14.01.2015 Views

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

184 LA ERA DE LAS CATÁSTROFES<br />

ba todas sus manifestaciones. Por ello, la exposición <strong>en</strong> Nueva York por<br />

Marcel Duchamp (1887-1968), <strong>en</strong> 1917, de un urinario público como creación<br />

de «arte ready-made», estaba de acuerdo con el espíritu <strong>del</strong> movimi<strong>en</strong>to<br />

dada, al que se incorporó a su regreso de los Estados Unidos. Pero no puede<br />

decirse lo mismo de su posterior r<strong>en</strong>uncia sil<strong>en</strong>ciosa a todo lo que tuviera que<br />

ver con el arte —prefería jugar al ajedrez—, puesto que no había nada<br />

sil<strong>en</strong>cioso <strong>en</strong> el dadaísmo.<br />

Aunque el surrealismo también rechazaba el arte tal como se conocía<br />

hasta ese mom<strong>en</strong>to, prop<strong>en</strong>día igualm<strong>en</strong>te a la provocación y, como veremos,<br />

se s<strong>en</strong>tía atraído por la revolución social; era algo más que una mera protesta<br />

negativa, como cabe esperar de un movimi<strong>en</strong>to c<strong>en</strong>trado básicam<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />

Francia, un país <strong>en</strong> el que cada moda precisa de una teoría. De hecho, se puede<br />

afirmar que, mi<strong>en</strong>tras que el dadaísmo desapareció a principios de los<br />

años veinte, junto con la época de la guerra y de la revolución que lo había<br />

<strong>en</strong>gr<strong>en</strong>drado, el surrealismo nació de ella, como «el deseo de revitalizar la<br />

imaginación, basándose <strong>en</strong> el subconsci<strong>en</strong>te tal como lo ha revelado el psicoanálisis,<br />

y con un nuevo énfasis <strong>en</strong> lo mágico, lo accid<strong>en</strong>tal, la irracionalidad,<br />

los símbolos y los sueños» (Willett, 1978).<br />

Hasta cierto punto el surrealismo era una reposición <strong>del</strong> romanticismo<br />

con ropaje <strong>del</strong> siglo xx (véase Las revoluciones burguesas, capítulo 14), aunque<br />

con un mayor s<strong>en</strong>tido <strong>del</strong> absurdo y de la burla. A difer<strong>en</strong>cia de las principales<br />

vanguardias «modernas», pero igual que el dadaísmo, el surrealismo<br />

no t<strong>en</strong>ía interés por la innovación formal <strong>en</strong> sí misma. Poco importaba que el<br />

subconsci<strong>en</strong>te se expresara a través de un raudal de palabras escogidas al<br />

azar («escritura automática») o mediante el meticuloso estilo académico<br />

decimonónico <strong>en</strong> que Salvador Dalí (1904-1989) pintaba sus relojes derritiéndose<br />

<strong>en</strong> un paisaje desértico. Lo importante era reconocer la capacidad de<br />

la imaginación espontánea, sin mediación de sistemas de control racionales,<br />

para producir coher<strong>en</strong>cia a partir de lo incoher<strong>en</strong>te y una lógica apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />

necesaria a partir de lo ilógico o de lo imposible. El Castillo <strong>en</strong> los<br />

Pirineos de R<strong>en</strong>e Magritte (1898-1967), pintado meticulosam<strong>en</strong>te, como si<br />

fuera una postal, emerge de lo alto de una <strong>en</strong>orme roca, dando la s<strong>en</strong>sación<br />

de haber crecido allí. Pero la roca, como un huevo gigantesco, está susp<strong>en</strong>dida<br />

<strong>en</strong> el cielo sobre el mar, repres<strong>en</strong>tado con el mismo realismo.<br />

El surrealismo significó una aportación real al repertorio de estilos<br />

artísticos vanguardistas. De su novedad daba fe su capacidad de escandalizar,<br />

producir incompr<strong>en</strong>sión o, lo que vi<strong>en</strong>e a ser lo mismo, provocar, <strong>en</strong><br />

ocasiones, una carcajada desconcertada, incluso <strong>en</strong>tre la g<strong>en</strong>eración de los<br />

vanguardistas anteriores. Debo admitir que esa fue la reacción juv<strong>en</strong>il que<br />

yo mismo experim<strong>en</strong>té <strong>en</strong> Londres <strong>en</strong> la Exposición Surrealista Internacional<br />

de 1936, y luego <strong>en</strong> París ante un pintor surrealista amigo mío, cuyo<br />

empeño <strong>en</strong> reproducir exactam<strong>en</strong>te al óleo el cont<strong>en</strong>ido de una fotografía<br />

de las visceras de un cuerpo humano se me hacía difícil de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der. No<br />

obstante, hoy hemos de verlo como un movimi<strong>en</strong>to extraordinariam<strong>en</strong>te<br />

fecundo, sobre todo <strong>en</strong> Francia y <strong>en</strong> los países (como los hispánicos) de

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!