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Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

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5 4 6 EL DERRUMBAMIENTO<br />

de paso, la hostilidad hacia la religión siguió si<strong>en</strong>do un elem<strong>en</strong>to dinamizador<br />

de las investigaciones <strong>en</strong> este campo, y tanto Crick como Linus Pauling<br />

son ejemplos de ello (Olby, 1970, p. 943). Durante décadas la biología dedicó<br />

sus mayores esfuezos al estudio de la bioquímica y de la física, desde que se<br />

supo que las moléculas de las proteínas se podían cristalizar y, por tanto, analizar<br />

cristalográficam<strong>en</strong>te. Se sabía que una sustancia, el ácido desoxirribonucleico<br />

(ADN), desempeñaba un papel, posiblem<strong>en</strong>te el papel c<strong>en</strong>tral, <strong>en</strong> la<br />

her<strong>en</strong>cia; parecía ser el compon<strong>en</strong>te básico <strong>del</strong> g<strong>en</strong>, la unidad de la her<strong>en</strong>cia.<br />

A finales de los años treinta aún se int<strong>en</strong>taba des<strong>en</strong>trañar el problema de<br />

cómo el g<strong>en</strong> «causa[ba] la síntesis de otra estructura idéntica a él mismo, <strong>en</strong><br />

la que incluso se copia[ba]n las mutaciones <strong>del</strong> g<strong>en</strong> original» (Mull<strong>en</strong> 1951,<br />

p. 95). En definitiva, se investigaba cómo actuaba la her<strong>en</strong>cia. Después de<br />

la guerra estaba claro que, como dijo Crick, «grandes cosas aguardaban a la<br />

vuelta de la esquina». El brillo <strong>del</strong> descubrimi<strong>en</strong>to hecho por Crick y Watson<br />

de la estructura de doble hélice <strong>del</strong> ADN y la forma <strong>en</strong> que explicaba la<br />

«copia de g<strong>en</strong>es» mediante un elegante mo<strong>del</strong>o mecánico-químico, no queda<br />

empañado por el hecho de que otros investigadores estuvies<strong>en</strong> acercándose a<br />

los mismos resultados a principios de los años cincu<strong>en</strong>ta.<br />

La revolución <strong>del</strong> ADN, «el mayor descubrimi<strong>en</strong>to de la biología» (J. D.<br />

Bernal). que dominó las ci<strong>en</strong>cias de la vida durante la segunda mitad <strong>del</strong><br />

siglo, se refería es<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te a la g<strong>en</strong>ética y, <strong>en</strong> la medida <strong>en</strong> que el darwinismo<br />

<strong>del</strong> siglo xx es exclusivam<strong>en</strong>te g<strong>en</strong>ético, a la evolución. 21 Tanto la<br />

g<strong>en</strong>ética como el darwinismo son materias muy <strong>del</strong>icadas, porque los mo<strong>del</strong>os<br />

ci<strong>en</strong>tíficos de estos campos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> muchas veces una carga ideológica<br />

—cabe recordar aquí la deuda de Darwin con Malthus (véase Desmond y<br />

Moore, capítulo 18)— y porque frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te ti<strong>en</strong><strong>en</strong> efectos políticos (como<br />

el «darwinismo social»). El concepto de «raza» ilustra esta interacción. El recuerdo<br />

de la política racial <strong>del</strong> nazismo hizo que para los intelectuales liberales,<br />

<strong>en</strong>tre los que se <strong>en</strong>contraban la mayoría de los ci<strong>en</strong>tíficos, fuera prácticam<strong>en</strong>te<br />

imp<strong>en</strong>sable trabajar con este concepto. De hecho, muchos dudaron<br />

incluso que fuese legítimo investigar sistemáticam<strong>en</strong>te las difer<strong>en</strong>cias g<strong>en</strong>éticam<strong>en</strong>te<br />

determinadas <strong>en</strong>tre los grupos humanos, por temor a que los resultados<br />

sirvies<strong>en</strong> de apoyo a las tesis racistas. De manera más g<strong>en</strong>eral, <strong>en</strong> los<br />

países occid<strong>en</strong>tales la ideología posfascista de democracia e igualdad resucitó<br />

los viejos debates de «la naturaleza contra la crianza» o de la her<strong>en</strong>cia<br />

contra el <strong>en</strong>torno. Evid<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, el individuo humano es configurado por la<br />

her<strong>en</strong>cia y por el <strong>en</strong>torno; por los g<strong>en</strong>es y por la cultura. Pero los conservadores<br />

se inclinaban con gusto a aceptar una sociedad de desigualdades inamovibles,<br />

esto es, g<strong>en</strong>éticam<strong>en</strong>te determinadas, y la izquierda, con su compromiso<br />

con la igualdad, sost<strong>en</strong>ía que la acción social podía superar todas las<br />

21. También a la vanante es<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te matemático-mecánica de la ci<strong>en</strong>cia experim<strong>en</strong>tal,<br />

a lo que quizá se debe que no haya <strong>en</strong>contrado un <strong>en</strong>tusiasmo al ci<strong>en</strong> por ci<strong>en</strong> <strong>en</strong> otras ci<strong>en</strong>cias<br />

de la vida m<strong>en</strong>os cuantificables o experim<strong>en</strong>tales, como la zoología y la paleontología (véase<br />

Lewontin. 1973).

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