <strong>en</strong><br />

él <strong>del</strong>iberadam<strong>en</strong>te, como E. O. Wilson, de Harvard (1929), el paladín de la<br />

«sociobiología», evitaban hablar con claridad. 22<br />

Lo que todavía <strong>en</strong>rareció más el ambi<strong>en</strong>te fue que los propios ci<strong>en</strong>tíficos,<br />

especialm<strong>en</strong>te los <strong>del</strong> ámbito más claram<strong>en</strong>te social de las ci<strong>en</strong>cias de la vida<br />

(la teoría evolutiva, la ecología, la etología o estudio <strong>del</strong> comportami<strong>en</strong>to<br />

social de los animales y similares) abusaban <strong>del</strong> uso de metáforas antropomórficas<br />

o sacaban conclusiones humanas. Los sociobiólogos, o qui<strong>en</strong>es<br />

popularizaban sus hallazgos, sugirieron que <strong>en</strong> nuestra exist<strong>en</strong>cia social todavía<br />

predominaban los caracteres (masculinos) heredados de los mil<strong>en</strong>ios<br />

durante los cuales el hombre primitivo experim<strong>en</strong>tó un proceso de selección<br />

para adaptarse, como cazador, a una exist<strong>en</strong>cia más predadora <strong>en</strong> habitats<br />

abiertos (Wilson, ibid.). Esto no sólo irritó a las mujeres, sino también a los<br />

historiadores. Los teóricos evolucionistas analizaron la selección natural, a la<br />

luz de la gran revolución biológica, como la lucha por la exist<strong>en</strong>cia de «el<br />

g<strong>en</strong> egoísta» (Dawkins, 1976). Incluso los partidarios de la versión dura <strong>del</strong><br />

darwinismo se preguntaban qué t<strong>en</strong>ía que ver realm<strong>en</strong>te la selección g<strong>en</strong>ética<br />

con los debates sobre el egoísmo, la compet<strong>en</strong>cia y la cooperación humanas.<br />

Una vez más, la ci<strong>en</strong>cia se vio asediada por los críticos, aunque, significativam<strong>en</strong>te,<br />

no sufrió ya el acoso de la religión tradicional, exceptuando<br />

algunos grupos fundam<strong>en</strong>talistas intelectualm<strong>en</strong>te insignificantes. El clero<br />

aceptaba ahora la hegemonía <strong>del</strong> laboratorio, y procuraba extraer todo el con-<br />

22. «Mi impresión g<strong>en</strong>era] sobre la información disponible es que Homo sapi<strong>en</strong>s es una<br />

especie animal muy característica <strong>en</strong> cuanto se refiere a la calidad y a la magnitud de la diversidad<br />

g<strong>en</strong>ética que afecta a su conducta. Si se me permite la comparación, la unidad psíquica de<br />

la especie humana ha rebajado su estatus, y de ser un dogma se ha convertido <strong>en</strong> una hipótesis<br />

verificable. Esto no es nada fácil de decir <strong>en</strong> el ambi<strong>en</strong>te político actual de los Estados Unidos,<br />

y algunos sectores de la comunidad académica lo consideran una herejía punible. Pero si las<br />

ci<strong>en</strong>cias sociales quier<strong>en</strong> ser honestas no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> otra alternativa que afrontar directam<strong>en</strong>te la<br />

cuestión. Es preferible que los ci<strong>en</strong>tíficos estudi<strong>en</strong> la cuestión de la diversidad conductual g<strong>en</strong>ética<br />

que mant<strong>en</strong>er una conspiración de sil<strong>en</strong>cio <strong>en</strong> nombre de las bu<strong>en</strong>as int<strong>en</strong>ciones» (Wilson,<br />

1977, p. 133).<br />

El significado real de este retorcido párrafo es que las razas exist<strong>en</strong> y que. por razones<br />

g<strong>en</strong>éticas, <strong>en</strong> algunos aspectos concretos son perman<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te desiguales.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!