14.01.2015 Views

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

LAS DÉCADAS DE CRISIS 4 1 3<br />

para comp<strong>en</strong>sar los antiguos puestos perdidos, aunque había opiniones muy<br />

diversas respecto a qué cantidad de desempleados se precisaba para que<br />

semejante economía pudiese funcionar. La edad de oro pareció confirmar<br />

este optimismo. Como hemos visto (<strong>en</strong> el capítulo 10) el crecimi<strong>en</strong>to de la<br />

industria era tan grande que la cantidad y la proporción de trabajadores industriales<br />

no desc<strong>en</strong>dió significativam<strong>en</strong>te, ni siquiera <strong>en</strong> los países más industrializados.<br />

Pero las décadas de crisis empezaron a reducir el empleo <strong>en</strong> proporciones<br />

espectaculares, incluso <strong>en</strong> las industrias <strong>en</strong> proceso de expansión. En<br />

los Estados Unidos el número de telefonistas <strong>del</strong> servicio de larga distancia<br />

desc<strong>en</strong>dió un 12 por 100 <strong>en</strong>tre 1950 y 1970, mi<strong>en</strong>tras las llamadas se multiplicaban<br />

por cinco, y <strong>en</strong>tre 1970 y 1990 cayó un 40 por 100, al tiempo que se<br />

triplicaban las llamadas (Technology, 1986, p. 328). El número de trabajadores<br />

disminuyó rápidam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> términos relativos y absolutos. El creci<strong>en</strong>te<br />

desempleo de estas décadas no era simplem<strong>en</strong>te cíclico, sino estructural. Los<br />

puestos de trabajo perdidos <strong>en</strong> las épocas malas no se recuperaban <strong>en</strong> las bu<strong>en</strong>as:<br />

nunca volverían a recuperarse.<br />

Esto no sólo se debe a que la nueva división internacional <strong>del</strong> trabajo<br />

transfirió industrias de las antiguas regiones, países o contin<strong>en</strong>tes a los nuevos,<br />

convirti<strong>en</strong>do los antiguos c<strong>en</strong>tros industriales <strong>en</strong> «cinturones de herrumbre»<br />

o <strong>en</strong> espectrales paisajes urbanos <strong>en</strong> los que se había borrado cualquier<br />

vestigio de la antigua industria, como <strong>en</strong> un estirami<strong>en</strong>to facial. El auge de<br />

los nuevos países industriales es sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te: a mediados de los och<strong>en</strong>ta,<br />

siete de estos países tercermundistas consumían el 24 por 100 <strong>del</strong> acero mundial<br />

y producían el 15 por 100, por tomar un índice de industrialización tan<br />

bu<strong>en</strong>o como cualquier otro. 8 Además, <strong>en</strong> un mundo donde los flujos económicos<br />

atravesaban las fronteras estatales —con la excepción <strong>del</strong> de los emigrantes<br />

<strong>en</strong> busca de trabajo—, las industrias con uso int<strong>en</strong>sivo de trabajo<br />

emigraban de los países con salarios elevados a países de salarios bajos; es<br />

decir, de los países ricos que componían el núcleo c<strong>en</strong>tral <strong>del</strong> capitalismo,<br />

como los Estados Unidos, a los países de la periferia. Cada trabajador empleado<br />

a salarios téjanos <strong>en</strong> El Paso repres<strong>en</strong>taba un lujo si, con sólo cruzar el río<br />

hasta Juárez, <strong>en</strong> México, se podía disponer de un trabajador que, aunque fuese<br />

inferior, costaba varias veces m<strong>en</strong>os.<br />

Pero incluso los países preindustriales o de industrialización incipi<strong>en</strong>te<br />

estaban gobernados por la implacable lógica de la mecanización, que más<br />

pronto o más tarde haría que incluso el trabajador más barato costase más caro<br />

que una máquina capaz de hacer su trabajo, y por la lógica, igualm<strong>en</strong>te implacable,<br />

de la compet<strong>en</strong>cia <strong>del</strong> libre comercio mundial. Por barato que resultase<br />

el trabajo <strong>en</strong> Brasil, comparado con Detroit o Wolfsburg, la industria<br />

automovilística de Sao Paulo se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>taba a los mismos problemas de desplazami<strong>en</strong>to<br />

<strong>del</strong> trabajo por la mecanización que t<strong>en</strong>ían <strong>en</strong> Michigan o <strong>en</strong> la<br />

Baja Sajonia; o, por lo m<strong>en</strong>os, esto decían al autor los dirig<strong>en</strong>tes sindicales<br />

8. China, Corea <strong>del</strong> Sur, India, México, V<strong>en</strong>ezuela, Brasil y Arg<strong>en</strong>tina (Piel, 1992,<br />

PP. 286-289).

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!